Descubrimos la belleza de los lagos de Covadonga en Asturias
Asturias siempre se presenta turísticamente como un paraíso natural. Y dentro de la extensión del Principado asturiano abundan los paisajes y lugares merecedores de semejante calificativo. Uno de ellos, sin duda alguna, son los lagos de Covadonga, de los cuales vamos a intentar mostraros sus rincones más hermosos.
La fama de los lagos de Covadonga
Desde hace muchos años, los montañeros y excursionistas de todo el norte de España conocían esta zona del Parque Nacional de los Picos de Europa, el más antiguo del país. Sin embargo, sería en las últimas décadas del pasado siglo XX, cuando este escenario adquiriría una popularidad inmensa. Y ello se debió a la llegada de varias espectaculares etapas de la Vuelta Ciclista a España.
Se trataba de un espectáculo deportivo pero también visual, ya que por la televisión se vieron unos paisajes increíbles, y eso incidió en aumentar la cantidad de turismo en los lagos de Covadonga. Y por supuesto, muchos de esos turistas, a día de hoy, siguen acercándose hasta aquí en bicicleta, para disfrutar de esta zona de Asturias y al mismo tiempo que emulan a sus ídolos del pedal.
La ascensión hasta los lagos
Sea en bici, caminando o en coche, lo cierto es que todo el mundo comienza esta ascensión en el hermoso pueblo de Cangas de Onis. Una población reconocida por ser una de las entradas asturianas a los Picos de Europa, además por ser el lugar comienzo del famoso descenso del río Sella. Un descenso que se inicia bajo su monumento más emblemático, el llamado Puente Romano.
Lo mejor de los lagos de Covadonga
El lago Enol
El primero de los lagos de Covadonga es el de Enol. Esta cubeta de agua de origen glaciar se encuentra a 1.000 metros de altitud. Se trata de un lago bastante profundo, ya que alcanza un profundidad de 27 metros.
Y por supuesto, sus aguas en cualquier fecha del año están muy, muy frías. Eso no impide que lo habiten muchos cangrejos de río.
El Mirador de la Reina
Junto al lago Enol hay un aparcamiento y desde ese punto parten unas escaleras hacia arriba. Al igual que es obligado parar a contemplar las tranquilas aguas del lago, también es imprescindible subir esas escaleras y asomarse al Mirador de la Reina para ver Cangas de Onís y las montañas del entorno. Solo por esas vistas en un día claro, merece la pena hacer una escapada a Asturias.
“Cualquier paisaje es un estado del espíritu.”
– Henri-Frédéric Amiel –
El lago de la Ercina
Este es el segundo lago, el de la Ercina, y aún habría otro más pequeño llamado El Bricial, pero este último solo tiene agua si el deshielo es abundante. En cambio, La Ercina tiene agua todo el año. Desde aquí, a 1.100 metros, se cierra el paisaje y hay unas vistas increíbles del entorno montañoso.
Y en la Ercina se puede ver, además de ganado en los pastos, un buen número de aves acuáticas que disfrutan de la tranquilidad de sus aguas y de la vegetación que allí surge.
El Santuario de Covadonga
La excursión hasta los lagos de Covadonga es una actividad de lo más completa. Se ven paisajes preciosos, se puede hacer deporte en la naturaleza, se descubre la historia de Asturias en lugares como Cangas de Onís, y además se puede visitar uno de los santuarios más venerados por los asturianos: el de la Virgen de Covadonga.
No le podréis decir a ningún habitante del Principado que habéis hecho turismo en Asturias y no habéis llegado hasta aquí y habéis contemplado la Santina. La imagen de la virgen ubicada en la Santa Cueva. Lo cierto que es un lugar muy atractivo para los creyentes y también para los que lo son menos, ya que el emplazamiento es ciertamente hermoso.