Venecia, la ciudad de los enamorados
Decir Venecia es lo mismo que decir amor y romance. ¿A qué se debe esta bonita relación? Quizás a sus canales, a sus góndolas o a su romántico carnaval… lo cierto es que cada vez son más las parejas que eligen esta ciudad para su luna de miel, una escapada de aniversario o para celebrar el día de San Valentín. ¡Organiza tu viaje romántico leyendo este artículo!
Caminatas por callejuelas y paseos por los canales
Esas podrían ser las dos actividades principales en tu estancia por Venecia. Por supuesto que hay cientos de cosas más para hacer, pero… ¿quién puede negar que estas son las más románticas que existen? Por supuesto que para ello debemos ir acompañados (o encontrar a alguien soltero en el camino).
Caminar en sus hermosas calles empedradas y laberínticas para detenerse en el umbral de cualquier casa iluminada por farolas… o navegar a bordo de una típica embarcación veneciana por cualquiera de los canales mientras oímos el sonido de una bonita canción cantada en italiano… ¿existe algo más romántico en el mundo? ¡Por supuesto que no!
Qué hacer y conocer en la ciudad del amor
Venecia está ubicada al norte del mar Adriático y su localización convirtió a la ciudad en un centro comercial de vital importancia durante siglos. Eso le confirió la riqueza y el poder que aún mantiene, aunque su época de máximo esplendor fue el siglo XV cuando dominaba el comercio marítimo.
La historia estará presente en toda tu estancia en esta hermosa ciudad repleta de canales y puentes. Los sitios que te recomendamos y no puedes perderte para decir con total orgullo “yo he visitado Venecia” son:
El gran canal
Es el más grande e importante de la ciudad y atraviesa los 6 distritos y el centro histórico. Sin dudas es de los atractivos turísticos más destacados. Aquí se puede pasear en una típica góndola (vale la pena gastar hasta el último euro que cueste) acompañado de tu pareja y, por supuesto, del gondolero.
Para una alternativa más asequible pero también “colectiva” puedes elegir el ferry. Pero, al estar tan repleto de turistas, quizá no se disfrute mucho de la compañía de nuestra media naranja. Te recomendamos que tomes el servicio de la tarde para poder ver el atardecer entre los hermosos puentes y calles.
Plaza de San Marcos
La segunda postal de Venecia, después de los canales, es la Piazza de San Marcos, donde se encuentran el Campanille, la Basílica y el Palazzo Ducale. Entre todos ellos completan un conjunto arquitectónico inigualable.
En la plaza podemos ,no solo recorrer estos edificios, sino también sentarnos a tomar un café y escuchar a los músicos que interpretan sus melodías con toda la pasión del mundo. Presta atención a las mareas, porque esta zona es la primera en inundarse si el agua sube.
La Basílica de San Marcos data del año 830 y es de estilo bizantino. Tiene 4000 m² de mosaicos y 500 columnas. El Palacio Ducal es la sede del gobierno, de estilo gótico y exponente del poder y la gloria venecianas.
Puente de los Suspiros
Las parejas que acuden a este lugar llegan en busca del “amor adormecido”, se topan con un bello puente construido en estilo barroco en el siglo XVII. Si bien el nombre no tiene mucho que ver con historias románticas (une las viejas prisiones de la ciudad con el Palacio Ducal), los enamorados lo han elegido como punto para demostrar su amor eterno.
Otro de los puentes que no puedes dejar de visitar con tu amor es el Rialto. Es el más antiguo que cruza el gran canal (hay 3 más) y su denominación se debe al mercado homónimo, muy cercano. En verano puedes ir a cualquier puesto a comprar una bandeja de frutas frescas para compartir con tu pareja y saciar la sed y el apetito.
“Nunca olvidaré experimentar Venecia por primera vez. Se siente como te transporta a otro tiempo, el arte, la música, la comida y puro romance en el aire es como ningún otro lugar.”
-Elizabeth Berkley-
Y si os gusta salir por las noches, recomendamos la zona cercana a San Marcos. Allí hay restaurantes, pubs y cafeterías. La primera opción es la más romántica porque casi todos tienen mesas al aire libre para cenar a la luz de la luna.
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