Liechtenstein: atractivos de un pequeño país
Los propios habitantes de Liechtenstein llaman a su patria el pequeño país y a su capital, Vaduz, la pequeña ciudad. Y es que estamos hablando de uno de los territorios más diminutos de Europa, con 160 km2, y el sexto país más pequeño del mundo. Unas dimensiones que no son impedimento para encontrar numerosos atractivos en su superficie.
Vaduz, la capital de Liechtenstein
Vaduz es la principal urbe de referencia en Liechtenstein. En ella se concentran algunos de los emblemas de este principado centroeuropeo, que posee fronteras con Austria y con Suiza. Sin duda alguna el gran atractivo de Vaduz es su castillo, construido en la Edad Media, pero que en la actualidad está muy modificado por las reformas que se llevaron a cabo durante los siglos XVI y XVII.
Además de visitar el castillo, en Vaduz también es imprescindible pasear por su casco antiguo, excelentemente bien conservado.
En él abren sus puertas numerosas tabernas y restaurantes para degustar su gastronomía local, que lógicamente está estrechamente emparentada con las de sus vecinos suizos y austriacos. Pero en Liechtenstein, además de sabrosas cervezas, también se producen unos vinos excelentes.
Por otra parte, en Vaduz se pueden visitar dos de los grandes museos. Por un lado el Museo de Arte de Liechtenstein, ubicado en un moderno edificio construido que alberga una de las colecciones de arte de carácter privado más antiguas del continente. Y por otro lado está el Museo Filatélico o Briefmarkenmuseum, uno de los tesoros nacionales y que congrega a apasionados de los sellos procedentes de todo el mundo.
Otras ciudades atractivas de Liechtenstein
La gran ventaja del Principado de Liechtenstein es que nos alojemos donde nos alojemos, todo los atractivos del país están cerca. Por ejemplo, la ciudad de Balzers con su Castillo de Gutemberg y la Capilla de San Pedro están a tan solo 8 kilómetros de la capital. Y las ruinas romanas que se conservan en la urbe más poblada del país, Schaan, están unos 3 kilómetros al norte.
Otros lugares interesantes son los pintorescos pueblos de Bendern, Mauren o Rugell, todos muy cerca. O las ciudades de Triesen o Plaken, ambas poseedores de unos cascos históricos plagados de monumentos antiguos en los que abundan las casonas burguesas o las capillas religiosas.
Liechtenstein, un país alpino
Pero si los núcleos urbanos de Liechtenstein son atractivos culturales de gran interés, no hay que olvidar que este país es un territorio montañoso en el corazón de la cordillera alpina.
El turismo deportivo y de naturaleza se dan cita aquí durante todo el año. Mientras que en verano el paisaje se convierte en el lugar idóneo para la práctica de deportes como el senderismo, en invierno, el esquí, en sus diferentes modalidades, es el rey indiscutible.
De este modo, en invierno un destino muy valorado en Liechtenstein es Malbun. Allí se encuentra la principal estación de esquí alpino del país y desde la capital parten autobuses constantemente hasta esta zona del sudoeste del principado. Mientras que si prefieres practicar el esquí nórdico o de fondo el lugar más apropiado es Steg.
“No es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente.”
–Maurice Herzog-
Si el viaje a Liechtenstein es en verano y se desea recorrer los senderos de sus montañas hay que acudir a Triesenberg. Allí el deporte en la naturaleza y las fotografías de paisaje se compaginan con la visita a esta ciudad, donde hay un sorprendente museo de arte contemporáneo.
Curiosidades del Principado de Liechtenstein
La peculiar historia feudal de este territorio que hizo que en la actualidad sea un estado soberano y su situación geográfica dentro del continente europeo ha hecho que tenga ciertas peculiaridades que es imprescindible conocer antes de viajar hasta allí. Por un lado es un territorio cuya lengua oficial es el alemán, si bien es un dialecto germánico muy propio.
Y por otro lado, no se trata de un estado de la Unión Europea y por lo tanto su moneda oficial no es el euro, sino el franco suizo. Sin embargo si que es un país que está adherido al Espacio Económico Europeo. Una categoría que no tiene Suiza, con el que comparte moneda y con el que tuvo que redefinir su política aduanera.
Pero si hay algo que sí une a estos dos peculiares países alpinos, es que tanto Liechtenstein como Suiza son, en la práctica, paraísos fiscales dentro de la zona más rica del continente.