Qué hacer en la ciudad de Santa Cruz, California

A orillas del océano Pacífico y en la zona norte de la bahía de Monterrey, esta ciudad de California es perfecta para disfrutar del surf y mucho más.

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 27 enero, 2021

La ciudad de Santa Cruz podría parecer un lugar más de las villas costeras que jalonan toda la costa del estado de California. Pero no es así. Santa Cruz es una de las mecas para los fanáticos del surf. Todos los surferos de Estados Unidos desean ir a esta ciudad californiana y tener la oportunidad de cabalgar sobre sus famosas olas.

Llegar a San Cruz

Aunque también es posible llegar a Santa Cruz por autopista, la forma más vistosa es hacerlo por carretera. De hecho, Santa Cruz es una de las paradas que nadie se debe perder si recorre la famosa carretera Highway 1, que remonta toda la costa californiana entre San Francisco y Los Ángeles, o viceversa.

No es el camino más rápido, ya que es una carretera llena de curvas, que a un lado tiene el océano Pacífico y al otro la montaña. Es un recorrido de los denominados escénicos. Con la Pacific Coast Highway se van atravesando playas, acantilados y bellas poblaciones, algunas tan fotogénicas como Carmel o tan televisivas como Santa Bárbara.

En definitiva, que nuestro consejo para llegar a Santa Cruz es alquilar un coche. Y si es un modelo norteamericano descapotable, ¡sería increíble! O, en su defecto, una Van lo más clásica posible, un vehículo muy relacionado con el surf y de los que veremos muchos aparcados en las calles de Santa Cruz.

El surf en Santa Cruz

Como veremos más adelante, Santa Cruz tiene más motivos de visita, pero, sin duda, el gran referente de la población es el surf. Si te gusta ese deporte, esta visita es inexcusable durante tu próximo viaje a California. Y si eres amante del surf, sabes que el origen de esta práctica tiene lugar en el archipiélago de Hawaii.

Pues bien, según la leyenda, se cuenta que hasta aquí llegaron a finales del siglo XIX unos príncipes hawainos, que aprovecharon las estupendas olas de la bahía para practicar su deporte y enseñarles a los locales. A partir de ahí, la leyenda creció y el número de surferos también. Por eso, hay muchas escuelas para adentrar a los neofitos en el deporte de las olas y las tablas.

Y la gran mayoría de los deportistas van al cercano West Cliff Drive, en un extremo de la bahía de Monterrey. Un lugar donde cualquier día del año hay surferos disfrutando del mar. Aunque también algunos han perdido la vida, y a ellos se les recuerda en improvisados memoriales. Por cierto, en el faro se puede visitar el Santa Cruz Surfing Museum.

Otros deportes acuáticos

Está clara la importancia del surf. Aunque quizás no sepas cabalgar las olas y ni siquiera te apetece aprender. Pero, en cambio, te gustaría practicar otros deportes acuáticos aprovechando tu viaje californiano. Pues bien, en el propio muelle de Santa Cruz podrás contratar excursiones en kayak, inmersiones de buceo o salidas a navegar en las que, con suerte, podrás avistar ballenas.

El epicentro de la ciudad

Caminar por el Santa Cruz Beach Boardwalk o paseo marítimo es otra actividad típica en la población. Y el destino está claro: su histórico parque de atracciones. Un recinto con atracciones muy añejas y especiales, entre las que destaca su montaña rusa con la pista de madera, catalogada como monumento histórico.

Y tras el disfrute del parque de atracciones, también se puede practicar un poco de shopping. Para ello, lo mejor es dirigirse a Pacific Avenue, allí abundan las tiendas de segunda mano y las de productos muy curiosos.

En el entorno de Santa Cruz

Está claro que las aguas del océano Pacífico dictan gran parte de la vida en Santa Cruz. Pero si descubres este hermoso y acogedor rincón de California, te recomendamos por un momento alejarte del salitre del mar y acercarte hasta el Big Basin State Park.

Se trata de un parque protegido, donde te espera un sendero entre los árboles más espectaculares del mundo: las secuoyas. Ante ti se abrirá un paisaje inolvidable, cuyo descubrimiento acaba por convertirse en uno de los mejores recuerdos de este viaje.