Los campos de Shibazakura: un mar de flores
La llegada de la primavera es momento de celebración, independientemente de la zona del mundo donde nos encontremos. Por ello en Japón, además de contar con sus diferentes Matsuri, se celebra la floración de los campos de Shibazakura.
Estas flores de color rosado visten por completo un recinto situado en la falda del Monte Fuji. Visitar los campos de Shibazakura no solo es parte de la tradición de muchos habitantes del país del Sol Naciente, también es una atracción turística que ha empezado a demandarse en los últimos años.
¿Qué son los Campos de Shibazakura?
Las flores de la familia Polemononiaceae son unas plantas de tipo tapizante que ofrecen una espectacular floración. Esta familia que recoge más de 400 especies, es la que se conoce en Japón por el nombre de Shibazakura. Este se traduce como “cerezos del césped”, debido a la forma de abanico de corazón en la que se disponen sus pétalos, muy parecidos a los de la flor del Sakura.
Estas flores de pequeño tamaño, de no más de 1,5 centímetros de diámetro, cuenta con una amplia gama de colores que van desde el blanco al púrpura, pasando por varios tonos rosados que son los utilizados en las plantaciones bajo la falda del Monte Fuji.
De entre las distintas variedades que encontraremos en el recinto queremos destacar la McDaniel’s Cushion, que cuenta con las flores de pétalos rosados de mayor tamaño. Otras variedades son la Tama no Nagare, que destaca por sus pétalos con bordes blancos o la Shibazakura de Oakington, que ofrece a los campos una nueva tonalidad gracias a sus pétalos de color púrpura.
Por último, también encontraremos la variedad Montblanc, que aportan un toque de color blanco a los diferentes parterres, un punto de pureza que recuerda al siempre nevado pico del Monte Fuji. El contraste de todas estas variedades crea un estampa única para los amantes de la fotografía.
Disfrutando del festival de Shibazakura
El Festival Fuji Shibazakura es uno de los eventos más populares de Japón gracias a su ubicación excepcional, a las faldas del monte Fuji. En el recinto preparado para la celebración podremos contemplar más de 80.000 flores Shibazakura.
Debido a su popularidad se considera más que un digno rival del Hanami, el festival de los cerezos en flor. Y es que aunque la flor de cerezo, o Sakura en el idioma local, es la flor representativa del país, los campos de Shibazakura son otra de sus postales más representativas.
Son muchos los turistas que se acercan a pasear por entre las flores y fotografiarse junto a ellas. Es un paisaje digno de admirar y de contemplar. Pagando la entrada, podremos pasear todo el tiempo que queramos. Por lo general no nos tomará más de una hora darle la vuelta completa al festival, pero tras esto podremos pasarnos por otras de sus atracciones.
Consejos útiles para disfrutar de la visita
Una de las formas más sencillas de viajar hasta el festival es utilizar alguna de las líneas de autobuses que salen desde Tokio o Kanagawa. Desde aquí, salen cada día varios autobuses que llevan hasta el festival por un precio asequible. Otra muy buena opción, si es que contamos con el JR Pass, es coger el Shinkansen hasta la estación de Shin-Fuji. Desde la propia estación podremos coger un autobús que nos dejará en la puerta del recinto.
El viaje hasta el Festival Fuji Shibazakura, tanto desde Tokio como desde Kanagawa, no nos supondrá más de una hora. Además, el precio de la entrada es de 600 yenes, lo que al cambio sería menos de 6 € por persona; un buen precio.
Por lo general, el festival comienza entre los meses de abril y mayo, cuando las flores cubren la parte baja del monte Fuji. Un detalle a tener en cuenta es que la página web del festival ofrece la posibilidad de hacer un seguimiento en tiempo real del estado de las flores. De esta manera nos aseguraremos de ir en la fecha apropiada.
Por último, la entrada también incluye el acceso al conocido como el Festival de Comida Deliciosa del Monte Fuji. Como en este recinto está prohibido comer o sentarse a hacer el clásico pícnic japones, se ofrece la posibilidad de degustar platos realizados exclusivamente para la ocasión. De entre ellos destacamos las galletas Fujiyama o el mochi Sakura.