La maravilla de Ohrid en Macedonia

La maravilla de Ohrid en Macedonia
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 18 septiembre, 2016

El lago de Ohrid es uno de esos tesoros semidesconocidos que todavía existen en Europa. Concretamente a caballo de Macedonia y Albania, países que comparten las aguas y orillas de este lago. Si bien Macedonia posee dos tercios de su extensión y en su ribera está la hermosa ciudad que el da nombre al lago: Ohrid.

Ohrid: Patrimonio de la Humanidad

Esta ciudad y su entorno posee dos catalogaciones como Patrimonio de la Humanidad. Y es que la tiene tanto desde un punto de vista natural, por su extraordinaria imbricación con el lago y las montañas del entorno, como desde un punto de visita cultural, dado su ingente y valiosísimo patrimonio. Es decir, Ohrid es un destino sencillamente increíble.

Las iglesias de Ohrid

Dentro del patrimonio histórico artístico de Ohrid destacan sus templos. Y es que la ciudad fue un importante centro de la cristiandad durante gran parte de la Edad Media. Incluso se dice que a lo largo del lago hubo hasta 365 iglesias, muchas de ellas aquí, por lo que se conocía como la “Jerusalén Eslava”.

Catedral de Santa Sofía en Ohrid
Catedral de Santa Sofía – pavel dudek

Así que durante un viaje a Ohrid es imposible no acudir a alguna de sus iglesias. Pero es bueno seleccionar. De esta manera, os proponemos tres diferentes. Una de ellas es la catedral de Santa Sofía, con sus increíbles frescos medievales ocultos bajo cal hasta mediados del siglo XX. Nuestra segunda recomendación sería la iglesia de San Clemente y San Pantaleón, que resume toda la historia de Ohrid. Y la tercera sería la de Sant Jovan Bgoslov Kaneo.

Iglesia de Sant Jovan Bgoslov Kaneo

Iglesia de San Jovan en Ohrid
Iglesia de San Jovan – Lumia Studio

Este templo merece mención aparte. Si vais a apurados de tiempo (lo que sería un error en Ohrid) tenéis que visitar obligatoriamente este templo. Su arquitectura es de lo más hermoso que se puede ver en Macedonia. Pero además, su emplazamiento junto a unos cipreses y elevada sobre las aguas del lago es, posiblemente, la postal más reconocible de todo el país.

Si vais hasta Sant Jovan Bgoslov Kaneo veréis que muy cerca hay un embarcadero. En realidad, en la ciudad y alrededores hay varios. Cualquiera de ellos es bueno para embarcar y darse un pequeño paseo por este lago, cuya característica principal es la transparencia de sus aguas.

Lago Ohrid
Lago Ohrid – skapuka

Pero lo más llamativo es el conjunto, con las aguas, las poblaciones de las orillas y las montañas del paisaje balcánico alrededor. Se dice que el lago Ohrid, el Titicaca y el Baikal son la gran triada mundial de los lagos.

“Viajamos, algunos de nosotros para siempre, para buscar otros estados, otras vidas, otras almas.”

– Anaïs Nin –

Subir hasta la fortaleza de Samuel

Fortaleza Samuel en Ohrid
Fortaleza Samuel – pavel dudek

Ver el entorno desde el nivel de las aguas (a unos 700 metros sobre el nivel del mar) es un auténtico placer. Pero también se puede tener una visión más aérea de todo el lugar desde el castillo del siglo X que hay sobre Ohrid. Una panorámica que contemplaba Samuel, el que fuera el emperador del Primer Imperio de Macedonia, que fue capaz de independizarse del poder que representaba Constantinopla.

Más atractivos de Ohrid

Todavía hay muchos más motivos para visitar Ohrid, seguramente el lugar más preparado para el turismo de toda Macedonia. Pero eso no significa que este masificado, ni mucho menos. La verdad es que es un lugar que se puede visitar sin apreturas, disfrutando del entorno y del ambiente de sus calles.

Ohrid
Ohrid – Andrey Skaternoy

Ese es parte de su encanto. Sentarse en sus cafés a tomar té, entrar al bazar turco y después buscar un restaurante para comer los platos típicos. Platos entre los que no falta los cevapi, o sea carne picada a la parrilla condimentada con paprika. Y, desde luego, como postre tiene que haber baklava, unos pasteles de origen árabe con una dulzura delicada y jugosa. Y tras eso, seguir paseando por el casco histórico, de pequeño tamaño pero de atractivos inacabables