Las islas adriáticas y sus hermosos colores
En el Mar Adriático encontramos uno de los archipiélagos más grandes y variados del Mediterráneo. Y es que las islas adriáticas son más de 1000 pequeñas maravillas, en su mayoría deshabitadas, que ofrecen una oportunidad única de formar parte del paisaje natural y casi virgen de este rincón de Croacia.
Las islas adriáticas se han convertido en tendencia en los últimos años debido a sus calas escondidas de agua clara, sus preciosas playas vírgenes y sus bosques frondosos, llenos de vida.
No obstante, las islas no son solo un lugar idóneo para aquellos que realizan actividades al aire libre o deportes acuáticos. Algunas de sus pequeñas pero cuidadas ciudades medievales son también un lugar para el ambiente más chic y elegante.
Isla Brač
Empezamos el recorrido por las islas más famosas y visitas de Croacia en Brač, una de las islas adriáticas más cercanas a la ciudad de Split. Esta suele ser el punto de partida y de alojamiento de la mayoría de turistas, ya que muchas islas se encuentran completamente deshabitadas.
A esta isla se le conoce como «la isla blanca». Esta denominación se debe al color de sus rocas, ya que cuenta con canteras de piedra caliza.
Brač destaca por ser una de las mejores islas para aquellos que disfrutan de practicar deportes acuáticos como el buceo, el kayak o el windsurf. Además, también cuenta con una ruta de trekking para subir hasta la cima del Vidova Gora, el pico más alto de todo el archipiélago. Las vistas que ofrece este punto hacen que las 2 horas que emplearemos en la subida merezcan la pena.
Isla Hvar
Esta isla se encuentra dentro del ranking de las 10 islas más bellas del mundo. Es la preferida por los amantes del sol y playa, gracias a sus calas de arena blancas y porque cuenta con una de las ciudades medievales más bellas: la ciudad de Hvar —en portada—.
Completamente amurallada, Hvar nos brinda la oportunidad de perdernos por sus calles repletas de edificios y construcciones típicas de la exquisita arquitectura veneciana o disfrutar de su vida nocturna, con las mejores fiestas para la élite local e internacional.
Por último, también podemos dirigirnos a Stari Grad, que se traduce como ‘ciudad vieja’ y que se encuentra situada junto al puerto. Aquí podremos ver sus amplios y preciosos campos de cultivo, sobre todo de lavandas, olivos y vides, nombrados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 2008.
Isla Korčula
La isla Korčula es conocida por ser la isla más verde del adriático y por contar con más de 200 calas y cuevas donde perderse y disfrutar de la paz que ofrece el lugar. También se la conoce de manera popular como «Corfú negro», debido a sus bosques frondosos de pinos y robles. De ahí que la mayoría de los locales se dediquen a la construcción de barcos.
En la misma isla, en una pequeña península, se encuentra la ciudad amurallada de Korčula. De hecho, es una de las ciudades medievales mejor conservadas del Mar Mediterráneo.
Pasear por sus calles o visitar la supuesta casa natal de Marco Polo son algunos de sus principales puntos de interés. Actualmente, además, la isla es el único lugar donde aún se preserva y se baila la danza Moreska, un baile regional que se realiza con espadas.
Isla Mljet
Tomando el ferri desde Dubrovnik, llegamos a la isla de Mljet, conocida por su increíble bosque mediterráneo, que cubre más del 70 % de su superficie. Tanto es así que, en la parte oeste de la isla, se encuentra un parque nacional declarado en 1960 Reserva de la Biosfera.
Los amantes de la naturaleza virgen podrán realizar varias rutas de senderismo para contemplar la fauna y flora local. Recomendamos alquilar una bicicleta para recorrer por cuenta propia cada rincón de la isla.
Más allá de esto, la Isla Mljet también ofrece zonas de interés cultural. De hecho, cuenta con 2 mares interiores de agua transparente, donde se encuentran la isla Santa María y varios islotes con algunos de los monasterios más característicos del país.
Isla Vis
Por último, proponemos terminar la visita a las islas más coloridas del adriático visitando la misteriosa Isla Vis. Esta se mantuvo cerrada al turismo internacional hasta la independencia de Croacia, en el año 1991.
Es conocida por ser un paraíso para los amantes del snorkeling y por contar con una de las calas más bellas: la cala de Stiniva —imagen de arriba—. Esta cala se encuentra casi cerrada por una formación natural de roca que deja tan solo 5 metros de entrada al mar y a la que solo podremos acceder a pie o con una embarcación pequeña. Además, la isla está rodeada por un pequeño archipiélago de islas e islotes.
Sin embargo, lo que más llama la atención de la isla es la oportunidad de visitar la conocida como «Gruta Azul». En ella, podremos observar un breve pero hermoso fenómeno natural que solo ocurre entre las 11 y las 12 de la mañana: la luz del sol se filtra por la cueva y crea un efecto de prisma en el que los colores tiñen la roca y el agua con tonos malvas y plateados. Una imagen única para guardar como recuerdo tras un viaje por los colores de las islas adriáticas.