La isla de la Graciosa, un paraíso virgen
Al norte de Lanzarote se encuentra el archipiélago Chinijo, y en él destaca La Graciosa, un lugar virgen. Aquí apenas ha llegado la civilización, no hay carreteras, el silencio es el señor y la tranquilidad lo inunda todo. Solo hay dos pequeños pueblos, cuya población no alcanza el millar de personas. ¿Quieres conocer este pequeño paraíso?
Descubriendo La Graciosa
De origen volcánico, la isla de La Graciosa apenas tiene 29 km². Pequeña pero maravillosa, está rodeada de increíbles playas y su punto más alto son Las Agujas, con 266 metros. Caleta de Sebo es la “capital” y Pedro Barba la otra localidad de la isla.
Para llegar a La Graciosa hay que tomar un barco de línea regular que parte desde el puerto de Órzola. El trayecto dura apenas 20 minutos y finaliza en Caleta de Sebo. Allí descubrirás un precioso pueblo de calles sin asfaltar y casitas pintadas de blanco, verde y azul.
Al llegar a la isla querrás moverte por ella y tienes dos opciones: caminar o alquilar una bicicleta. Para comer, puedes hacerlo en alguno de los restaurantes del pueblo o comprar algo en sus tiendas para llevártelo en tu excursión. Debes tener en cuenta que en la isla no encontrarás ni chiringuitos ni bares por el camino, así que no olvides llevar agua y comida suficiente.
Qué hacer en la isla de La Graciosa
Ya lo decíamos, en La Graciosa no hay carreteras ni avenidas asfaltadas. Todo es naturaleza, playas con dunas y volcanes. Este lugar invita a olvidarse por completo de la civilización y de las prisas. Simplemente observa el maravilloso paisaje, en el que los colores cambian del amarillo al gris y los tonos ocre.
El único plan aquí es dejarse llevar por el entorno y disfrutar de la tranquilidad y la calma con todas las letras. Y puedes hacer varias rutas, cualquiera de ellas te llevar a rincones fascinantes.
“El silencio es más musical que cualquier canción.”
-Christina Rossetti-
Del volcán de la Montaña a playa La Cocina
Partiendo de Caleta de Sebo hacia el sur llegarás a la playa Baja del Ganado, con aguas celestes y arenas blancas contrastando con las rocas volcánicas negras de su alrededor. Un lugar perfecto para darse un primer chapuzón.
Desde allí puedes subir por un sendero y tras 30 minutos de caminata relajada llegar al volcán de la Montaña Amarilla, que protege a la Cala La Cocina. La arena aquí es amarilla, el agua esmeralda y la tranquilidad absoluta.
De vuelta, puedes parar en otra playa preciosa, la de la Francesa, una de las más populares. Tiene 500 metros de arenas blancas y las aguas turquesa son más que tranquilas. Es el sitio elegido por aquellos que, o bien pasan el día en la isla, o están de paso en alguna excursión privada.
Disfruta de los paisajes todo lo que puedas antes de regresar a Caleta de Sebo. Y te recomendamos que, si puedes, esperes a la caída del sol. Es un espectáculo único en el que verás la luz del ocaso reflejarse en los riscos de Famara, en la costa oeste de Lanzarote.
La playa de las Conchas
Otro sitio que no te puedes perder en La Graciosa es la playa de las Conchas. La distancia desde Caleta de Sebo es algo mayor, ya que está justo en el extremo opuesto de la isla. Pero merece la pena porque en el camino podrás disfrutar de los paisajes volcánicos más bonitos de La Graciosa.
Al llegar, quedarás absolutamente enamorado de este lugar. Un arenal virgen de 600 metros desde el que observarás la inmensidad del océano y la pequeña isla de la Montaña Clara. Además, no hay muchos visitantes, por lo que podrás disfrutar a tus anchas y sentirte el dueño de un enclave natural maravilloso.
Otras posibilidades
Hay más rutas que puedes realizar. Si te diriges hacia el norte llegarás a la punta de Pedro Barba o a Los Caletones. También puedes hacer en bicicleta la ruta “Pedales de Lava”, que comienza en Caleta de Sebo, sube por la montaña del Mojón en dirección norte hasta Las Agujas, continúa hacia la derecha hasta Pedro Barba y de allí hasta la Montaña Amarilla (y regresar).
Las sendas para recorrer esta pequeña isla están bien señalizadas y no tienen apenas pendientes por lo tanto cualquiera puede dar un paseo, caminando o en bicicleta. Lo más importante es que uses ropa y calzado cómodos y tengas una buena mochila donde llevar agua y comida suficientes para todo el día.