Saudades de Lisboa
La capital portuguesa tiene mucho para ofrecer. Cuando regreses de tu viaje entenderás verdaderamente qué significa tener “saudades de Lisboa”. ¡Querrás volver muchas veces! Es una ciudad preciosa, acogedora y perfecta para ir de paseo o incluso vivir. En este artículo te vamos a contar algunos secretos de una metrópoli pequeña pero más que agradable. ¡Te encantará!
Lisboa en 2 o 3 días
Pensando en la capital de un país podemos creer que necesitaremos semanas para recorrerla. En el caso de Lisboa, su tamaño es suficiente como para pasar un fin de semana (incluyendo viernes o lunes) y conocer casi todo.
Su temperatura es realmente envidiable en cualquier momento del año. Su historia inundará tus pasos y si decides permanecer más tiempo no será porque te hayan quedado demasiados rincones por descubrir, sino porque te quedarás enamorado de ella.
El centro histórico de Lisboa está ubicado a orillas del río Tajo y se le conoce como Baixa Pombalina. Al norte de la ciudad se localiza el barrio moderno y comercial. Te aconsejamos que des una vuelta por ambas zonas en tu estancia.
¿Qué ver en Lisboa?
Te daremos una idea general de lo que encontrarás en la capital de Portugal, así podrás organizar tu itinerario completo:
Plazas
La más importante es la plaza del Comercio, que durante décadas fue usada como área comercial desde el puerto.
La más animada es la plaza del Rossio, con decenas de bares y restaurantes alrededor y perfecta para una noche de juerga. Por último, la plaza del Margués de Pombal es el límite entre la parte antigua y la moderna. Se emplaza junto al parque Eduardo VII, al norte de la avenida da Liberdade.
Monumentos
La catedral e iglesia más importante de la ciudad es Santa María Maior, pero se la conoce popularmente como “Sé de Lisboa”.
El monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém son dos de los monumentos que no puedes perderte en tu visita a la ciudad. En el primero se encuentran los restos de Vasco da Gama y la segunda fue la defensa que protegía los alrededores y luego pasó a ser centro aduanero.
El Monumento a los Descubrimientos es otro sitio imperdible. Tiene más de 50 metros de alto y conmemora los 500 años de la muerte de Henrique el Navegante (que descubrió Cabo Verde, Madeira y las Azores). Finalmente el castillo de San Jorge, en la colina homónima (y más alta de la zona), es un símbolo histórico.
“Poemas del aire vendrán hasta aquí, lejos de Lisboa y lejos de ti. Amor recordado tristeza sin fin, lejos de Lisboa y lejos de ti.
– Fragmento de “Lejos de Lisboa” de Pasión Vega –
Museos
Dos son los que llaman más la atención de los turistas. Uno es el Nacional dos Coches, que alberga una excelente colección de carruajes. El otro es el Nacional de Arqueología, que fue fundado en 1893 y exhibe objetos desde el Paleolítico hasta la Edad Media.
Puentes
El puente Vasco da Gama tiene una longitud de 17 kilómetros y une el norte y el sur de Portugal. Por otra parte, el puente 25 de Abril fue el primero en construirse en Lisboa, tiene más de 2.000 metros de longitud y se asemeja al Golden Gate de San Francisco.
Centro moderno
Al norte de la Baixa está la zona más animada, por llamarla de alguna manera. Los hoteles, teatros, boutiques y tiendas exclusivas son visitadas por residentes y turistas por igual.
En tu recorrido por este barrio no puedes dejar de pasar por las plazas Saldanha, Campo Pequeno y Marqués de Pomba, así como la Fundación Calouste Gulbenkian, con un hermoso museo y jardines bien verdes.
Baixa Pombalina
Fue reconstruida en el siglo XVIII por el Marqués de Pombal tras un maremoto que destruyó gran parte de las edificaciones. Es una zona llana entre colinas donde las calles forman una cuadrícula perfecta, con los típicos adoquines negros y blancos. Aquí encontrarás tiendas textiles y algunos bares para disfrutar de un rico café.
La rua Augusta es la más conocida. Puedes contemplar el elevador de Santa Justa, hecho de hierro forjado y que se usaba para comunicar los barrios bajos y altos de la ciudad.
Si te has quedado pensado por qué al irte tendrás “saudades de Lisboa”, te recomendamos que hagas tus maletas (no demasiado grandes) y pases un par de días en la capital portuguesa. ¡Y responderás al interrogante tú solo!