La divertida y cultural Curitiba en Brasil
Brasil, exótico y excitante destino donde pasar unas vacaciones de ensueño. Existen multitud de poblaciones con encanto en este país, dejando a un lado la capital y las conocidas Sao Paulo y Río de Janeiro. Uno de estos rincones es la bella ciudad de Curitiba. Capital del estado de Paraná, se encuentra entre los tres municipios con mejor infraestructura del país. Pero ahí no acaba todo, la urbe posee lugares emocionantes y un poderoso atractivo cultural. En ella, el turista disfrutará de las mejores vacaciones a ritmo de samba.
Curitiba: una extensa vida cultural
La localidad rezuma cultura a cada paso. Llena de teatros y salas de música, la oferta de ocio es abundante en Curitiba. Numerosas salas de baile invitan al disfrute con el verdadero ambiente brasileño de fondo.
Pero también posee una gran variedad de museos. Entre los más destacados se encuentra el Museo Óscar Niemeyer. Está dedicado a las artes plásticas, destinando 35.000 metros cuadrados a exposiciones, teatros y eventos.
Más desconocido es el Museo Paranaense, dedicado por entero a las artes plásticas y a la historia. Cuatro salones y un pabellón donde dejarse embaucar por la historia de la hermosa ciudad, desde los primeros pobladores indígenas hasta el presente.
Los demás museos, menos transitados pero igualmente interesantes, albergan desde obras de arte sacro hasta piezas contemporáneas de autores como Zimmermann o Tomie Otahake. Destaca el museo dedicado al padre de la pintura paranaense, Alfredo Andersen. Cada uno de ellos con un encanto diferente y arrollador que atenderán a los múltiples gustos de todos los turistas.
Parques envidiables
Curitiba cuenta con bellas zonas de recreo donde descansar y relajarse. A orillas del río Barigüi se extiende uno de los principales parques de la urbe: el Parque Tingüi. Toda la extensión es un sincero homenaje a los tingüi, un pueblo indígena que habitó la región. Paralela al río corre una pista aeróbica que une la ciclovía con canchas deportivas y una zona de recreo.
Pero el mayor espacio destinado tanto a la observación de la naturaleza como deleite es el jardín botánico. Entre las colecciones que alberga cabe destacar la de plantas del bosque atlántico brasileño. Hace años, la Mata Atlántica era el segundo bosque más grande de Brasil, ahora representa tan sólo el 5%.
El viajero encontrará ejemplares de los bosque húmedos de araucaria y un bosque de niebla en el Río Nebular. En el interior del parque se encuentra el invernadero art nouveau, con amplios espacios para exposiciones, biblioteca y auditorio, así como un herbario que cuenta con más de 300.000 ejemplares de flora brasileña.
Panorámicas de Curitiba
En días claros, la ciudad ofrece una vista panorámica impresionante. El turista podrá disfrutar de ella subiendo al mirador de la torre Telepar. A una altura de 109 metros, es un balcón sensacional al que asomarse para disfrutar del skyline de la urbe.
Pero como verdaderamente se siente una localidad es caminando entre sus calles y sus gentes. El viajero puede dar un paseo por sus avenidas y perderse entre sus callejuelas y mercaditos. Numerosos puestos a pie de calle ofrecen manjares deliciosos a precios decentes.
“Una inversión en un viaje es una inversión en ti mismo.”
-Matthew Karsten-
Dejarse envolver por el ritmo de la Plaza Garibaldi, corazón del municipio, y enlazarse con el hablar de sus gentes enriquecerá la visita mucho más. El turista disfrutará de la que quizá sea la ciudad más europea en el sur del país de la samba con tan solo guardar el mapa y caminar por sus calles. Las mejores experiencias son las que no se esperan.
Vida nocturna brasileña
La noche de Curitiba es de las mejores del sur del país. Con enorme tradición motera, existen bares donde los fanáticos del motor se reúnen siempre que no haya ningún evento programado.
Pero también existe una enorme influencia de los inmigrantes alemanes, lo que añade atractivo a la vida nocturna. Bares temáticos recordando tabernas europeas, o centrados en la samba y el fútbol, los dos “deportes” nacionales, la oferta es muy amplia y para todos los gustos.
El barrio de Batel es de los más frecuentados, pues allí se ubican casi todos los pubs, bares, restaurantes y locales de ambiente jovial. Pero si el turista es rockero, encontrará el John Bull Bar mucho más atractivo. Una decoración con fotografías de bandas de música que ya se ha hecho famoso, pues recrea un pub londinense. Curitiba se amolda a los gustos del visitante para ofrecerle una experiencia única.
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