Paseamos por Dublín, una ciudad amable, bella y acogedora
La capital irlandesa es mucho más que duendes, tréboles verdes y cerveza (aunque con solo buscando estos tres ingredientes podemos disfrutar de un viaje maravilloso). Fundada por los vikingos y resplandeciente desde la Edad Media, esta vez paseamos por Dublín y queremos compartirlo contigo. ¡Nos ha encantado!
Sal de casa y que empiece la aventura
El escritor dublinés James Joyce (famoso por su obra Ulises) dijo en su libro Dublineses que las aventuras no suceden si nos quedamos encerrados en casa. Por lo tanto, le hemos obedecido y hemos organizado un paseo por su ciudad natal (que también vio nacer a Oscar Wilde, George Bernard Shaw y Samuel Becket… no sabemos qué tiene Dublín, que “crea” tan fantásticos escritores.
Para comenzar el recorrido por la ciudad nada mejor que un buen desayuno para cargar las baterías y tener mucha energía. Los dublineses se toman muy en serio la frase “desayuna como un rey” porque sus mesas combinan pan, tomates, judías, bacon, huevos fritos, salchichas y champignones fritos. Con todo eso en el estómago no te queda otra opción que salir a caminar para bajar las calorías.
La calle O’Connell es una de las más anchas de Europa y entre las más populares de la capital irlandesa. A cada paso te toparás con un edificio histórico o destacado, como por ejemplo la oficina de Correos y el Monumento de la Luz (de 120 metros de alto).
Una vez que cruces el puente O’Connell (atravesando el río Liffey) llegarás al Trinity College, la primera universidad de la ciudad, fundada en 1592 y cuyo patio interior y su biblioteca (que tiene un escrito original del año 800) son un remanso de tranquilidad.
Siguiendo el camino encontrarás la catedral de San Patricio, patrono de Irlanda, construida en 1220 y rodeada de jardines realmente preciosos. Muy cerca de allí está el castillo de Dublín, erigido de forma rectangular y originalmente una fortaleza con cuatro torres circulares en cada extremo.
Lo que vemos hoy es una reconstrucción del siglo XVIII, ya que la anterior fue destruida por un incendio. El jardín circular del frente del castillo está inspirado en la cultura celta y fue creado en la antigua piscina negra que era alimentada por el río y servía de foso. Cabe decir que “Dubh Linn” en gaélico quiere decir justamente “piscina negra” y que de allí deriva el nombre de la ciudad.
Ya que hablamos de jardines, no podemos dejar de pasear por algunos de los tantos que están dispersos por toda la urbe (por algo Dublín recibe el sobrenombre de “capital verde”). Uno de los más famosos y antiguos es St. Stephens Green y, sin duda, entre los más visitados está Merrion Square Park con sus estatuas, entre ellas la de Oscar Wilde.
Antes de terminar la jornada (sí, todo esto en un solo día) te recomendamos que vayas de compras a Grafton Street y sus grandes almacenes o al St. Stephen’s Green Shopping Centre, un edificio de vidrio y metal construido hace más de un siglo que alberga varias tiendas.
Para cerrar con broche de oro este paseo por Dublín no puedes irte a la cama sin antes haber bebido una clásica cerveza Guiness. ¿Dónde? Temple Bar es el sitio más conocido, aunque hay muchos otros en el mismo barrio donde además escuchar música típica irlandesa.
Paseos adicionales por Dublín
Si todo lo anterior te ha sabido a poco o tienes un día más disponible en la capital de Irlanda puedes ir a Kilmainham Gaol, la prisión que fue testigo de los conflictos políticos locales (se accede con una visita guiada en inglés). También puedes visitar Old Jameson Distillery, la fábrica de whisky más popular de la ciudad, donde se aprende el proceso de elaboración y donde la entrada incluye una degustación.
Otra alternativa es recorrer el Temple Bar Food Market, en el mismo barrio de la cervecería, pero en este caso una feria de fin de semana para saborear desde ostras a quesos de oveja. Puedes buscar la estatua de Molly Malone, que representa a una pescadera con un generoso escote que murió en la calle por la fiebre (calle Grafton), o cruzar el Ha’penny Bridge, un puente con una curiosa historia que tendrás que descubrir.
“Cuando yo muera, Dublín estará escrito en mi corazón.”
-James Joyce-
El recorrido no podría ser completo si no fueses a The Brazen Head, el pub más antiguo del país (fue fundado en 1198) y visitado por personalidades como James Joyce (hay un museo que expone objetos muy extraños pertenecientes al escritor), Winston Churchill y el líder revolucionario Michael Collins. Ideal para una cerveza y unos mejillones al vino blanco.