Visitamos la catedral de San Patricio de Nueva York

Sus torres de cien metros de altura quedan casi eclipsadas por los rascacielos que rodean la catedral. Sin embargo, este es uno de los mayores templos de Norteamérica.
Visitamos la catedral de San Patricio de Nueva York

Escrito por Álvaro Gómez

Última actualización: 27 marzo, 2019

Al estar rodeada de enormes rascacielos, parece más pequeña. Sin embargo, la catedral de San Patricio de Nueva York es el templo neogótico más grande de toda América del Norte. Su punto más alto supera por poco los 100 metros de altura, lo que consigue crear la sensación de que es un edificio imponente.

Dónde está la catedral de San Patricio de Nueva York

La catedral de San Patricio se encuentra en el corazón de Manhattan, en concreto, en la Quinta Avenida, entre las calles 50 y 51. Una ubicación especial por muchos motivos.

Frente al templo católico está el Rockefeller Center. Un espectacular complejo de 19 edificios que parece querer empequeñecer a la catedral. Y es que, además de ocupar más superficie, estos rascacielos doblan en altura al templo, pues tienen 70 plantas y alcanzan los 266 metros.

Un poco de historia

Catedral de San Patricio de Nueva York
Catedral de San Patricio

La catedral se construyó hace un siglo y medio. En la actualidad, es el corazón del catolicismo de Estados Unidos. Y también es un atractivo turístico más de Nueva York.

A comienzos del siglo XIX, en el lugar en el que hoy está la catedral de San Patricio, los jesuitas pretendían construir una escuela para los jóvenes católicos. El proyecto no salió adelante, y tras pasar el solar por las manos de un francés, la diócesis de Nueva York decidió construir el templo.

En esa decisión tuvo mucho que ver el desastre de la vieja iglesia de San Patricio. Era la sede de la diócesis, pero un incendio la destruyó. Aquella iglesia se volvió a levantar y aún se puede visitar en la calle Mulberry.

Las obras de construcción de la catedral se iniciaron en 1858. Sin embargo, la guerra civil obligó a paralizar los trabajos. Así, el templo no se podría finalizar hasta el año 1879.

Qué ver en la catedral de San Patricio

Interior de la catedral de San Patricio de Nueva York
Interior de la catedral

Lo primero que debes admirar de la catedral de San Patricio de Nueva York es su bello exterior de estilo neogótico. Destaca por su revestimiento en mármol blanco. Pero lo más característico son sus dos torres, que superan los 100 metros.

Respecto al interior, destacan los altares. El de San Juan Bautista de la Salle y el de Santa Isabel te recordarán a los de otros grandes templos católicos de Europa. Y fíjate en el altar de San Luis y San Miguel, que ha pasado varias fases de restauración en el siglo XX.

Otra parte que seguro que te llamará la atención son las vidrieras. Los grandes ventanales fueron diseñados por artistas de Boston y también de Europa. En cuanto a la joya de estas obras, el gran rosetón, se alza en el templo para dar luz a todo su interior.

Y si eres amante de la música, te encantarán sus grandes órganos. Uno está instalado uno junto al coro y tiene casi 4000 tubos. El otro está en la Gran Galería y tiene 5918 tubos. Su música celestial acompaña las misas que se celebran en este gran templo católico.

En cuanto a las esculturas, la más fotografiada es la de La Piedad. Es una copia de la que puedes encontrar en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, realizada por Miguel Ángel, aunque la de la catedral de San Patricio tiene un tamaño tres veces mayor.

Cuándo visitar este templo

Altar de la catedral de San Patricio de Nueva York
Altar de la catedral

Quizá te preguntes cuál es la mejor época del año para visitar la catedral de San Patricio de Nueva York. Como puedes imaginar, siempre va a estar muy transitada. Vayas en la época que vayas, tienes que saber que va a haber centenares de personas que visiten la catedral el mismo día que tú.

Dado que siempre va a haber aglomeraciones, te recomendamos que visites la catedral en Navidad, la época en la que más bonita está. Va a haber más gente de lo normal, pero verás que merece la pena.

No solo por el templo religioso. Más bien por la zona en la que se encuentra. Junto al Rockefeller Center se instala en estas fechas un gran árbol de Navidad. Y qué mejor forma de conocer la catedral que con ese espíritu navideño que se respira cada año en Nueva York.