Qué ver en Oporto
Sabiendo que el casco histórico de Oporto está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, rápidamente uno se puede imaginar la respuesta a la pregunta ¿qué ver en Oporto? Se trata de un importante destino cultural y urbano situado al norte de Portugal.
Hay una frase en Portugal que pretende definir a algunas de sus principales ciudades:
“Lisboa se divierte, Coimbra canta, Braga reza y Oporto trabaja”
Esto se debe a que Oporto es una de las urbes más desarrolladas del país y uno de sus puntales económicos, lo que no significa que no sea enormemente atractiva.
Oporto a orillas del Duero
La imagen más emblemática de la ciudad es la zona de Ribeira, en las mismas orillas del Duero. Es el viejo barrio marinero de la ciudad, allí se apiñan las casas más tradicionales asentadas sobre una colina.
Las casas más cercanas al río poseen coloridas fachadas y hoy en día se han transformado en infinidad de tabernas y restaurantes para los turistas, ya que todo aquel que visita Oporto, camina en más de una ocasión por estas calles.
Es difícil no entrar a esos establecimientos a degustar las exquisiteces de la gastronomía local, especialmente la gran variedad de platos cuyo ingrediente principal es el bacalao, cocinado de cientos de maneras.
Todos esos restaurantes tienen sus terrazas al aire libre para disfrutar de las vistas de la Ribeira. Una bella panorámica hacia el río, los puentes que lo cruzan y la población situada en la otra orilla, Vila Nova de Gaia.
Los puentes de Oporto
Son varios los puentes que cruzan el Duero y unen Oporto con Vila Nova de Gaia. De entre esos puentes destacan dos: el Puente de María Pia y el de Luis I. Ambos convertidos no solo en importantes infraestructuras, sino en atractivos monumentales por sí mismos.
El Puente de María Pia es de uso ferroviario y presenta un único arco de 345 metros de luz. Es toda una joya de la ingeniería del hierro que se desarrolló durante el siglo XIX, ya que se terminó en el año 1887.
Unos pocos años más tarde se creó el Puente Luis I. Se acabó en 1886 y fue diseñado por uno de los discípulos de Gustave Eiffel. Desde entonces este airoso y altísimo puente se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad.
Continua siendo la principal vía de conexión entre las dos orillas del río y se puede atravesar caminando, en coche o en tranvía. Cruzarlo es una actividad obligada en Oporto. No solo por admirar esta gran obra y las vistas que proporciona, sino también para conocer las bodegas de vino de Oporto, que paradójicamente se encuentran en Vila Nova de Gaia.
Las iglesias de Oporto
Como hemos dicho al principio, el núcleo histórico es Patrimonio de la Humanidad por sus importantes monumentos. Y entre todo ese conjunto llaman la atención los templos históricos de la ciudad.
Uno de ellos es la Catedral o Sé, cuya apariencia está más cercana a la de una fortaleza medieval que a un templo. Se inició su construcción en el siglo XII en formas románicas y de aquellos orígenes dan fe los dos torreones gemelos de su fachada que flanquean un hermoso rosetón.
La Catedral se asienta en una explanada elevada y desde allí se contempla el Palacio Episcopal del siglo XVIII y la picota donde se ajusticiaba a los condenados. Además es un excelente mirador sobre la ciudad.
Muy cerca está la iglesia dos Grilos, un templo que se considera pionero de la arquitectura barroca lusa y en cuyo interior se expone la colección de un interesante Museo de Arte Sacro.
Hay muchas otras iglesias en Oporto, pero si hubiera que citar solo una, esa sería la de los Clérigos. Un templo barroco, con una torre de 76 metros que además de servir como campanario históricamente también fue un faro para los navegantes del río.
Oporto y los azulejos
La tradición de los azulejos aplicados a la arquitectura es típica en Portugal y también en Oporto, donde se hallan ejemplos muy interesantes de distintas épocas y en variados tipos de edificios.
Por ejemplo, las iglesias de San Ildefonso o la Capilla de las Almas de Santa Caterina muestran fachadas cubiertas de cerámicas ilustradas con imágenes en blanco y azul.
Mientras, estación de San Bentao posee un conjunto de azulejos más modernos y coloridos. Se realizaron en 1930 y se puede ver un vestíbulo plagado de paños de baldosas donde se relatan episodios históricos de la ciudad.
Las tradiciones en Oporto
Además de la azulejería hay otras tradiciones interesantes en Oporto. Una de ellas es la rica gastronomía. Para degustarla ya hemos señalado que la Ribeira es un lugar ideal, al igual que se pueden visitar los restaurantes próximos al Palacio de la Bolsa, otro de los edificios destacados del conjunto monumental.
Aunque si se quiere ver y comprar los productos clásicos de los platos de Oporto también se puede acudir a las más antiguas tiendas del centro, o mejor aún, al Mercado de Bolhao. Un mercado tradicional integrado en un monumento histórico y muy popular.
Y lógicamente al hablar de tradiciones culinarias en Oporto, no puede faltar el vino de Oporto, un vino dulce famoso en todo el planeta y que desde hace siglos lleva el nombre y el sabor de la ciudad por los cinco continentes.
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