5 rincones de Irlanda que debes conocer
Por su valioso patrimonio histórico, por sus verdes y húmedos paisajes, así como por el amable trato de sus gentes, se ha convertido en uno de los destinos más populares de los últimos años. Hay rincones de Irlanda que han inspirado y siguen inspirando a jóvenes y artistas de todo el mundo.
El ambiente de sus ciudades se da la mano con la tranquilidad y la belleza de algunos de los parajes más hermosos del norte de Europa. Rincones de Irlanda llenos de magia y de encanto que te vamos a descubrir y que harán que te enamores inmediatamente de esta bella isla.
Rincones de Irlanda: ciudades de leyenda
Cork, la Venecia irlandesa
Es el condado de mayor extensión de la isla y, por lo tanto, guarda una tradicional rivalidad con Dublín, la capital del país. Las calles de esta ciudad están imbuidas de un gran espíritu cultural.
Además de ser la orgullosa poseedora de varios museos y de numerosas sedes artísticas, esta pequeña urbe organiza algunos de los festivales más famosos del panorama actual como, por ejemplo, el Cork Jazz Festival y el Cork Film Festival. Sus pubs de estilo típico proveerán al sediento turista de su deliciosa black stuff, la cerveza negra originaria de esta población.
A las afueras se encuentra el castillo de Blarney, preciosa fortaleza medieval donde es posible besar la Piedra de la Elocuencia, que trae suerte a aquellos que consiguen alcanzarla con los labios.
“Ambos pertenecéis a Irlanda, el talento y la fuerza.”
-James Joyce-
Dublín, capital gaélica
Como capital del país, Dublín puede presumir de ser la metrópoli más moderna de esta república.
A pesar de contar con apenas museos o edificios de interés cultural, miles de estudiantes de todos los rincones del planeta acuden aquí anualmente para completar sus estudios. La razón es simple: el buen ambiente impregna cada calle, barrio y recoveco.
Dublín cuenta con montones de zonas ajardinadas como el Phoenix Park, el parque urbano más grande de Europa, así como con gigantescas áreas comerciales que hacen las delicias de los propios irlandeses que visitan este núcleo urbano.
Una de sus atracciones más valoradas es la fábrica Guiness, al final de cuyo recorrido se ofrece la posibilidad de degustar gratuitamente una cerveza en su espléndida terraza con vistas panorámicas de la zona colindante.
Rincones de Irlanda: paisajes naturales
Calzada del Gigante
Hace aproximadamente 60 millones de años tuvo lugar un espectacular incidente en las costas irlandesas. Tras el rápido enfriamiento de los esputos de lava expectorados por una antigua caldera volcánica, una espaciosa extensión de terreno costero quedó decorada por unas singulares y gigantescas columnas de basalto.
Sin embargo, aun conociendo la verdadera historia de su creación, el entusiasta pueblo gaélico posee una leyenda que explica cómo fueron concebidas estas rocas y que todavía continúa contándose de generación en generación.
En ella se narra el odio que un gigante irlandés y otro escocés sentían el uno por el otro. Se despreciaban tanto que solían lanzarse piedras desde sus respectivas playas con la intención de dañarse. El segundo de ellos decidió cruzar por el camino pedregoso que entre los dos habían creado sobre el mar para derrotar a su adversario. Pero este, ayudado por su mujer, consiguió engañarle, obligándole a huir de terror. El asustado titan extranjero hundió las piedras todo lo que pudo con la intención de que su enemigo nunca fuese capaz de seguirle.
Rincones de Irlanda: abadías y castillos
Castle of the Kings
El castillo de los Reyes es también conocido como la Roca de San Patricio, y es que fue el lugar específico en el que este santo, patrón de Irlanda, convirtió al cristianismo al rey de la provincia de Munster.
Sus ruinas se conservan hoy en día. La visita es muy recomendable para aquellos que deseen comprender un poco mejor la memoria colectiva del país. Durante el tour recorreremos un gran torreón, la pieza más vetusta de esta edificación amurallada. De camino penetraremos en el interior de la enorme y bella catedral así como en la popular capilla de Cormac, ambas de estilo románico medieval.
Además de todo esto, encontraremos otras construcciones de interés como, por ejemplo, las dos salas corales y el palacio arzobispal, al que se accede a través de una serie de pasadizos que antiguamente permanecían ocultos a aquellos que no fuesen miembros del clero. Todo el conjunto se encuentra rodeado cercado por un precioso cementerio.
Abadía de Kylemore
En las inmediaciones del Parque Nacional de Connemara se ubica la majestuosa abadía de Kylemore, rodeada por sus valiosos jardines victorianos. Su sugestiva estampa destaca sobre las aguas del lago homónimo a orillas del que se localiza.
La crónica de la construcción de esta fortaleza es bastante triste, como tantas otras historias de palacios creados por amor como, por ejemplo, el caso del Taj Mahal, en la India. En este caso, una mujer seducida por el esplendor de los bosques de la zona, le pidió a su marido que construyese una casita. Su esposo le prometió un castillo pero la joven falleció durante la cimentación del terreno y, por lo tanto, no llegó a verlo nunca terminado.
Desde hace un siglo esta antigua fortaleza ofrece cobijo y hogar a una congregación de monjas benedictinas.