Descubre el monte Fuji, un símbolo de Japón

Representado en obras y fotografiado cada año por japoneses y turistas de todo el mundo, el monte Fuji es en un icono del pais del sol naciente.
Descubre el monte Fuji, un símbolo de Japón
María Belén Acosta

Escrito y verificado por la especialista en Asia Oriental María Belén Acosta.

Última actualización: 27 enero, 2021

Una de las primeras imágenes que aparecen en la mente para representar al país del sol naciente es, sin lugar a dudas, el monte Fuji. Su importancia dentro de la cultura japonesa es innegable. De este modo, su influencia sobre aspectos como el arte o la religión lo convierten en uno de los símbolos más representativos del país.

Además de ello, el monte Fuji o Fuji San, nombre con el que se le conoce en Japón, forma parte de la lista del Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco desde el año 2013 como objeto de culto y fuente de arte.

Datos geográficos

El monte Fuji se encuentra en la isla de Honshu, entre las prefecturas de Shizuoka y Yamanashi. Es la montaña más alta de Japón. Alcanza una altitud de 3776 metros y su cráter tiene un diámetro de, aproximadamente, unos 800 metros.

Vista aérea del monte Fuji
Vista aérea del monte Fuji

El monte Fuji es un volcán que permanece dormido y que cuenta, actualmente, con un riesgo de erupción muy bajo. La última fecha registrada de activación se remonta a 1707. A esta erupción se la conoce como la erupción de Hoei y precedió a uno de los terremotos de mayor escala registrados en la historia del país.

Uno de los datos más interesantes sobre la formación del monte Fuji es que se trata de un volcán compuesto. En orden de profundidad encontramos, bajo las varias capas de lava endurecida, el volcán Komitake; en el centro de este se encuentra el volcán Kofuji y, por último, nombre por el que se le conoce, el volcán Fuji.

Estas capas del volcán han originado un extensa base cónica y simétrica que embellece la silueta, que puede contemplarse desde varios puntos del país.

La cima  del monte Fuji es muy característica. Está casi siempre cubierta por un espeso manto de nieve, formando dibujos y siluetas en torno a la ladera y el pico del volcán. Además, durante las diferentes estaciones, el volcán muestra paisajes completamente distintos.

Del mismo modo, en la puesta y en la salida del sol, recibe nombres como Fuji Diamante o Fuji Rojo. Esto se debe a la coloración que toma al ser cubierto e iluminado por la luz solar.

El monte Fuji en la sociedad japonesa

Templo sintoísta

En Japón es costumbre subir al Fuji una vez en la vida como parte de una realización personal o peregrinación. Cerca de 300 000 personas acuden al monte cada año. A pesar de su altura, el ascenso es muy fácil. Por ello, cualquier persona, con las medidas adecuadas, puede realizar sin problema el recorrido hasta llegar a la cima.

Parte de este camino de peregrinación proviene de las creencias ancestrales de Japón. Según el sintoísmo, el monte Fuji era el hogar de un kami. Los kami son dioses protectores del pueblo japonés. Muchas leyendas y escritos narran la intervención del kami que habita en el volcán. A este se le atribuyen tanto catástrofes naturales como años de prosperidad.

El mayor propósito de llegar a su cumbre es presenciar el Goraiko, que significa la llegada del amanecer. Contemplar el sol naciente, nombre icónico que recibe el propio país, encarna la renovación y el renacimiento del espíritu. En otoño e invierno se cierra el paso los visitantes para preservarlos de las bajas temperaturas y nevadas.

El monte Fuji en el arte japonés

Atardecer en el monte Fuji

Del mismo modo, el monte Fuji ha inspirado a numerosos artistas. Su presencia ha tenido, desde los inicios de la civilización japonesa, un gran impacto en el arte.

Uno de los artistas japoneses más reconocidos, Katshika Hokusai, logró que sus obras, donde se representa casi siempre al monte Fuji como punto central, se popularizaran en Occidente. Incluso artistas como Van Gogh y Monet incluyeron este símbolo japonés en algunos de sus trabajos.

Aunque con el paso de los años, al igual que otros símbolos y tradiciones japoneses, el monte Fuji haya perdido parte de su simbolismo espiritual y religioso, sigue siendo un icono de la cultura del país.

No solo ha sido representado en obras clásicas de la pintura, sino también en poemas, kimonos tradicionales e incluso como logotipo de administraciones locales. Todo el pueblo japonés siente un gran aprecio por este volcán nevado, de ahí que sea conocido como Fuji San, como muestra de cariño.