Una escapada a Gibraltar
Gibraltar está situado estratégicamente entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Es una colonia que pertenece oficialmente al gobierno británico desde que este firmara el Tratado de Utrech con España. De hecho, esta nación es la única con la que dicha diminuta superficie tiene frontera. No obstante, a escasos kilómetros se halla el continente africano.
El de Gibraltar ha sido históricamente un valioso y codiciado emplazamiento, de ahí que todos los pueblos que han dominado la Península desde tiempos remotos quisieran conquistarlo.
Cómo alcanzar la “Roca”
Gibraltar es un espacio bastante accesible. Para los españoles la manera más cómoda de llegar es en coche. Sin embargo, en el momento de nuestra entrada tendremos que tener en cuenta que en territorio británico el sentido de la circulación es contrario a del resto de Europa, es decir, que debemos estar atentos al instante en que tenga lugar el cambio de sentido de la marcha.
Si preferimos tomarnos con calma nuestro viaje lo ideal sería acercarse a Gibraltar a bordo de un ferry, un viaje seguro y agradable. Además, tendremos la suerte de poder deleitarnos con la vista del peñón desde el mar.
Y aquellos que sean amantes del paseo y el senderismo pueden llevar a cabo el viaje a pie. Eso sí, conviene ser conscientes de que, si se quiere llegar a lo alto, el camino estará plagado de recovecos, senderos angostos y altas pendientes. Lo bueno de que el peñasco sea de pequeño tamaño es que, a pesar de todo ello, el recorrido llevará apenas unas horas.
Si ninguna de estas opciones nos satisface siempre tenemos la opción de tomar un avión, ya que Gibraltar, a pesar de su diminuto tamaño, tiene aeropuerto.
De compras por Gibraltar
La calle principal de la ciudad, Main Street, es una parada obligatoria. A sus tiendas llegan cada día miles de viajeros que desean adquirir recuerdos de su estancia o que simplemente desean curiosear entre los comercios de electrónica, prendas, cosméticos y relojes abiertos allí por marcas privilegiadas y negocios de alta gama.
Los que estén interesados en la orfebrería y la artesanía pueden dirigirse a Casamate Street, espacio donde encontrarán establecimientos dedicados a la venta de cristal. En ellos podrán disfrutar de las diferentes demostraciones que allí se llevan a cabo en las que los sopladores muestran su talento.
“Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar.”
-George Horace Lorimer-
Las compras están libre de impuestos, algo que entusiasmará a los más consumidores.
La reserva natural del peñón
Una curiosa y encantadora población de monos
La parte superior del peñón está protegida, ya que se trata de una reserva natural. Y es allí donde el excursionista encontrará los espacios más llamativos e importantes a nivel ecológico.
De todo ello lo que más llama la atención es una población de monos que se han asentado allí cuya presencia parece estar muy integrada en la zona. Los expertos desconocen cómo estos animales llegaron, y son montones las historias sobre el asunto que circulan por la población a este respecto.
Como curiosidad, cabe destacar que forman la única comunidad de simios que tiene permitido vagar libremente en toda Europa. Estos vivarachos y juguetones seres han alcanzado tal nivel de popularidad que suelen recibir la visita de turistas de todo el planeta.
Si nos apetece acudir a verlos, es necesario tener presente que si nos acercamos demasiado pueden resultar imprevisibles y sus insospechadas reacciones pueden resultar peligrosas.
La cueva de San Miguel, un escondite histórico seguro
Uno de los más extraordinarios hallazgos que los exploradores hallan en su viaje por Gibraltar es la cueva de San Miguel, denominada por los británicos como St. Michael’s Cave. Esta gruta está enclavada en el área más alta de esta parte protegida.
Sus techos y suelos están invadidos por un sobresaliente bosque formado por estalactitas y estalagmitas que se ha ido creando allí a causa de la continua filtración del agua.
La caverna fue descubierta hace varios siglos y fueron los musulmanes quienes la utilizaron por primera vez. Es más, restos de la antigua muralla que parten de su interior aún pueden contemplarse. Durante la II Guerra Mundial fue destinada a la función de hospital debido a su recogimiento.