¿Por qué viajar a Malta en tus próximas vacaciones?
Malta es uno de los destinos preferidos del Mediterráneo. Además, es parada de muchos cruceros. Su clima, sus noches de fiesta, sus playas, sus gentes… Son muchas las razones por las que la isla (o mejor dicho, conjunto de islas, pues el país está formado por tres), recibe cada año a miles de visitantes. ¿Quieres saber los motivos por los que viajar a Malta es una buena idea?
Viajar a Malta por el precio
Actualmente hay muchas compañías, algunas de bajo coste, que ofrecen vuelos a la isla. Además, son bastante frecuentes las ofertas. Se pueden encontrar billetes por menos de 50 €, mucho más baratos que algunos billetes de tren.
Comer o salir de fiesta tampoco es caro, ya que el nivel de vida es bastante parecido al de España. Por ejemplo, una copa suele costar un par de euros (aunque suelen ser pequeñas) y una cerveza ronda entre los 3 y los 6 euros, dependiendo del lugar.
Por el buen tiempo
Malta tiene el privilegio de poder disfrutar de más de 300 días al año de sol. Sus temperaturas son suaves en invierno y en verano no suben excesivamente, es raro que sobrepasen los 30º.
Por ello, no hay una época mejor o peor para viajar a Malta. Quizás si estás buscando huir del mal tiempo en España y sin tener que compartir todos los atractivos turísticos con cientos de personas, el mejor momento sea en Semana Santa.
Por su gastronomía
Es cierto que la cocina de Malta no es una de las más célebres, pero eso no hace que no sea exquisita y rica. Debido a la constante influencia de otras culturas en la isla, la gastronomía se caracteriza por la mezcla de otras diferentes, especialmente la italiana y la anglosajona.
Muchos de sus platos típicos se basan en otras culturas. Merece la pena mencionar el timpana, una especie de lasaña hecha de macarrones, carne picada y tomate.
Por sus playas
Quizás, a priori, las playas maltesas no son las más atractivas, pues se caracterizan por ser especialmente rocosas. Pero como otras muchas playas del Mediterráneo, desde la Costa Brava hasta Grecia, poseen una belleza especial. Por ello, no las subestimes aunque en principio no te parezcan especialmente bonitas.
No puedes perderte durante tu viaje Golden Bay (muy frecuentada por turistas), Ghajn Tuffieha Bay, algo más tranquila que la anterior, o Ghadira Bay, perfecta para aquellos que viajen en familia.
Por su entorno natural
La naturaleza en Malta quita la respiración, especialmente lugares como muchos de los acantilados que pueblan las tres islas. Todas poseen una gran riqueza natural, y todas son diferentes.
Por ejemplo, en la isla de Gozo podrás visitar lo que antes era la Ventana Azul (no hace mucho que se derrumbó) y donde se grabó una famosa escena de Juego de Tronos. O también podrás ver las Salinas de Piedra.
La isla de Comino es la más pequeña de las tres y está deshabitada. Pero Comino tiene un lugar maravilloso, Blue Lagoon. Es una hermosa playa de aguas turquesa que te robará el corazón en cuanto pongas un pie en ella.
Por sus noches de fiesta
Malta es el destino preferido por jóvenes de toda Europa. Es lugar de viajes de fin de estudios por las razones que hemos comentado y por sus noches de fiesta. En la zona de Paceville encontrarás numerosos locales que permanecen abiertos hasta bien entrada la noche.
La fiesta es constante durante todo el año, pero sobre todo en verano, parece que el día no acabe nunca. Los locales suelen cerrar hacia las cuatro de la mañana. Sin embargo, muchos continúan la fiesta en la calle o en la discoteca El Clique, en St. Julian’s.
Por su arte
Puede que esta sea la razón que todo el mundo pasa por alto, pero Malta tiene muchos monumentos que visitar. La Valeta, la capital del país, es una preciosa ciudad barroca, con fortificaciones y conserva ese ambiente atemporal en sus calles.
Pero también puedes visitar Mdina y sus palacios, Marsaxlokk y su cultura pesquera o Rabat, donde conocer las catacumbas de St. Paul o St. Agatha.
Con todas estas razones, ¿no crees que viajar a Malta es una gran idea? No esperes más y empieza a organizar esa escapada que no olvidarás nunca, ¡seguro!