Luang Prabang: adéntrate en su cultura y entorno
Hoy en Mi Viaje queremos que nos acompañes en un pequeño recorrido por la cultura y el entorno de una de las ciudad más bellas de Tailandia: Luang Prabang. Esta se encuentra situada en pleno corazón del sudeste asiático, en Laos, y ofrece a sus visitantes la oportunidad de perderse por rincones naturales realmente únicos.
La naturaleza tan característica creada alrededor del río Mekong y el folclore que aún se mantiene casi intacto han hecho de Luang Prabang una de las tres ciudades más turísticas del país. De hecho, actualmente se disputa el puesto con otras ciudades de Laos como Vientián y Champassak. ¿Te gustaría acompañarnos en este exótico viaje?
El origen de la joya de Laos
El origen de esta bella ciudad comienza con un enlace matrimonial. Sería la princesa jemer de Angkor quien, tras aceptar la propuesta de matrimonio del príncipe Lao, diera vida a esta ciudad. Ambos gobernantes fundaron así el reino de Lan Xang, que se traduce como “un millón de elefantes“.
La ciudad, anteriormente conocida como Muang Sua, se construyó en un enclave único: justo entre los ríos Mekong y Nam Khane. Además, se encuentra al abrigo del monte sagrado Phousi.
El esplendor de Luang Prabang se inicia ya en el siglo XIV gracias a la buena gestión de los monjes budistas.
Sin embargo, no duraría mucho. Años después la ciudad sería conquistada por los franceses. La influencia europea, como sucede en otras partes de Tailandia, ha configurado un singular entorno cultural.
Al convertirse en colonia francesa, formó parte de la antigua Indochina junto con otro países importantes de como Vietnam y Camboya. Así, Luang Prabang sería la capital de Laos hasta el siglo XIV. Luego esta se trasladó a Vientián, por pura estrategia defensiva y comercial frente a la invasión de los birmanos.
Esta extraordinaria ciudad del Sudeste Asiático continúa siendo, aún en nuestros días, la capital espiritual y cultural de Laos. Y no sólo por su cantidad de templos, sino por la preservación de las tradiciones desde su fundación.
Y es que aquí han sido capaces de convivir en armonía con la naturaleza que los rodea y aprender a amar incluso a otras culturas como la francesa. No es extraño encontrar cafeterías donde leer tranquilamente en un ambiente colonial y saborear algunas crepes o baguettes. Por todo ello fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995.
¿Qué hacer en Luang Prabang?
Si lo que buscamos es conocer mejor su cultura, os recomendamos asistir a la Ceremonia de Tak Bat, también conocida como la Ceremonia de Entrega de Limosnas. Esta comienza cada día a las 6 de la mañana. Aquí los monjes budistas recorren las calles ataviados con su traje ceremonial y con un recipiente metálico. En este, los habitantes ofrecen arroz, fruta o galletas a los monjes. Esta ceremonia se realiza en los 35 templos de la ciudad.
También es un muy recomendable pasear por las calles de la ciudad para visitar sus mercados. Queremos destacar la oportunidad de probar su rica gastronomía y conocer los entresijos de su comercio en el mercado nocturno. A este se puede acceder desde la calle Sisavangvong y abre sus puertas al público desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche.
Otra actividad recomendada es cruzar el famoso punte de bambú. Gracias a esta curiosa construcción podremos caminar sobre el río Nam Khan. Una curiosidad de este puente es que se renueva con cada estación seca, ya que durante la época de lluvias es cubierto por las aguas del río.
Por último, no debemos perder la oportunidad de pasear en barca por el río Mekong, sobre todo durante el atardecer, para poder disfrutar de una de las mejores postales de la ciudad.
¿Qué ver en las afueras de Luang Prabang?
Sin lugar a dudas, uno de los entornos más propios de Luang Prabang son las cascadas de Tat Kuang Si, situadas a tan solo 30 kilómetros de la ciudad. Aquí podremos darnos un baño en sus mágicas aguas de color turquesa y escalar las rocas para sentirnos parte de esta selva llena de vida. Además, en los alrededores encontraremos todo tipo de servicios, desde restaurantes a puestos de fruta de los locales.
Otro de los enclaves más famosos es el monte Phu Sí, que cuenta con 100 metros de altura. El recorrido hasta la cima se realiza subiendo una larga escalinata de más de 300 escalones. El esfuerzo merecerá la pena, no sólo por las vistas sino por tener la oportunidad de visitar el templo Wat Chom Si. Este fue construido en 1804 por el rey Anourat y cuenta con una estatua dorada de Buda que recibe ofrendas cada día.