Un paseo por Alicante, ciudad afortunada
Alicante es una ciudad afortunada. Su clima templado la mayor parte del año y estar bañada por el Mediterráneo es todo un valor que la capital ha sabido explotar. Desde aquí queremos mostrarte algo más, ya que este lugar no solo es sol y playa.
Alicante, una ciudad que mira al mar
Uno de los puntos más visitados es la parte que da al mar. Alicante cuenta con la Explanada, el puerto con su zona de ocio y restauración, la playa del Postiguet, etc. En resumen, una ciudad que vive volcada al mar y que es una maravilla recorrerla a cualquier hora.
Una de las imágenes míticas es la Explanada de España. Tiene el suelo surcado por las ondas de un mosaico serpenteante en el cual los niños juegan a saltar esquivando los colores. Las palmeras lo delimitan y suele estar muy animado por las famosas heladerías y puestos de venta artesanos.
El puerto deportivo de Alicante tiene otro paseo magnífico. En los dos muelles puede uno encontrar varios servicios como hoteles (al lado de la playa del Postiguet), restaurantes, cines o tiendas. Podrás subir y tomar algo en el barco velero que es réplica del Santísima Trinidad. O bien comer en uno de sus tradicionales restaurantes, o incluso disfrutar de la noche en sus pubs.
La zona de ocio de Poniente da lugar a unas magníficas vistas del castillo de Santa Bárbara. De manera especial merece la pena el atardecer, que es cuando comienza a iluminarse. Al lado del muelle se puede visitar también la Lonja del Pescado.
La playa del Postiguet
Es una playa urbana muy frecuentada en verano. Es muy accesible y tiene todos los servicios necesarios, pues está pegada al núcleo de la ciudad, junto a la Plaza del Mar y al final de la Explanada. Una playa que cuenta con bandera azul.
Otras playas en el municipio son la famosa playa de San Juan, la de Urbanova o la costa y calas de la isla de Tabarca.
“Una inversión en un viaje es una inversión en ti mismo.”
– Matthew Karsten –
El castillo de Santa Bárbara
Un castillo que domina la ciudad y que ha sido fiel testigo de siglos de historia. Aparece en el escudo de Alicante y se puede acceder a él mediante ascensor de pago desde la base en la fachada marítima. Igualmente, se puede llegar en coche por la carretera que rodea el monte de Benacantil por la parte posterior.
En la parte de arriba existe un aparcamiento para poder dejar ahí nuestro vehículo. Así podrás explorar un recinto que nos ofrecerá sin duda alguna las mejores vistas de la ciudad alicantina.
Este castillo tiene su origen a finales del siglo IX. Se construyó en tiempo de la dominación musulmana, aunque en sus laderas se han ido encontrando restos de mayor antigüedad.
Su nombre se debe a que el día de la festividad de Santa Bárbara, el 4 de diciembre, fue cuando el infante Alfonso de Castilla (que luego sería el rey Alfonso X), tomó la fortaleza a los árabes en 1248.
Después de una serie de remodelaciones y su fortificación a principios del siglo XVI, el castillo fue cayendo en un estado de abandono. Pero en los años 60 se rescató para abrir al público y es hoy uno de los sitios más visitados de la ciudad.
En el castillo se organizan varios eventos a lo largo del año y visitas guiadas. En él hay algún que otro lugar para tomar un aperitivo, pero también se puede llevar comida, ya que existe zona de picnic.
Barrio de Santa Cruz
Uno de los barrios más típicos de Alicante. Aunque no es demasiado conocido, si paseamos por sus estrechas y empinadas callejuelas, parece que nos traslademos a otro mundo. Se deja el ajetreo de la ciudad para estar en una zona en altura que está junto a la muralla que desciende desde el castillo de Santa Bárbara.
A modo de curiosidad, de la actual ermita de Santa Cruz, del siglo XVIII, sale el Cristo en una procesión de las más espectaculares de las que se pueden disfrutar en la Semana Santa alicantina.
Como puedes ver, un paseo por esta zona de Alicante ya tiene sobrados atractivos. Acércate para pasar una buena jornada admirando los encantados de esta ciudad levantina y española. ¿Te vas a quedar sin visitarla?