La terraza de Brühl, la mejor vista de Dresde
Asomarse al “balcón de Europa”, como lo llamó Goethe, es una de las actividades que no te puedes perder en tu visita a Dresde. La terraza de Brühl ofrece una fantástica arquitectura y las mejores vistas de la ciudad sobre el río Elba.
Originalmente, se construyó como parte de las murallas que protegían la ciudad. En 1748, durante el mandato del rey Augusto el Fuerte, esta parte de las murallas se transformó en un jardín en forma de terraza como extensión de su palacio.
Años después, los jardines se abrieron al público y se construyó una escalera que conectaba la terraza de Brühl con la Schlossplatz. En la misma línea de motivos ornamentales de todo Dresde, la escalera se flanqueó con cuatro esculturas de bronce. Un conjunto escultórico conocido como Vier Tageszeiten, Las cuatro horas del día.
Un poco de historia de la terraza de Brühl
El conde Heinrich von Brühl poseía un palacio en el lugar donde hoy se encuentra la terraza. El palacio tenía una biblioteca con más de 60 000 volúmenes, una galería y unos jardines adyacentes. En 1747 el conde regaló toda la terraza a cambio de la introducción de un impuesto nuevo.
En 1814 se encargó la construcción de la escalera de acceso para el público y el antiguo palacio se demolió durante la construcción. Pero todo el conjunto arquitectónico de la terraza de Brühl fue destruido en febrero de 1945, durante el bombardeo de las fuerzas aliadas sobre Alemania en la fase final de la Segunda Guerra Mundial.
La reconstrucción fue minuciosa, hasta el punto de poder afirmar que hoy en día la terraza de Brühl luce casi exactamente igual a como era antes de su destrucción.
La terraza de Brühl
La terraza de Brühl es un conjunto arquitectónico que se extiende a lo largo de la orilla del Elba. El nombre se lo debe, como decíamos, al conde Heinrich von Brühl, que fue quién ordenó construir la terraza.
Está compuesta por varias zonas de interés turístico. Destaca el Parlamento estatal, el Standehaus. Se construyó en 1900 para reemplazar al palacio original de Brühl. Su torre se alinea con otras dos cercanas, la del Palacio Real y la torre de Hofkirche.
La Academia de Arte Real es otro de los lugares de interés en la terraza de Brühl. Construida en 1897 en estilo neorrenacentista, reemplazó a la biblioteca original de Brühl. Está coronada por una imponente cúpula que sostiene una estatua dorada de la diosa de la victoria, Nike.
El Albertinum es otra de las atracciones de Dresde que pueden visitarse en la terraza de Brühl. Es un hermosísimo edificio neorrenacentista que alberga tres museos: el tesoro de la Bóveda Verde, la Galería de los pintores del XIX y XX y una magnífica colección de esculturas y monedas.
Frente a él se encuentra el Jardín de Brühl. Entre la Academia Real de Arte y el Albertinum está el Memorial Samper, un monumento erigido en honor al J. Schilling, el arquitecto de la Ópera Semper.
La fortaleza
Y ahora es cuando llegamos al acceso abierto bajo la terraza de Brühl, donde se encuentran los restos de la fortaleza. Son, probablemente, los restos renacentistas más antiguos de Dresde.
Paseando por sus misteriosas bóvedas nos encontramos con una puerta original de más de 400 años, conocida como la puerta de Ladrillo. Pueden visitarse también las salas de guardia, los sistemas de defensa medievales, las casamatas y el puente de la ciudad vieja.
En este lugar se puede ver Las fortificaciones de la ciudad del Renacimiento. Es una exposición permanente que guarda el recuerdo de Friedrich Böttger, el alquimista que descubrió aquí mismo la fórmula del “oro blanco”, la porcelana.
Un emplazamiento estratégico
La terraza de Brühl es un lugar estratégico en la ciudad de Dresde. Los principales puntos de interés de la ciudad se encuentran en sus inmediaciones. El Palacio Zwinger o la Ópera de Semper se encuentran muy cerca de la terraza. También el castillo de Dresde y la iglesia de Frauenkirche.
Después de una visita a los lugares más emblemáticos de esta increíble ciudad no hay nada mejor que llegar a la terraza de Brühl al atardecer. Contemplar el ocaso en uno de sus cafés es la forma perfecta de terminar el día en esta joya alemana.