Ouarzazate, la puerta del desierto en Marruecos
Ouarzazate es uno de los lugares más fascinantes de Marruecos. Y lo es por varios motivos. Por su arquitectura plagada de kasbahs y alcázares, por su ubicación al pie de la cordillera del Atlas y por su situación al sur del país, que lo convierten en la gran entrada marroquí hacia el inmenso Sáhara. Una ciudad y unos paisajes sencillamente alucinantes.
Cuándo viajar a Ouarzazate
Ese dato de programar bien las fechas de tu viaje a Ouarzazate es muy importante, ya que su situación geográfica hace que su clima tenga variaciones muy grandes entre estaciones.
Su altitud a más de 1.100 metros y la presencia de las montañas del Atlas hacen que en invierno el termómetro baje fácilmente hasta los 0 grados por la noche. Mientras, el verano es muy, muy caluroso, superando muchos días los 40 grados, como es propio de su clima semidesértico. Sin olvidar que el viento típico aquí es el famoso siroco.
“La persona inteligente viaja para enriquecer después su vida en los días sedentarios, que son más numerosos.”
-Enrique Larreta-
El turismo en Ouarzazate
Hoy en día, la ciudad de Ouarzazate es un importante centro turístico en Marruecos, al ser una excelente base para emprender excursiones por los alrededores. Por ello en este lugar abundan los hoteles. Y no solo eso, sino que hay aeropuerto, palacio de congresos y hasta campos de golf.
Y también hay que mencionar los Estudios de Cine Atlas. Es el mayor estudio cinematográfico del mundo, que aprovecha estos paisajes para proporcionar unos escenarios naturales a numerosas producciones. Desde algunas ya clásicas como Lawrence de Arabia o La guerra de las galaxias, a otras más modernas como Gladiator o El reino de los cielos.
Qué hacer en Ouarzazate
En la propia ciudad es visita obligada la Kasbah de Taourirt, la mayor del territorio marroquí y que antaño perteneció al emir de Marrakech, ciudad situada a unos 200 kilómetros por carretera. Esta kasbah fue el origen de Ouarzazate y aquí sigue desarrollándose la vida muy parecida a hace cientos de años, sobre todo en su laberinto de calles.
Es, además, una de las kasbahs mejor conservadas del país. Impresionante con su estructura de adobe almenada. Austera quizá en el exterior, pero hermosa en su interior, en el que aparecen azulejos, maderas pintadas, alfombras y cerámica.
Mientras, en la zona de mercado los objetos más tradicionales conviven con las actuales tecnologías. Entre esos productos artesanales del mercado de Ouarzazate destacan las alfombras, caracterizadas por sus fondos naranjas y la variedad de colores que se le dan a su tejido de lana. Además, también hay que fijarse en la tradicional joyería bereber, que trabaja sobre todo la plata.
Y además de comprar, también se puede aprovechar para degustar la gastronomía local, basada en dos platos emblemáticos: el exquisito cuscús y el tajín. Este último se cocina sobre un recipiente cerámico de forma cónica, el cual también es uno de los recuerdos habituales del viaje a Marruecos, para después intentar hacer en casa un plato que nos recuerde a sus sabroso tajines.
En los alrededores de Ouarzazate
La visita a Ouarzazate no se reduce a su medina, lo habitual es alojarse aquí y recorrer los alrededores. De esta manera, se puede descubrir la kasbha de Tifoultout a unos 7 kilómetros, paradisíaca imagen de este tipo de emplazamientos a las puertas del desierto. Una sensación que también se tiene en el oasis de Fint, a unos 10 kilómetros, lugar en el que, por cierto, también es posible alojarse.
Al igual que es posible hospedarse cerca de la presa de El Mansur, donde por momentos nos puede parecer que estamos más cerca del Mediterráneo que del Sáhara, y sin embargo se encuentra en vecindad al desierto.
En realidad, todo aquí convive con él, e incluso el desierto es su imagen más internacional, gracias especialmente al Maratón Ultra Ouarzazate, cuyo sobrenombre es “La puerta del desierto”. Una prueba a la que acuden deportistas de todo el mundo, que, como los turistas, llegan atraídos por la singular belleza de estos parajes.
Y aún habría más que ver cerca de Ouarzazate. Es el caso de la magnífica fortificación de Ait Ben Haddou o el precioso palmeral de Ouarzazate.