Preikestolen, los mejores paisajes de Noruega
Uno de los grandes atractivos de un viaje a Noruega es navegar por sus fiordos. Y, sin duda alguna, el complemento ideal es contemplar uno de esos fiordos, concretamente el de Lysefjord, desde las alturas. Podrás hacerlo desde Preikestolen, conocido como el Púlpito, que se eleva perpendicularmente a 600 metros sobre el mar ¡Impresionante!
Si tienes suerte y el tiempo lo permite, desde lo alto de Preikestolen disfrutarás de un paisaje, sencillamente, espectacular.
Cómo llegar hasta Preikestolen
El Púlpito sobre los fiordos noruegos se encuentra en el distrito de Ryfylke. Aquí se encuentran los mejores alojamientos para poder emprender esta excursión senderista que nos llevará hasta Preikestolen.
Hay dos maneras de llegar hasta Ryfylke y las dos son espectaculares. Una de ellas es vía marítima, por medio de los distintos ferrys y cruceros que recorren la costa del país y desde los que podrás contemplar la inmensidad de los fiordos.
Y el otro medio es recorrer la llamada Carretera Turística Nacional de Ryfylke, absolutamente impresionante. Esta vía une Oanes, en las proximidades de la ciudad de Stavanger, con el municipio de Rogaland. En total menos de 200 kilómetros entre acantilados, arrecifes, montañas y paisajes de la Noruega más verde y seductora.
Un poco de senderismo hasta Preikestolen
Para llegar a maravillarse con el mirador natural de Preikestolen es necesario caminar. No es posible llegar allí con ningún medio de locomoción que no sean nuestras piernas.
Pero no hay que asustarse. Salvo un par de tramos de acusada pendiente, el camino es muy llevadero y sobre todo hermoso. Las vistas y bosques abetos que preceden al propio Púlpito son una verdadera maravilla y hacen que la caminata pase rápido.
Por ejemplo, se pasa por la zona pantanosa de Krogekkmyrane sobre una plataforma de madera completamente rodeada de bosques. Después se asciende por un tramo de escaleras talladas en la roca, conocidas como Neverdalsskaret, desde las que se comienza a ver el fiordo de Lysefjord.
E incluso, más adelante se llega hasta los lagos de Tiojdane donde, si el tiempo es bueno, es posible darse un chapuzón para refrescarse. En definitiva, un sendero de lo más ameno y entretenido.
El recorrido de ida es de unas dos horas y media, realizadas con mucha tranquilidad, pausas y cientos de fotografías. Eso sí, dejad espacio en vuestra tarjeta de memoria porque cuando lleguéis arriba vais a alucinar y la máquina va a echar humo.
“El destino es un precipicio en lo cual caemos solo si lo miramos por demasiado tiempo.”
-Lucian Blaga-
Recomendaciones para la excursión a Preikestolen
Ya hemos dicho que el acceso no es difícil. De hecho, comprobaréis que es una excursión que hacen personas de todas las edades, incluso muy mayores, eso sí siempre que su movilidad no sea reducida. Y también lo hacen niños y papás con bebés. Es un poco más latoso y largo, pero es posible con un poquito de buena forma física.
Y en cuanto a la indumentaria, obviamente hay que llevar botas de montaña, algo de abrigo en la mochila, un picnic y agua para comer arriba disfrutando de las maravillosas vistas.Y lo que nunca puede faltar en la mochila es un chubasquero. Puede llover en cualquier momento.
Eso sí, si sabéis que va a llover de forma continua no hagáis el camino. Consultad webs meteorológicas antes de la excursión. Si estuviera nublado o con niebla espesa sería una lástima no disfrutar de una panorámica única en el mundo.
El mirador de los miradores: Preikestolen
Por fin se llega a la meseta del mirador. Impresionante. Una gran mole rocosa plana que literalmente se eleva sobre el fiordo Lysefjord. Viajeros de todo el mundo, siempre mencionan este lugar cuando hablan de las vistas panorámicas más impresionantes que conocen.
Antes de sacar la cámara de fotos y comenzar a inmortalizar el lugar, hay que disfrutarlo, mirarlo, respirarlo, dejarse impactar, casi golpear, por las vistas y las sensaciones. Luego ya habrá tiempo para fotografiarlo. Además, si no eres un profesional y no llevas una máquina muy buena, jamás serás capaz de hacer fotos que hagan justicia a esta maravilla de la naturaleza.
Y si eres una persona que no sufre vértigo, asómate al precipicio. ¡Guau! Hay quien incluso se atreve a sentarse al borde del acantilado dejando que sus pies cuelguen sobre el fiordo, eso sí, con 600 metros de caída. La sensación debe ser inenarrable.
Pero debes prestar mucha atención y tener cuidado con las imprudencias. Si no estás seguro no te acerques al borde, una duda puede ser fatal, más de una persona ha caído al vacío desde este lugar.