Iniciación a la caminata familiar en el desierto marroquí
El desierto marroquí es uno de esos tesoros de África que atrae miles y miles de visitas cada semana. Cada vez son más los que deciden conocer las dunas de arena y todos sus secretos junto a su familia. Y cada vez es más común ver como padres e hijos comparten la maravillosa experiencia de recorrer el Sahara.
Para conocer el desierto marroquí tienes que tener clara la planificación de tu viaje. Más aún si vas con niños. Por eso, conviene que sepas los pros y los contras de visitar una parte u otra, ya que el Sahara es tan grande que se extiende casi de norte a sur del continente africano.
No te prives de la experiencia de pasar unos días que nunca olvidarás junto a tu familia. Más allá de los safaris, las ciudades históricas o las pirámides de Egipto, recorrer el desierto marroquí es una de las actividades que no olvidarás en unas vacaciones en África.
¿Qué parte del desierto marroquí debes elegir?
Como ya hemos dicho, el desierto marroquí es inmenso, por lo que se necesita un viaje largo desde Marrakech para acceder a los principales lugares. Los más famosos son el desierto de Zagora y el de Merzouga.
En Merzouga están las dunas Erg Chebbi, que superan los 150 metros de altura. El principal inconveniente para visitar este lugar es el tiempo que se necesita para llegar a él. Son unas diez horas de viaje, por lo que casi seguro que necesitarás hacer noche tanto en la ida como en la vuelta.
Dentro de lo considerado como desierto marroquí, el de Zagora es otra de las partes más visitadas. Puedes llegar allí en unas cinco horas, quizá algo más, debido a las paradas turísticas que se hacen durante el viaje.
Aunque sean viajes largos, en ambos disfrutarás de lugares increíbles durante el transcurso. Si vas con niños, puede ser preferible el de Zagora, ya que es igual de impresionante y el viaje se hará menos pesado.
La caminata por el desierto
Hay varias formas de recorrer el desierto marroquí. La principal es en todoterreno, contratando a un guía. Es la forma más recomendable, pues es lo más seguro y, además, puedes intercalar el viaje con otras actividades, como recorrer unos kilómetros a pie.
Es conveniente que tengas claras unas cuantas cosas para protegerte de los peligros del desierto. Sobre todo si vas en familia, pues los niños son más vulnerables. El principal enemigo es el calor. Lo más lógico es que las temperaturas superen los 40 grados, por lo que si no vas en las mejores condiciones puedes tener una muy mala experiencia.
Tienes que elegir ropa transpirable y de colores claros, pues de esta forma no absorberá tanto el calor. Además, conviene que te tape la mayor parte del cuerpo para no sufrir quemaduras. No olvides tapar ojos, nariz y boca, pues el viento levanta la arena y resulta muy molesto.
Por otra parte, el calzado tiene que ser cómodo, deportivo y transpirable. Y, si tienes hueco en la maleta, lleva repuesto para descansar los pies en los ratos libres.
Conviene que lleves gafas de sol, protección solar destinada a los pequeños y algo que les cubra la cabeza para evitar insolaciones. Aunque el día sea muy caluroso, las noches pueden ser frías, así que añade en tu equipaje algo de abrigo.
Cuando recorras el desierto marroquí tienes que llevar agua. Lo aconsejable es beber con frecuencia pequeñas cantidades para evitar la deshidratación del cuerpo y los golpes de calor.
Viaja con un guía
Hay aventureros que recorren el desierto por su cuenta. Con poco más que un botiquín y una brújula, aparte del equipamiento básico, se puede disfrutar de un viaje durante unos días por el desierto marroquí.
Pero si vas en familia, lo recomendable es recorrerlo con un guía. Si es posible, apuntaros a alguna excursión que incluya pasar la noche en las famosas jaimas. De hecho, algunas incluyen servicios de aseo, incluso duchas, por lo que no tendrás que preocuparte al viajar con tus hijos. Así, además, podréis ver el espectáculo de la noche estrellada en el Sáhara.