La Haya, la verdadera capital de Holanda
¿Sabías que La Haya es en realidad la capital administrativa de Holanda? Esa no es más que una de las sorpresas que nos esperan en esta ciudad de los Países Bajos. Porque viajar a La Haya, aunque no sea el destino más famoso del país, realmente se puede considerar un lugar que merece la pena conocer, tanto pasando varios días como haciendo una excursión desde la cercana Ámsterdam, que se encuentra a solo 60 kilómetros.
La fama internacional de La Haya
Posiblemente lo más famoso a nivel mundial de La Haya sea que esta ciudad holandesa es la sede del Tribunal Internacional de Justicia.
Y aunque solo sea por motivos simbólicos, cualquier viajero que llegue hasta aquí ha de recorrer el palacio que acoge este tribunal, que viene a ser como el principal órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para comprender toda su importancia recomendamos entrar a su Centro de Visitantes.
“Cuatro características corresponden al juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.”
– Sócrates –
El patrimonio histórico de La Haya
El casco histórico de La Haya tiene mucho que ofrecer, si bien hay varios elementos que destacan sobre el resto y uno de ellos es el Binnenhof, o castillo de los Condes de Holanda. Con esa denominación os podéis imaginar que es una construcción de carácter institucional. De hecho ahí está la sede parlamentaria del país desde hace cinco siglos, así como también reside en este lugar el Primer Ministro de los Países Bajos. Lo cual no es impedimento para que pueda visitarse en parte.
Y otro lugar de gran interés es el Ridderzaal, de orígenes medievales y donde se visita el Salón de Caballeros, uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad, ya que si por fuera parece una iglesia, su aspecto interno se asemeja a un barco volcado.
Los museos de la Haya
También hay varios museos muy interesantes. Si bien todo aquel que pase unos días de vacaciones en La Haya tiene que acudir al Mauritshuis Museum. ¿Qué nos espera allí? Pues muchas obras maestras de grandes pintores flamencos como Hals, Brueghel o Rubens. No obstante, os mencionaremos dos obras para que os hagáis una idea de la calidad de su colección. Aquí se exponen La joven de la perla de Vermeer y la Lección de anatomía de Rembrandt.
Otro museo que merece la pena es el Museo de Escher, ubicado en el antiguo Palacio de la Reina. También el Museo Gevaguenpoort, que ocupa lo que fue una prisión desde el siglo XV. Si bien, os recomendamos ir al llamado Panorama Mesdag, ya que es una de las pocas pinturas panorámicas que se conservan en Europa. Allí os espera una obra cilíndrica con 120 metros de circunferencia.
De compras por La Haya
En La Haya se conserva el que se puede considerar el centro comercial más antiguo de Holanda. Hablamos de De Passage, una decimonónica galería cubierta repleta de las tiendas más elegantes de la ciudad.
Aunque no se compre, es obligado pasear por allí. Al igual que hay que darse una caminata por la avenida Lange Voorhout, posiblemente la calle más hermosa de la urbe, y donde conviven los edificios gubernamentales con las negocios de lo más sofisticados.
Viajar en familia a La Haya
Un viaje familiar a La Haya tiene un destino principal: el parque de Madurodam, o lo que es lo mismo, la ciudad más pequeña de los Países Bajos. En realidad, este parque temático es una extraordinaria maqueta que representa gran parte de los monumentos holandeses, pero a un tamaño 25 veces más pequeño que el original.
Es decir, pasear por Madurodam y sus 60.000 metros cuadrados de extensión es un paseo por todo el país, pudiendo apreciar hasta los más mínimos detalles en sus edificios y el sinfín de ornamentos dispuestos en el parque. Y aunque está a las afueras de La Haya no es en absoluto complicado llegar hasta aquí, ya que hay un tranvía que une el parque temático con el centro de la ciudad.
Ir a orillas del mar del Norte
También un poco alejado del centro se halla el puerto de La Haya, la zona de Scheveningen, la cual siempre es una buena opción de ocio, tanto por su animación, por su viejo casino o por sus playas bañadas por las frías aguas del mar del Norte.
Y otra zona de playas es Kijkduin, en un paraje mucho más salvaje y que posee un encanto distinto del que disfrutan senderistas, ciclistas e incluso practicantes de deportes acuáticos como el kitesurf.