La Pequeña Venecia de Colmar, un rincón encantador
Dentro de la región de la Alsacia, al noreste de Francia, Colmar es una de las ciudades más bonitas que podemos encontrar en este país. Una ciudad que parece anclada en otra época y de la que destaca uno de sus maravillosos barrios, apodado como “la Pequeña Venecia”. Te vamos a contar todo sobre él ¿Vienes?
Colmar: una ciudad única
A los pies de la cordillera de los Vosgos y capital del departamento del Alto Rhin, Colmar combina a la perfección varios estilos. Al estar muy cerca de la frontera con Alemania, una parte de su casco antiguo sigue la típica arquitectura gótica germana, una de las características más famosas de la ciudad.
La situación geográfica, por supuesto, también ha influido en ella. Así, Colmar también es conocida como “Capital de los Vinos de Alsacia“.
Los orígenes de esta localidad se remontan a cinco mil años a.C., cuando se levantó un asentamiento a orillas del río Rhin. Posteriormente los romanos y los germanos ocuparon la zona, hasta que los francos se hicieron con el territorio en el siglo V.
Sin embargo, el desarrollo más importante (tanto en lo económico como en lo social) comenzó durante la Edad Media y más concretamente bajo el mando de los carolingios. En 1266 recibe el título de “Ciudad Imperial”. En 1342 se crea la región de Alsacia por orden de Carlos IV y Colmar se integra en ella en 1354.
En la Edad Moderna podemos destacar el “choque” del cristianismo con la reforma luterana alemana. Esta última religión fue introducida en Colmar en 1575. Las Guerras de los Treinta Años y la Holandesa dejaron a la ciudad bajo el protectorado de Francia y durante la Guerra Franco-Prusiana una buena cantidad de su patrimonio fue destruido.
En las guerras mundiales también sufrió varios daños, de hecho Colmar fue la última ciudad de la región en ser liberada. Afortunadamente, tras ello y poco a poco se fue reconstruyendo hasta conseguir la imagen que de la ciudad tenemos hoy en día.
Conócela en este free tour por Colmar, una visita guiada por una de las ciudades más bonitas de Alsacia.
De paseo por la Pequeña Venecia de Colmar
Sus pintorescas calles y su arquitectura típica alemana son las imágenes más famosas de Colmar. Sin embargo, hay una zona de casitas tradicionales alsacianas a orillas del río Launch que le valieron a la ciudad el sobrenombre de “Pequeña Venecia” (La Petite Venise en francés). Un paseo en barco es la mejor manera de recorrer este precioso barrio.
Junto a la Pequeña Venecia se descubre el Quai de la Poissonneire (barrio de los Pescadores), que lleva ese nombre porque allí se instalaron los pescadores de la ciudad. Las casas con entramado de madera y colores llamativos es lo más pintoresco del paseo.
Y también está el Quartier des Tanneurs (barrio de los Curtidores). En este caso, las viviendas son también con entramado de madera pero pintadas en su mayoría de blanco.
Otros rincones imprescindibles
En Colmar hay varias casas que no te puedes perder durante tu recorrido. La primera de ellas es la casa Pfister, de estilo renacentista, construida a mediados del siglo XVI y considerada la más hermosa de la ciudad.
Tampoco debes perderte Koifhus, que se erigió a mediados del siglo XV como sede de la Aduana, o la de las Cabezas, de principios del siglo XVII y con 106 estatuas de cabezas en su fachada. La casa de la Policía está en la Plaza de la Catedral y es el antiguo ayuntamiento. Y acabamos en la Casa Adolfo, de mediados del siglo XIV, la más antigua de Colmar.
En lo que a arquitectura religiosa se refiere, hay que visitar la iglesia Dominicana. Es del siglo XII y alberga obras del pintor alemán Martin Schongauer. La iglesia de San Mateo (del siglo XIII) y el antiguo convento de los Dominicos son también interesantes.
“El viajero es activo, va enérgicamente en busca de gente, de aventura, de experiencia. El turista es pasivo, espera que le ocurran cosas interesantes.”
– Daniel J. Boorstin –
Si eres de aquellos que prefiere conocer una ciudad a través de sus museos en Colmar puedes encontrar lugares de interés. Destacan el Unterlinden, con su Retablo de Isenheim (una de las mayores joyas del gótico alemán) y el Bartholdi, en la casa natal del escultor que diseñó la Estatua de la Libertad de Nueva York.
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