Ruta por los restos arqueológicos de Túnez
Además de ser un típico destino de sol y playa para los europeos, Túnez ofrece un asombroso legado cultural que dejaron antiguas civilizaciones que vivieron en este país de la costa mediterránea. Túnez evoca aventuras, magia, leyendas, arte y cultura que se compaginan para ofrecer las más exóticas y románticas vacaciones. Hoy vamos a iniciar un viaje por sus yacimientos arqueológicos, para descubrir vestigios que te fascinarán. ¿Nos acompañas?
Túnez y sus ruinas arqueológicas de incalculable valor
A pesar de ser un país pequeño, con una superficie de 164.150 kilómetros cuadrados, Túnez tiene restos arqueológicos de incalculable valor. La presencia de distintas civilizaciones, en conjunto con la cultura clásica del Mediterráneo oriental, moldeó el carácter de esta región de África.
Estos pueblos construyeron impresionantes ciudadelas y lugares que actualmente son joyas arqueológicas y que se pueden admirar por todo el país. Las termas de Antonio, el anfiteatro en Cartago, la necrópolis púnica de Utique, el templo romano de Dougga, el templo romano de Sbeitla, el coliseo de El Djem y las villas romanas de Bulla Regia, Maktar y Thurburbo-Majus, son solo algunos de los mejores ejemplos.
1. Cartago
Cartago es mencionada como la capital simbólica del Túnez antiguo. Cuenta con destacados vestigios de las civilizaciones fenicio-púnica y romana. Aquí se pueden admirar los baños termales de Antonio, las villas romanas, el teatro antiguo o el anfiteatro, y también el Museo Arqueológico y la colina de Byrsa, que se extiende hasta el mar.
Cartago es un paraíso para los amantes de la historia y la arqueología. No sorprende que estas ruinas hayan sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Visitar Cartago es regresar a la época en la que esta ciudad luchaba ferozmente contra los romanos por el control del Mediterráneo. Todos estos acontecimientos se ven reflejados en su arquitectura y riqueza cultural.
2. Bulla Régia
Bulla Régia son unas ruinas que sorprenden por sus hermosas estructuras arquitectónicas de varios pisos y subsuelos. Estos restos corresponden a la ciudad romana de los siglos II y III. Destacan el foro, las basílicas cristianas, el capitolio, mercado antiguo, el teatro y la fortaleza bizantina.
3. Djem
Djem es una ciudad que se encuentra a unos 200 kilómetros al sur de Túnez. En ella destaca su maravilloso anfiteatro, que fue construido en los tiempos del cónsul romano Gordiano I, en el 230 d.C.
Esta construcción de grandes dimensiones es de arenisca y, a pesar de ser monumental, transmite una sensación de ligereza increíble. Cuenta con 64 arcos en cada uno de los pisos y en el interior del anfiteatro hay preciosos mosaicos que mezclan la tradición árabe y arte romano.
Históricamente, en este coliseo se celebraban agresivos juegos públicos donde los condenados a muerte luchaban con fieras en la arena. Debajo de estos arcos estaban las jaulas donde se encerraba a las fieras y a los condenados, que eran gladiadores o esclavos.
4. Dougga
Las ruinas de Dougga constituyen uno de los mejores yacimientos arqueológicos de Túnez. Están a 6 kilómetros del pueblo de Téboursouk. Bajo el dominio romano, Dougga tenía una población de hasta 10.000 habitantes.
La atracción principal es su capitolio, construido en 166 a.C. Estas ruinas se encuentran muy bien conservadas y están dedicadas a Júpiter, Juno y Minerva. Incluso actualmente, su teatro es utilizado por una empresa de turismo de verano. En los circuitos, los visitantes pueden deleitarse recorriendo las termas de Cyclops y la cámara de Trifolium que se cree era el prostíbulo de la ciudad.
5. Útica
Ubicada cerca de Túnez, Útica fue fundada por los fenicios probablemente hacia el 1100 a.C. Fue una vez un importante puerto romano, antes de ser eclipsada por Cartago. Entre sus ruinas aún se pueden apreciar edificios públicos como las termas, algunos almacenes o el anfiteatro.
“Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.”
-Camile Sée-
6. Sbeitla
Sbeitla es mencionada actualmente como una de las “villas de oro” del África romano-bizantina. En el corazón de la ciudad se erige el foro, construido en 139 a. C.; su gran arco de triunfo, justo antes de la entrada, y la basílica de San Vitalis, una estructura un poco más moderna con una bella pila bautismal y decorada con mosaicos
Por último, no dejes de recorrer Thuburbo y sus ruinas de la época romana como el foro, el capitolio y sus baños de invierno. Kerkouane es otra parada obligada, con sus restos de una ciudad púnica que fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
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