El Machu Picchu, sus secretos y sus misterios
Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas, es el gran símbolo de Perú. Y además, es uno de los yacimientos arqueológicos más apasionantes del mundo y también de los más misteriosos, ya que todavía hay muchos secretos ocultos en este conjunto cargado de espiritualidad y de belleza.
Historia del descubrimiento de Machu Picchu
Corría el año 1911. Un arqueólogo de la Universidad de Yale caminaba por esta zona de la cordillera de Vilcabamba, cuando gracias a las indicaciones y ayuda de los lugareños descubrió para el resto del mundo el yacimiento de Machu Picchu.
Unas ruinas extendidas a lo largo de una amplia y escarpada superficie, por lo que los trabajos para su limpieza y estudio se puede decir que todavía no han acabado.
“Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.”
– Albert Schweitzer –
Las ruinas de Machu Picchu
Machu Picchu se puede traducir del quechua como “Montaña Vieja”. Es una gran ciudadela que se halla a 2.400 metros de altitud, en unos relieves muy accidentados, pero que la construcción salva mediante terrazas y escalonamientos del terreno, por lo que la obra se puede considerar de un esfuerzo colosal.
A ese relieve tan quebrado, esculpido sobre dura roca granítica, hay que sumar que se halla en una zona vegetación exuberante, como corresponde a un área semitropical. O sea, el primero de sus secretos podría ser saber cómo construyeron semejante obra los incas con sus rudimentarios métodos.
La edad del Machu Picchu
Ese es otro de sus secretos. ¿Cuándo se levantó esta ciudad? Se ignora. Hay quién piensa que se haría durante el siglo XV. Sin embargo, también se cree muy posible que ya fuera una ciudad fantasma durante la colonización hispana del Perú.
Entonces, ¿para qué habría servido tan titánico esfuerzo? Y es que en realidad también se desconoce para qué se construyó Machu Picchu, y las teorías son de lo más variado, y en algunas intervienen los extraterrestres.
Visita a Machu Picchu
Por lo tanto, como no somos expertos arqueólogos ni tampoco fantasiosos amigos del misterio, nos vamos a conformar con hacer un recorrido guiado por el yacimiento.
Zona agraria
El acceso habitual se practica por las Viviendas de los Vigilantes, entrada por la que atravesaremos el área de cultivo que la ciudad.
Y así, en un ascenso constante por el último tramo del famoso Camino del Inca, llegaremos hasta el Templo del Sol. Una torre semicircular en la que se ven varios ventanales con los que se cree que se fijaba la hora solar y calendario.
Recinto sagrado
Seguiremos el recorrido y llegaremos al área de Baños Ceremoniales y junto a ella la Casa del Inca. Una vivienda reconstruida con sus dos habitaciones, un patio, el jardín y estancias auxiliares. Esta casa es el último paso antes de alcanzar el recinto sagrado propiamente dicho.
Allí está la Casa del Sacerdote y también el templo de las Tres Ventanas, construido con inmensas piedras, llamadas ciclópeas ¿Cómo las colocaron aquí? En fin, fijémonos en el tres. Los incas lo adoran incluso tenían una triada de dioses máximos: el cóndor (libertad), el puma (fuerza) y la serpiente (inteligencia).
Y también tres muros son la clave para distinguir el Gran Templo Central o de Viracocha que preside todo este sector.
El Intihuatana
Aunque todavía hay más restos interesantes, irremediablemente nos dirigiremos al Intihuatana, el lugar más místico de todos y elevado sobre esta área. Su traducción del quechua es “el lugar donde se amarra el sol”.
Y se cree que era un observatorio astronómico, cuyo funcionamiento no se conoce con detalle, lo que ha dado pie a todo tipo de teorías e interpretaciones.
Machu Picchu inabordable
Todavía quedaría mucho más por ver, como el Templo de la Pachamama, donde se hacían las ofrendas a la Madre Tierra; o la zona residencial de las Tres Portadas; o el conocido como Barrio de los Intelectuales; el Templo del Cóndor o el conjunto de Las Cárceles. Es imposible mencionar todo lo que ofrece este yacimiento al visitante.
No obstante, también es imposible explicarlo. Son muchos los secretos que todavía guardan estas piedras. Lo único que está claro que Machu Picchu en Perú es uno de los lugares más hermosos y también más magnéticos de todo el planeta. La única forma de acercarnos a él es sintiéndolo, o sea viajando al Perú.