La Residencia de Múnich, clásica sobriedad alemana
Múnich tiene muchos atractivos. Pero destaca el Palacio Real, que también se llama “Residenz” o Residencia de Múnich. Fue sede del gobierno y residencia de la familia Wittelsbach entre los siglos XVI y XX. Actuamente se ha convertido en un museo que tiene unas magníficas salas. Entre las más bellas encontramos el Antiquarium renacentista o el Teatro Cuvilliés, de estilo barroco.
La Residencia de Múnich fue la sede del gobierno y vivienda de los duques y reyes de la región donde se ubica Baviera, desde principios del siglo XVI a 1918. Su origen está en 1385, llamándose Neuveste. Después pasó a ser un magnífico complejo que cuenta con 130 habitaciones y diez patios. En el museo se exhiben actualmente instalaciones como el Tesoro que tenía la familia Wittelsbach.
El crecimiento de Múnich y la Residencia
Múnich comenzó a tener importancia una vez que se unificó el ducado de Baviera en 1506 y se designó como capital única. Cuando gobernaba Alberto V se levantó el llamado Antiquarium, que es una de las salas más espectaculares. Fue un espacio de estilo renacentista concebido para poder contar con la colección de bustos que tenía el duque.
A partir del siglo XVII y durante el gobierno de Maximiliano I, la Residencia amplió de forma considerable sus dimensiones. Se fueron construyendo tanto los apartamentos como la fachada que dan a la Resdidenzstrasse. También se levantó la capilla de la corte, la cual cuenta con varios patios internos.
A finales del siglo XVII y sobre todo en el siglo XVII, de mano varios maestros del Barroco, se realizan varias reformas y ampliaciones. Enrico Zucalli, Joseph Effner o François Cuvilliés fueron los encargados. Este último realizó el precioso teatro rococó que tiene ahora su nombre.
En el Reino de Baviera, a partir de 1806 y hasta 1918, se fue completando la construcción. Intervino en la primera mitad del siglo XIX el arquitecto de la Corte Leo Von Klenze. Él diseñó entre otros la iglesia real o el aledaño del Teatro Nacional de Baviera.
Bajo su propia dirección se completó su fachada principal, de estilo neoclásico, así como los apartamentos reales. Después de las obras que acometió Von Klenze para el rey Luis I, fueron pocas las actuaciones que se llevaron a cabo hasta que abdica Luis III y el fin de la monarquía en 1918.
En 1929 abre las puertas el museo de la Residencia. No obstante, fue afectada de gravedad durante los bombardeos de la II Guerra Mundial. Para que nos hagamos una idea, en 1945 solo quedaron intactos 50 m² en su cubierta de los 23.000 m² que tiene el complejo.
Los trabajos de reconstrucción comenzaron de inmediato, procediendo a abrirse en 1958. Pero el proceso de restauración y sobre todo el de reapertura tuvieron que esperar hasta 1980.
“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente.”
– Mark Twain –
Visitas a la Residencia de Múnich
Hoy día se encuentra abierta al público de forma diaria entre las 9 y las 18 horas en temporada alta. Pero se reduce en invierno y temporada baja, además de algunos festivos.
Es posible comprar un ticket combinado con el que se puede visitar el palacio, tesoro y el Teatro Cuvilliés. O bien hacerlo por separado, pero siempre compensa adquirir el combinado.
Algo importante es subrayar en la visita al complejo principal que suele tardar entre dos y cuatro horas. Dependerá de lo extensa que queramos hacerla y de si seguimos o no las explicaciones de la audioguía. Hay que sumar una hora para el teatro, que abre a primera hora de la tarde y otro para el tesoro.
Debemos señalar que el museo ofrece a los visitante audioguías en lengua española gratis. Con ellas se puede seguir la exposición con información de interés y muy detallada, algo que aconsejamos si de verdad queremos conocer los entresijos de este palacio.
Se puede encontrar más información en su página web. Podemos acceder a ella en transporte público en el U-Bahn U3 o U6; U4 o U5, con la parada en Odeonsplatz. El tranvía 19 tiene la parada en Theatinerstrasse. Se puede llegar también en S-Bahn tomando las líneas 1-8, o en el bus 52, parada en Marienplatz.
Así que ya sabes, si quieres visitar la Residencia de Múnich, apúntate y conoce la ciudad. Esperamos que después de este artículo te haya generado todavía mayor curiosidad. Sin duda merece la pena descubrirla.