Hierve el Agua en México, unas cascadas muy singulares
México posee muchos atractivos turísticos naturales y culturales. Dentro de los primeros encontraremos Hierve el Agua, un sistema de cascadas petrificadas a 70 kilómetros de la ciudad de Oaxaca que se formaron hace miles de años a causa del escurrimiento del agua con alto contenido en minerales. Una bella panorámica que simula fantasmales cataratas detenidas en el tiempo para el espectador como por arte de magia. Sumerjámonos en un balneario natural a más de 30 metros de altura.
Hierve el Agua, cascadas detenidas en el tiempo
Hierve el Agua es un importante reclamo ecoturístico para la ciudad de Oaxaca. Al llegar allí el turista encontrará dos saltos de agua hechos de roca. A este tipo de fenómeno natural se le conoce como cascada de sal o petrificada.
Las caídas se forman por pequeñas cantidades de agua sobresaturada de carbono de calcio a causa de la filtración de la lluvia en el suelo. Conforme el líquido fluye desde la cara de la roca, se van formando estalactitas de apariencia blanca debido al carbono, aunque otros minerales también las forman. Hierro, bario o plata son solamente algunos ejemplos. Además, a causa de su alta composición en sales y minerales, se dice que ese agua tiene propiedades curativas.
Hierve el Agua consta de dos cascadas de sal que caen a doce y treinta metros de altura, recibiendo respectivamente el nombre de Cascada Chica y Cascada Grande, que forman un curioso mirador elevado unos 50 metros sobre el valle.
En su parte superior encontramos una gran alberca que forma una piscina natural de aguas sanadoras a más de 20º, lo que transforma este magnífico lugar en un balneario natural con unas vistas impresionantes.
Un anfiteatro de lo más especial
Desde luego no existe mejor obra de arte que la naturaleza, y en Hierve el Agua encontraremos el más curioso anfiteatro del mundo, así llaman a esa gran alberca que se encuentra en la parte más elevada de la colina que presenta las dos cascadas de sal.
Desde las aguas de esta piscina natural, que oscilan entre los 20 y 25 grados, podremos maravillarnos con las vistas. Ante nuestros ojos una tierra indómita cuyo salvaje fluir de aguas ha sido detenido solo para nuestro deleite y donde podremos abandonar nuestro cuerpo a la más mística experiencia de sanación o simplemente al más puro relax.
“Estudia la naturaleza, ama la naturaleza, acércate a la naturaleza. Nunca te fallará.”
-Frank Lloyd Wright-
Este entorno natural nos transportará alejando las pesadumbres del día a día para dar paso a una calma maravillosa, siempre y cuando no encontremos este balneario abarrotado, en cuyo caso tendremos que compartir las propiedades de sus aguas.
Zona arqueológica
Además del área de las cascadas de sal, Hierve el Agua también es un importante yacimiento de la tribu zapotecos, pobladores de la zona hace ya más de 2.500 años. Estos construyeron un sistema de riego y terrazas cuyos canales atravesaban el territorio ocupado hoy por la atracción turística.
Este hallazgo arqueológico es único, pues el riego no era común en el México prehispánico. Disfrutarán la visita tanto amantes del descanso y la relajación, como los entregados a la historia y la cultura.
Entre los nativos, casi se considera a este entorno un lugar sagrado, pues parece que un poder supremos haya petrificado los saltos de agua como si de troles tocados por el sol se tratara, dejando detenida su belleza. Quizá los zapotecos utilizaran por ello el sistema de riego que aún se conserva intacto con la firme intención de que todos los miembros del clan disfrutasen del preciado don. Esta maravilla natural nos acerca el misticismo de ambas ideas para refrescarnos con un poco de historia, una visita 100% recomendable.
Un hospedaje singular
En vista del gran atractivo turístico que es la zona por tratarse de un paraje natural con altas propiedades sanadoras, es lógico suponer que en temporada alta haya un gran nivel de saturación turística.
Para evitar tener que alejarnos demasiado del lugar, se han construido una serie de servicios para los visitantes. Desde comida hasta pequeños mercados, el turista puede encontrar todo lo necesario sin desplazarse grandes distancias.
Un atractivo más lo confiere el área de la cabañas, llamadas también Turis Yu’u, creadas en los años noventa y que ofrecen restaurantes al aire libre y estancias nocturnas que harán de tu visita una experiencia inolvidable que nos sumergirán de lleno en una excepcional y desconocida cultura americana.