White Sands: el onírico Desierto Blanco
¿Crees que es posible estar en un inmenso espacio de nieve y no solo no tener frío, sino que el clima sea extremadamente seco y caluroso? Pues tal vez esto parezca imposible en nuestro planeta, pero en el lugar que vamos a visitar el efecto es lo más parecido a lo descrito en la pregunta que abre este artículo. White Sands, el Desierto Blanco es uno de esos rincones que parecen de fantasía.
Vivimos en un planeta en el que las maravillas que la naturaleza ha sido capaz de crear no tienen rival con cualquier edificio u obra levantada por el hombre. En este sentido, White Sands es una de las manifestaciones más espectaculares y misteriosas de cuantas hay en nuestro mundo.
Qué es White Sands
White Sands es popularmente conocido como el Desierto Blanco, aunque más bien podría decirse que es una extensa planicie nevada si lo miramos a cierta distancia, pues el efecto que produce es increíble. Un efecto producido por la erosión del viento, que tras siglos de soplar sobre sus arenas ha cristalizado totalmente el abundante yeso que se encuentra en la región, provocando el singular paisaje de un extraño mundo repleto de arenas blancas.
Si te apetece conocer White Sands, solo tienes que acercarte hasta el estado de Nuevo México, en Estados Unidos, pues allí es donde se ubica esta increíble manifestación de la naturaleza. Es un espacio protegido repleto de dunas formadas por arenales de yeso blanco en tal cantidad que no hay en el mundo una mayor concentración de este singular fenómeno.
Para acceder hasta White Sands, una vez hemos llegado al estado de Nuevo México, hemos de dirigirnos hasta la población de Alamogordo. En el suroeste de la localidad, a unos 25 kilómetros, podemos recorrer a lo largo y ancho el singular fenómeno del Monumento Nacional Arenas Blancas, pues así es como se ha denominado por los norteamericanos.
El Desierto Blanco de White Sands se ubica exactamente sobre una zona conocida como la Cuenca de Tularosa, a unos 1300 metros sobre el nivel del mar. De hecho, hace miles de años esta parte de Estados Unidos estuvo totalmente cubierta por las aguas, acumulando el yeso que con el paso del tiempo fue cristalizado por la acción del viento hasta ofrecer este fantasmal e impresionante panorama como no se ha visto en otra parte del planeta.
“Dios creó el desierto para que el hombre pudiera sonreír al ver las palmeras.”
-Paulo Coelho-
Las condiciones únicas de White Sands
Como decimos, en la zona de Nuevo México donde se ubica el Desierto Blanco se han dado unas condiciones únicas y especiales que han permitido este fenómeno. El yeso se encuentra en forma de arena, algo muy extraño. Además, el hecho de no tener salida al mar ha provocado la falta de lluvias, lo que favorece la concentración de estos materiales.
Una vez cristalizado en forma de selenita, este material resultante se erosiona formando amplias dunas blancas en manos del azaroso viento que da caprichosas formas a uno de los desiertos más espectaculares que se conocen en todo el planeta.
No obstante, la parte más sorprendente de White Sands la encontramos en el suroeste, donde el surrealismo campa a sus anchas. Durante las escasas lluvias del año en la zona, se crea un lago que ofrece unos paisajes que parecen sacados de una pintura de Dalí. Este fenómeno permite que la geografía cambie constantemente.
El lugar es tan singular que, pese a las pocas probabilidades de encontrar verde en White Sands, algunos tipos de vegetales han sido capaces de abrir hueco a la vida. Se pueden ver plantas que se han adaptado gracias a su rápido crecimiento para evitar que el desierto las entierre vivas.
Historia de White Sands
Aunque hoy en día White Sands es una área protegida que incluso posee su propio centro de visitantes para dar a conocer la zona, no siempre fue así. No obstante, con el tiempo se han ubicado caminos y senderos por los que se puede incluso caminar descalzo sobre el yeso cristalizado sintiendo la agradable sensación y tacto.
También se puede disfrutar de una visita en trineo sobre las dunas del Desierto Blanco, una experiencia muy divertida. Todo ello gracias a que el presidente Herbert Hoover denominó a White Sands como Monumento Nacional Arenas Blancas el 18 de enero de 1933.
No obstante, la historia ofrece controvertidas teorías sobre las instalaciones militares que rodean el parque, o que incluso están enterradas entre sus dunas. Se cree que todavía hay riesgo por las pruebas nucleares que en su día se realizaron entre las arenas del desierto.
Sea como fuere, tú solo tienes que recorrer la Ruta 70 a través de Nuevo México para llegar a uno de los monumentos nacionales más sorprendentes de Estados Unidos. Una parte singular del país norteamericano que se llama White Sands y que es única en todo el planeta.