Las cuevas de hielo de Islandia más visitadas
Si eres de los que buscan perderse entre paisajes únicos y de aspecto casi sobrenatural, presta atención. Vamos a visitar dos de las cuevas de hielo de Islandia más impactantes. Son varias las cuevas de este tipo que se pueden recorrer durante las diferentes épocas del año en el país, pero estas que vamos a ver se encuentran entre las más valoradas por los viajeros.
Además, visitar las cuevas de hielo de Islandia es un aliciente para realizar rutas de trekking por los glaciares. Del mismo modo, es importante señalar que las cuevas de hielo cambian constantemente por su proceso de formación. Estas son el resultado del agua que se derrite en los diferentes puntos de los glaciares, formando oquedades de gran belleza.
Cuevas de hielo de Islandia: Skaftafell
La cueva de hielo de Skaftafell está en el segundo parque nacional más grande de Islandia, que recibe su mismo nombre. Aquí podremos observar de qué forma el impacto del volcán Grímsvötn y la fuerza del agua de ríos como el Skeydara han dado forma a un paraje de belleza sin igual.
Esta es una de las cuevas de hielo de Islandia más visitadas. Como ya hemos comentando, no es más que el resultado del deshielo. Aquí, dentro de esta especie de burbuja de hielo natural, podremos ser testigos de la incidencia de los rayos de sol sobre la superficie. Es así como se consigue ese aspecto de fantasía donde el hielo cambia de color, pasando de tonos oscuros hasta azulados.
La cueva de Skaftafell, también conocida como la cueva de hielo azul, se encuentra en el glaciar Svínafellsjökull. Este hielo lleva muchos siglos formándose en la parte superior del glaciar. Su coloración no es más que el producto de la perdida gradual de aire entre las capas que, finalmente, las dota de este color azul.
Del mismo modo que la mayoría de los visitantes disfrutan del espectáculo visual, también hay que mencionar que el crujir de las capas de hielo es bastante característico. Todos estos elementos hacen de la cueva un entorno único y realmente impactante. La cueva de hielo de Skaftafell solo puede visitarse en invierno.
Katla, otra de las cuevas de hielo de Islandia
Esta se encuentra al sur de Islandia, en el glaciar Myrdalsjokull. Gracias al constante deshielo producido en verano, las cuevas de hielo de Katla cambian cada día. Además, los viajes a Islandia en esta época son más baratos, por lo que son muchos los turistas los que optan por visitar las cuevas durante el verano.
Durante el recorrido por la cueva de Katla es natural sentir el continuo goteo del agua que se funde sobre nuestras cabezas. Incluso se crean pequeñas corrientes de agua que provienen de la cima del glaciar. Esta cueva fue descubierta recientemente, en el año 2017.
Al igual que sucede con la cueva de Skaftafell, se encuentra en un volcán activo. Del mismo modo, también podremos disfrutar de los cambios de color del interior de la cueva gracias a la luz solar. De hecho, al ser verano será mucho más fácil encontrar tonos únicos que van del violeta hasta el negro.
Un detalle a tener en cuenta es que la edad del hielo también influye en su coloración. El del color blanco será el propio de la nieve más reciente, mientras que el negro será el creado al mezclarse con la ceniza del volcán que ha quedado atrapada en el glaciar.
Consejos prácticos para realizar la visita
La forma más sencilla de viajar hasta la mayoría de las cuevas de hielo de Islandia es hacer un viaje por carretera desde Reikiavik. El viaje, de unas cinco horas, debe de pensarse con antelación porque dependemos de las inclemencias del tiempo. Ser precavidos y visitar la zona con días de margen ahorran disgustos.
De igual modo, es recomendable contratar alguna de las excursiones disponibles, ya que ofrecen material extra para realizar el camino hasta los glaciares. Para llegar a las cuevas, lo normal es realizar una ruta de trekking. Consultar a los guías para saber que tipo de requerimientos físicos se necesita o si es acta para todo tipo de edades también será de ayuda.
Por último, es imprescindible incluir en la maleta ropa de abrigo como mallas térmicas, pantalones de esquí y ropa impermeable, así como calzado para proteger nuestros pies del frío de posibles torceduras de tobillo durante el camino por el glaciar.