7 sugerencias para descubrir Dublín
La capital de Irlanda, es una ciudad perfecta para pasear y disfrutar de su magnífico ambiente. Un buen plan para descubrir Dublín es recorrerla con calma y sin ideas preconcebidas. Sin querer los pasos te llevarán a esos lugares de visita obligada por su interés turístico. ¿Qué verás y harás en Dublín?
Sugerencias para descubrir Dublín
1. Degustar una cerveza en la Guinness Storehouse
Una de las cosas por las que Dublín es conocida es por su cerveza Guinnes, y qué mejor forma de conocer la ciudad, que visitando la antigua fábrica, la Guinness Storehouse. Esta fábrica se encuentra en St. James’s Gate, casi en la orilla del río Liffey y es uno de los centros turísticos más populares.
El lugar brinda un recorrido fascinante por la historia de la marca y de esta bebida de fama mundial. Después de recorrer las siete plantas tendrás la opción de subir al Gravity Bar. Se trata de un local que ocupa la última planta del museo, donde puedes observar unas maravillosas vistas panorámicas de la ciudad degustando una pinta de Guinness.
2. Pasear por el Trinity College
El Trinity College es otro de los lugares muy populares de Dublín. La razón es que su antigua biblioteca guarda el Libro de Kells, un manuscrito del siglo IX colmado de motivos celtas que inspiró la película de animación The secret of Kells.
El Trinity College fue fundado en 1592, es la universidad más antigua de Irlanda y una de las más famosas del mundo. Su campus, que se encuentra en pleno centro de la ciudad, es un oasis de zonas verdes y tranquilidad. Pasearlo permite dar un vistazo al famoso campanile de la universidad.
3. Visitar la Catedral de St. Patrick
La Catedral de St. Patrick fue fundada en 1191, en los tiempos en que ya existía otra catedral en Dublín, la Christ Church. En su interior destacan los pendones colgados que muestran a los regimientos de los soldados irlandeses que participaron en la Primera Guerra Mundial. También es de interés que posee uno de los mayores órganos de Irlanda.
4. Visitar el castillo de Dublín
El castillo de Dublín es una parte muy importante de la historia de la ciudad y del nacimiento de la República de Irlanda. Se trata de una fortaleza medieval de la que queda solo una torre de la estructura original, pues fue arrasada por un incendio en el siglo XVII.
Vale la pena conocer los jardines que se encuentran en la parte trasera del castillo. En ellos se encontraba la Laguna Negra, o Dubh Linn, sobre la que se fundó la ciudad y que le dio su nombre.
5. Seguir los pasos de James Joyce
James Joyce es quizá el escritor más importante de Irlanda y uno de los más influyentes del siglo XIV. Desde hace 60 años, cada 16 de junio, los irlandeses y turistas se lanzan a la calle a seguir los pasos del afamado escritor, para rendirle homenaje a él y a su novela Ulises.
Los recorridos comienzan en The James Joyce Centre hasta la estatua ubicada en Earl Street, una de las calles perpendiculares a O’Connell. Algunos de los recorridos sugeridos llevan hasta el Writer’s Museum, en Parnell Square, que recoge también escritos y recuerdos de autores como Oscar Wilde, Samuel Beckett o Jonathan Swift.
“Cuando yo muera, Dublín estará escrito en mi corazón.”
-James Joyce-
6. Conocer Temple Bar
Si quieres descubrir Dublín de verdad no puede faltar un paseo por Temple Bar, uno de sus barrios más antiguos y carismáticos. Sus calles estrechas y adoquinadas son el centro de la vida nocturna, cultural y de ocio de la ciudad.
En el entramado medieval de sus calles abundan los pubs y restaurantes, además de un gran ambiente en cualquier momento. Pasear por este barrio es muy agradable a cualquier hora del día.
7. Tomarse una foto con Molly Malone
La estatua de Molly Malone es todo un símbolo en Dublín. Se encuentra en la calle Grafton, un lugar muy céntrico de la zona comercial más elegante de la ciudad. Siempre se le ve rodeada de turistas que quieren fotografiarse con ella.
Su nombre viene de una popular canción de Irlanda que se ha convertido en el himno no oficial dublinés. El autor de la célebre melodía fue James Yorkston y la compuso alrededor de 1880.
La letra de la canción habla de hermosa pescadera, llamada Molly Malone que murió de una fiebre en plena calle. La canción cuenta que iba por las calles de la zona portuaria de Dublín, empujando un carro y gritando “¡Mejillones y berberechos vivitos!”. Una forma de descubrir Dublín a través de sus leyendas.