Los nubios, un pueblo casi desaparecido por el Nilo
Muchos pueblos de antiguas civilizaciones con el paso del tiempo casi han desaparecido, es el caso de los nubios. Hablamos de un pueblo del Antiguo Egipto del que queda muy poco para recordar, pero que aún existe y merece la pena conocer. ¿Te gustaría venir con nosotros?
Conozcamos a los nubios
Los nubios vivían en el sur de Egipto y sus tierras limitaban al oeste con el Nilo y al este con el mar Rojo. Esta raza se caracterizaba por su tez negra y se cree que la primera invasión que sufrieron tuvo lugar en el año 1920 a.C, la cual fue capitaneada por el rey Senuseret.
El empeño de conseguir estas tierras por parte del rey egipcio se basaba en las grandes riquezas que escondían, por ejemplo oro. A partir de entonces, las incursiones fueron varias, los egipcios robaban su oro y los nubios se las ingeniaban para recuperarlo o robar otros tesoros egipcios que llevaban de vuelta a sus tierras.
Kush, como se conocía a la región en la que vivían los nubios, era poderosa. Algo que se reflejaba en forma de ostentosidad y lujos. Así quedó demostrado cuando un arqueólogo americano encontró un castillo y un cementerio real.
Cuando se vieron asediados por los asirios, pueblo que destacaba por su crueldad y violencia, los kushitas tuvieron que retroceder hacia el sur y dejar sus tierras. El nuevo reino se levantaría en Napata. Un reino con influencias egipcias, como muestra el hecho de que comenzaran a levantar pirámides.
El problema radicaba que la zona escogida para mudarse estaba muy cerca de Egipto, lo cual hacía imposible no dejarse embaucar por su influencia. Los nubios no querían perder su esencia y tras una nueva incursión egipcia, mudaron su reino a Meroe.
Su estancia en Meroe
Poco a poco, a pesar de que Meroe no estaba tan alejada de Egipto y conectaba con Napata por una ruta caravana, los nubios fueron formando su vida allí. Gradualmente fueron rechazando la influencia egipcia y haciendo su vida en este lugar.
Castillos, pirámides y templos dedicados diferentes dioses son obras arquitectónicas que han dejado constancia de lo que esta civilización era y creía. También, gracias a la cercanía del Nilo lograron vivir de los cultivos, pues usaron un sistema de norias con el que accionar el agua y regar los campos.
Pero la felicidad no duró eternamente. El poderoso reino de Askum destruyó la ciudad poco después que los nubios huyeran, debido a los estragos que el dominio romano hizo en la zona.
¿Se puede conocer el pueblo de los nubios hoy día?
Los nubios fueron subsistiendo como pueblo, pero es poco lo que queda de aquella antigua civilización. En el siglo XX, tras la construcción de la presa de Asuán, se vieron obligados a abandonar las tierras que ocupaban.
Muchos nubios emigraron entonces a las ciudades, como la capital, El Cairo, pero los que se quedaron guardan sus costumbres y tradiciones. Hoy se pueden encontrar pueblos nubios al norte de Asuán en la ribera del río Nilo y en la isla Elefantina.
Una visita sorprendente
Para conocerlos podrás subir en una embarcación de pescadores que navegando por el río te llevará hasta el pueblo en el que conocerás a los nubios. Una vez que te estas acercando, no habrá dudas, pues destacan sus casas de color blanco y ventanas y puertas azules. Una escalinata desde el puerto es la entrada principal de este poblado.
El pueblo está repleto de sorpresas: casas abiertas de par en par, tiendas en la calle y las sonrisas de la gente. Te darás cuenta de que parece otro mundo, un lugar en que las personas viven al margen de los problemas de la sociedad.
En sus casas hay una característica única: ¡tienen cocodrilos como mascotas! Al vivir tan cerca del Nilo, la conexión entre los cocodrilos y los nubios ha sido tal que conviven con naturalidad. Por ello, el símbolo de muchos de sus hogares es un cocodrilo disecado en la puerta.
Escuelas, médicos y comercios. Este pueblo es totalmente independiente y vive tranquilo. Si tienes pensado hacer un viaje a Egipto, no dejes de conocer a los nubios, gentes que te enamorarán por su amabilidad y hospitalidad.