Lecciones de vida que aprendes viviendo en el exterior
Irte del lugar en el que naciste y creciste, tomar la decisión de separarte de tu familia y amigos más cercanos no es fácil. Sin embargo, son muchos los aprendizajes y lecciones de vida que obtenemos de esta experiencia y que nos hacen crecer y madurar como seres humanos.
Lo que aprendes viviendo en el exterior
1. Madurar
Salir de tu zona de confort y enfrentarte a los retos de la vida te hará crecer y madurar. Ya no serás el niño consentido, ahora tendrás que valerte por ti mismo, comprenderás a tus padres y agradecerás todo lo que hicieron por ti.
2. Aprender un nuevo idioma
Este punto depende obviamente del sitio al que decidas emigrar, pero si lo haces a un país en el que hablen un idioma diferente al tuyo ganarás la más poderosa de las herramientas para desarrollar tu máximo potencial a nivel personal y laboral.
3. Conocer nuevos lugares
Viajar es la forma más divertida en la que podemos aprender de otras culturas. Te darás cuenta que, aunque tu país es uno de los lugares más hermosos y maravillosos, los demás también tienen extraordinarios sitios que te enamorarán desde el primer instante.
4. Más libertad
La mudanza, nuevos amigos, nuevo trabajo, nuevo país, nuevos retos, muchas satisfacciones y más libertad. Nunca has sido tan dueño de ti mismo y tan libre como lo eres ahora.
No se trata de poder llegar a tu casa a la hora que quieras, sino de sentir que si has sido capaz de enfrentar tantos obstáculos y salir airoso nada ni nadie puede detenerte. Todos los límites los borraste de tu cabeza y nunca antes te sentiste tan libre y pleno con tu vida.
5. Valoras lo que dejaste
Probablemente antes no le dabas muchas importancia a los pequeños detalles de tu vida: tener una familia que se preocupa por ti, las comodidades, los amigos, las plazas de tu ciudad o esa playa en la que pasaste momentos inolvidables.
Cuando te mudas al exterior comienzas a valorar hasta los más mínimos detalles, te das cuenta de los profundamente afortunado que eres y del inmenso amor que sientes por tus seres queridos, amigos y país. Te sientes orgulloso del lugar de dónde vienes y aprovechas todas las oportunidades para volver con los que tanto quieres y valoras como nunca antes cada reencuentro.
“Dentro de 20 años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta amarras, navega lejos de puertos seguros, coge los vientos alisios. Explora. Sueña. Descubre.”
-Mark Twain-
6. Te conviertes en un ahorrador
Has tenido que estudiar y trabajar muy duro, de repente te das cuenta que no tienes el respaldo económico de tus padres y te toca labrarte un camino por ti mismo.
Cuando emigras te das cuenta que la vida lejos de tu casa no es nada fácil, te ha costado mucho lo que has conseguido y definitivamente no quieres derrocharlo. Aunque te gusta disfrutar de la vida, eres mucho más cuidadoso con tus gastos y planificas muy bien los mismos para evitar deudas sin sentido.
7. Cambias
Todos sabemos que viajar cambia a las personas, conocer nuevas culturas te hace crecer como ser humano. Pero si te mudas a otro país ese cambio será mucho más profundo de lo que puedas imaginar.
Tus perspectivas cambian, maduras y valoras mucho más a tu familia. Tus miedos y raíces se verán profundamente sacudidas, probablemente tomes decisiones y hagas cosas de las que antes no te creías capaz.
8. Sin apego a las cosas materiales
Antes pensabas que no podías vivir sin tu camisa favorita o sin ese juguete de la infancia que fue tan especial, pero cuando tuviste que meter tu vida en dos maletas para mudarte a otro país comenzaste a entender que lo más preciado son tus recuerdos y la familia.
Desde el instante en que te mudas al exterior dejas de establecer tanto apego con las cosas materiales, te das cuenta que lo verdaderamente importante son tus querencias y que lo material es reemplazable.
9. La decisión más difícil, pero también la más acertada
No hay vuelta atrás, renunciaste a la mayoría de tus comodidades, eres el dueño de tu hogar con todo lo bueno y malo que ello implica.
A pesar de la nostalgia que te ataca de vez en cuando, te sientes fenomenal en tu nueva vida, te has convertido en un ciudadano del mundo y piensas que un lugar tan grande y maravilloso hay que seguirlo descubriendo.
Dejar tu país, tu familia y tus amigos es una de las decisiones más difíciles que una persona puede tomar. Sin embargo, es también la oportunidad para conocer y disfrutar, crecer y descubrir que no hay límites para alcanzar lo que te propongas. Son muchas las lecciones de vida que aprendes en esa nueva aventura que es vivir en el exterior.