Trento, ciudad escondida en los Alpes
La ciudad de Trento es uno de esos lugares no excesivamente conocidos de Italia, pero que una vez que se descubren suponen todo un hallazgo para los viajeros. Es una ciudad de tamaño entre mediano y pequeño con sus propios atractivos, pero por su amplia oferta de servicios se convierte en un campamento base ideal para desplazarse por un entorno natural majestuoso.
Trento, la capital del Trentino-Alto Adigio
La ciudad de Trento remonta sus orígenes a tiempos anteriores a los romanos. Es decir, posee una dilatada historia llena de episodios de interés. Y entre todos ellos el más conocido es el Concilio de Trento (1545-1563) que a todos nos nombraron en el colegio para decirnos que allí pusieron las bases de la Contrarreforma la Iglesia Católica.
No obstante, como hemos dicho, la historia es larguísima, y allí han ocurrido muchas cosas. Por ejemplo, no siempre ha pertenecido a Italia, de hecho, hasta el fin de la Primera Guerra Mundial este lugar pertenecía Imperio Austrohúngaro.
No en vano, Trento es la capital de la región de Trentino-Alto Adigio, también conocido como Tirol del Sur, dadas sus similitudes y cercanía a tierras austriacas y también suizas. O sea, es un territorio montañoso en el que se funden las tradiciones más italianas y las de sus vecinos del norte, por ello es una Italia singular y diferente.
El paisaje del entorno de Trento
Como hemos dicho, Trento posee una gran oferta de servicios para los viajeros. Por ello es un lugar inmejorable para alojarse y también para degustar o comprar la gastronomía local. Esto convierte a Trento en un excelente lugar para establecerse, y desde ahí acercarse a los alrededores, plagados de lugares de interés.
Hay que tener en cuenta que esta zona también se conoce como los “Montes Pálidos”, por sus peculiares paisajes entre los Alpes y los Dolomitas. Es decir, el atractivo paisajístico es indudable, con numerosos lugares para hacer deportes en la naturaleza.
Y hay opciones tanto para el verano como para el invierno, ya que abundan las estaciones de esquí en la región, como por ejemplo la más cercana de Monte Bondone, u otras tan famosas como Madona di Campiglio.
“El camino de la montaña, como el de la vida, no se recorre con las piernas sino con el corazón.”
-Andrés Nadal-
Los atractivos monumentales de Trento
Sin embargo, una vez establecidos en cualquiera de los alojamientos de Trento, también la ciudad posee sus propios atractivos, y no se hace necesario salir todos los días de sus calles para encontrar lugares de interés. De hecho, la urbe posee varios monumentos muy interesantes y fotogénicos.
La plaza del Duomo y la catedral de San Vigilio
Como es habitual en Italia, la catedral ocupa la plaza del Duomo. Y curiosamente el centro de esta plaza lo ocupa una fantástica fuente barroca construida en el siglo XVII y dedicada a Neptuno, dios del mar. Algo que llama la atención en una ciudad como Trento, completamente rodeada de montañas.
En esta plaza, sin duda destacan los volúmenes de arquitectura románica que representa la catedral, dedicada en este caso a San Vigilio, el patrón de la ciudad. Este templo remonta sus orígenes a los siglos XII y XIII, si bien con el paso del tiempo se fueron añadiendo elementos nuevos como su campanario y, sobre todo, se adornó mucho su interior, con diversas capillas, tumbas e interesantes pinturas al fresco.
Un paseo por el centro de Trento
Desde la Plaza del Duomo se puede hacer un atractivo recorrido tomando la Via Belezani. En ella y en todo ese entramado de calles se descubren muchos de los palacios renacentistas de la ciudad. Edificios como el Palacio Tabarellio o las magníficas Casa Relia o Casa Cazuffi, son ejemplos de la arquitectura de influencia veneciana, donde es habitual que las fachadas estén llenas de pinturas y de color.
Un fantástico paseo entre arte y que se ha de acabar sentado en algún restaurante o taberna, comiendo los platos más tradicionales y, sobre todo, bebiendo un vino de la zona, ya que en los alrededores de Trento hay multitud de bodegas y viñedos.
En lo alto de Trento: el castillo de Buonconsiglio
Aquí residieron durante siglos los príncipes y obispos que gobernaron la ciudad, toda una construcción originada en el siglo XIII pero muy transformada posteriormente.
Hoy en día, merece la pena visitarse, ya que está transformado en un interesante museo histórico. Además, se recorren salones, pasarelas, jardines, patios, celdas o torres históricas, algunas de gran valor artístico, como la torre del Águila, con pinturas al fresco de comienzos del siglo XV.
Y, sobre todo, desde el castillo se dispone de una amplia panorámica de la ciudad y sus alrededores. En esas vistas destaca el monte Paganella, a más de 2.000 metros de altura. Una cima alcanzable en funicular, lo cual permite disfrutar de una privilegiada visión de la región y de la cordillera alpina.