¿Cuál es la mejor época para visitar Malta?

El mejor mes para viajar a la isla dependerá siempre del objetivo de tu visita, y es que este archipiélago tiene mucho que ofrecer.

Malta es un destino mediterráneo perfecto para pasar unos días de playa. Sus condiciones son ideales para este tipo de turismo, aunque el archipiélago también guarda otros atractivos. Por eso, tanto si quieres disfrutar de unas vacaciones relajadas como si quieres descubrir rincones maravillosos, debes saber cuál es la mejor época para visitar Malta.

Si tu viaje está destinado al descanso, a la fiesta o a conocer más en profundidad esta isla, te explicamos en qué temporada te conviene más organizar la visita. ¿Cuándo debes hacer las maletas para visitar Malta? Vamos a verlo con detalle.

Visitar Malta para disfrutar de sus playas

El principal atractivo de Malta y del resto de islas que componen el archipiélago es su ubicación. Este es un destino perfecto para veranear. Si estás cansado de las playas más conocidas y concurridas del Mediterráneo y quieres probar en otros lugares, no dudes en viajar a Malta.

Con un clima cálido y playas maravillosas, cada vez más personas eligen estas islas para sus vacaciones. Por ello, no debe extrañarte ver a muchos turistas en sus localidades costeras. Sin embargo, también podrás disfrutar de pequeñas calas con muy poca afluencia.

Los mejores meses

Si este es tu objetivo, debes saber que los meses de junio a septiembre son los mejores para realizar tu viaje. De hecho, puede ampliarse hasta mayo y octubre, pues el clima en el archipiélago es favorable durante nada menos que seis meses.

En julio y agosto se encuentran las mejores condiciones, tanto de horas de luz como de temperaturas, también en cuanto a la escasez de días de lluvia. En estos dos meses se disfruta más del mar, pues la temperatura media se acerca a los 30º C.

Estas temperaturas animan a salir por la noche. Así, miles de jóvenes deciden visitar Malta para disfrutar del animado ambiente nocturno. En cuanto a las horas de sol, en julio y agosto son de hasta 12. La mitad del día podrás tumbarte en la playa a descansar para luego por la noche salir a tomar algo y bailar.

Entre los meses de mayo y agosto, la escasez de lluvia permite disfrutar de muchos días de playa. En julio y agosto apenas llueve uno o dos días. Eso sí, ya en septiembre y octubre, aunque se mantienen las buenas temperaturas, es más habitual que abunden los días de lluvia.

Las mejores playas de Malta

Si decides viajar a Malta para disfrutar del mar, no puedes perderte las mejores playas del archipiélago. Entre ellas, destaca la de Golden Bay, una de las más apreciadas tanto por locales como por turistas. Por ello, es también una de las más concurridas.

Si lo que buscas es un lugar más calmado, cerca de Golden Bay puedes disfrutar de la tranquilidad de la playa Ghajn Tuffieha Bay. También puedes buscar alguna playa de dimensiones más pequeñas para huir de la masa de turistas. Algunos ejemplos son Paradise Bay o Gnejna Bay.

Visitar Malta en otros periodos del año

También puedes viajar a Malta para conocer la isla más allá de sus magníficas playas. Si prefieres el turismo más cultural, nada como visitarla entre noviembre y abril. Al ser el clima menos propicio para ir a la playa, en estas fechas encontrarás mejores precios en los alojamientos.

En tu viaje a Malta debes incluir en la agenda de cosas por hacer la visita a La Valeta, la capital de la República de Malta. En ella podrás disfrutar del Palacio del Gran Maestre o de la concatedral de San Juan, construida en el siglo XVI. También de las calles de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.

Seguimos con la Malta más patrimonial con la visita a la ciudad de Mdina. Su arquitectura medieval es, sin duda, uno de los principales atractivos de la isla.  Y es recomendable pasear junto a sus murallas para disfrutar del entorno. Por otra parte, muy cerca está Rabat, donde puedes visitar las catacumbas de San Pablo.

Primavera y otoño son también épocas perfectas para descubrir la naturaleza de Malta. No te pierdas lugares como los acantilados de Dingli, la reserva natural de Girgenti o el parque natural de Gadhira.