3 visitas imprescindibles en Atenas
La capital de Grecia, Atenas, es una ciudad cargada de historia y riqueza arqueológica gracias al legado que dejó su antiguo imperio. Además, es la cuna de grandes pensadores como Platón o Sócrates y lugar de nacimiento de la democracia y filosofía. Atenas tiene mucho que ofrecer al visitante, pero solo nos vamos a detener en tres de sus rincones más significativos.
Atenas en 3 paradas
1. La Acrópolis, ciudad alta
La Acrópolis de Atenas es un imponente conjunto arquitectónico rodeado de muros y más elevado que el resto de la ciudad (156 metros sobre el nivel del mar). De hecho, su nombre significa “ciudad alta” y su silueta se puede apreciar desde cualquier punto de la ciudad
Este lugar es el verdadero icono de Atenas y de toda la civilización griega, una meseta de apenas de 270 metros de longitud y 85 de ancho en la que se levantan los monumentos más increíbles de la antigua Grecia.
A medida que pasaron los siglos la Acrópolis fue asaltada y saqueada. Sin embargo, aún es posible imaginar cómo fue en sus tiempos de máximo esplendor gracias a lo que se ha conseguido conservar.
El Partenón es la construcción más famosa, un magnífico edificio de estilo dórico levantado entre los años 477 y 432 a.C. para albergar una imponente escultura de Atenea Parthenos realizada en madera, marfil y oro.
Pero en la Acrópolis se pueden admirar los restos de otros fantásticos edificios: el Erecteion, un templo jónico con unas hermosas Cariátides; los Propileos, que eran la entrada a la Acrópolis; o el templo de Atenea, levantado para conmemorar la victoria de los griegos en la batalla de Salamina. Imprescindible es también visitar el museo de la Acrópolis para conocer la historia de cada uno de los edificios.
Y, para contemplar las más hermosas vistas de este recinto arqueológico único, lo mejor es hacerlo desde la colina del Licabeto o desde la del Filopapo.
“El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos”.
-Platón-
2. El apoteósico Estadio Panatenaico
Este teatro, construido entre 1869 y 1870, fue la sede de los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en 1896. Se edificó en mármol blanco sobre las ruinas de otro antiguo estadio levantado en el año 330 a.C.
El primitivo estadio era utilizado para conmemorar las antiguas Panateneas, que eran celebraciones de origen religioso para rendir homenaje a la diosa griega Atenea y que se realizaban cada 4 años. Algunas de las competiciones que se llevaban a cabo en honor a Atenea eran carreras cuadrigas, atletismo o luchas, y se incluían concursos musicales o de belleza.
El estadio actual tiene 204 metros de longitud por 83 de ancho y una capacidad para 60.000 espectadores. Sirve no solo como lugar de celebración de importantes pruebas deportivas, también acoge acontecimientos y eventos culturales de relevancia.
Este santuario del deporte se puede visitar, ofreciendo toda una experiencia a los visitantes, que pueden caminar por las gradas e incluso acceder al podium para retratar los anillos de los Juegos Olímpicos.
3. Jardines Nacionales de Zapion, la joya de la reina Amalia
Estos fantásticos jardines, que se extienden a lo largo de 16 hectáreas de terreno, dan forma al mayor pulmón verde de la ciudad. Unos jardines construidos por orden de la reina Amalia en el año 1840 y que fueron diseñados por Friedrich Schmidt, afamado horticultor y gran aficionado de las plantas de todas partes del mundo.
Es el sitio predilecto por los atenienses para encontrar paz y disfrutar de actividades al aire libre. En los Jardines Nacionales de Atenas se puede caminar tranquilamente por paseos adornados con esculturas de escritores famosos (Jean Moreás, Aristotelis Valaoritis y Diónisos Solomós). O, si se prefiere, es posible descansar junto a un pequeño estanque hogar de infinidad de especies de peces.
Al avanzar un poco más se encuentran algunas plazas y cafés para pausar un poco el recorrido. Adentrandose aún más el visitante encontrará incluso un Museo Bótanico para conocer un poco más sobre las distintas plantas que se hallan en los jardines.
Son solo tres rincones de Atenas que merecen una vista relajada, aunque la capital griega ofrece muchos más.