Masaccio, un gran pintor italiano del Renacimiento
El Renacimiento es uno de los mayores periodos de esplendor del arte. En los siglos XV y XVI, tuvo lugar uno de los mayores momentos para el arte de Europa. Más en concreto, en Italia, donde destacan figuras como Sandro Boticelli, Piero della Francesca, Paolo Ucello y Giovanni Masaccio. Precisamente, vamos a profundizar en la figura y legado de Masaccio.
¿Quién fue Masaccio?
Tommaso di Ser Giovanni di Mone Cassai, o más conocido como Massacio, fue un pintor italiano de la primera etapa del Renacimiento, el Quattrocento. Nació en el año 1401 en San Giovanni Valdarno y a los 16 años marchó a Florencia para, posiblemente, adquirir conocimientos sobre pintura.
Allí estableció contacto con un gremio de pintores, donde pudo recibir influencias y trabar amistades con muchos ellos, como Donatello o Brunelleschi. Masaccio fue capaz de plasmar una gran obra artística pese a su juventud, y por esto, es considerado un artista adelantado a su tiempo.
Se le atribuye el tríptico de la iglesia de San Juvenal de Cascia di Reggello, fechado en 1422. Este habría sido su primer trabajo realizado en Florencia, probablemente por encargo de la familia Castellani. También realizó frescos en otros edificios religiosos e incluso otras ciudades como Pisa.
Finalmente, en 1428 viaja a Roma con la intención de colaborar en la capilla de Santa María la Mayor. No obstante, nunca llegó a terminar el proyecto ya que falleció a finales de año, a los 27 años. Se desconocen las causas, aunque se piensa que fue envenenado.
¿Por qué es tan importante este pintor?
El Quattrocento es un periodo en el cual se producen importantes novedades en el mundo de la pintura. Y todas estas novedades se asientan en toda la etapa que la sucede: El Renacimiento.
Para definir el Renacimiento en pintura tenemos que hablar de perspectivas, puntos de fuga y dimensiones, también de una búsqueda de la perfección. Y en este conjunto de conceptos, el hombre es el protagonista de todo.
Se considera que fue Masaccio el primer artista que aplicó las leyes de la perspectiva en la pintura. Aunque quien desarrolló todos estos conocimientos fue Brunelleschi, Masaccio fue quien los puso en práctica en un primer momento.
Así, las obras consiguieron ganar en volumen y en naturalidad, ya que los espacios representados ganaban en cierto tono realista. Gracias a Masaccio, se sentaron las bases de la pintura del Quatrocentto y de las etapas del Renacimiento posteriores. Al fin y al cabo, la perspectiva no deja de ser una de las claves de la pintura.
La obra de Masaccio
El trabajo más conocido de Masaccio son los frescos de la capilla Brancacci, en el interior de la iglesia de Santa María del Carmine de Florencia. Esta fue la ciudad donde Masaccio pudo depurar su estilo y ponerlo en práctica. El fresco representa la vida de San Pedro y algunas escenas del Antiguo Testamento.
Se trata de una composición compleja donde todas las escenas se retratan desde el punto de vista del observador. Con esto se reafirma la capacidad de Masaccio para poder aplicar perspectivas a sus obras.
Además, hay que destacar que esta obra fue muy importante para pintores posteriores como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel, que trataron de analizar todos los detalles.
Más trabajos de Masaccio
Otra obra destacada son los frescos de la Trinidad, situados en los muros de la iglesia de Santa María Novella, también en Florencia. Es en este trabajo donde aplicó por primera vez la teoría de la perspectiva.
Finalmente, obras obras importantes de Masaccio son el Políptico de Pisa, y el lienzo Virgen con el Niño y Santa Ana. Este último puede visitarse en las galerías Uffizi de Florencia.
Como habrás observado, la corta vida de Masaccio hizo que gran parte de su obra quedara en la ciudad de Florencia. En comparación con otros pintores italianos del Renacimiento, se trata de un legado artístico que apenas ha recorrido kilómetros.
No obstante, ha servido de apoyo para que muchos pintores posteriores pudiesen aprender. Por ello, no podemos considerar la obra de Masaccio menos importante por ser más reducida, ¡tenemos mucho que agradecerle!