Visitamos las iglesias del Serrablo en el Pirineo aragonés
El Serrablo se encuentra emplazado en el Pirineo aragonés, surcado por el río Gállego. Es allí, en su margen izquierda, donde encontramos un conjunto de iglesias que son conocidas como las iglesias del Serrablo, unos templos medievales que se armonizan perfectamente con el entorno natural que las rodea. Recorrerlas dio origen a la Ruta de las Iglesias del Serrablo, donde el arte y la naturaleza se entremezclan, ofreciendo al visitante un recorrido singular. ¡Vamos a conocerlas!
Las iglesias del Serrablo se encuentran en la comarca del Alto Gállego en Huesca y constituyen uno de los mejores atractivos de la zona. Todo el conjunto lo constituyen 14 iglesias declaradas Bien de Interés Cultural. Fueron construidas entre los siglos X y XII en el período de dominación visigoda.
Todas comparten la mayoría de sus características. Su estilo se debate entre el románico y el mozárabe. Sin embargo, el estilo de la época introdujo variaciones en las columnas y molduras de ajedrezado jaqués.
La Ruta de las Iglesias del Serrablo
En una distancia que no supera los 40 kilómetros nos encontramos las iglesias de San Bartolomé de Gavín, San Pedro de Lárrede y Santa Eulalia de Susín. Muy cercanas se encuentran las de Santa Eulalia de Orós Bajo, San Martín de Oliván y San Juan de Busa, en el valle del río Busa.
Por la misma carretera que lleva a Lárrede, encontramos a San Andrés de Satué y Santa María de Isún de Basa. Por el curso del río Basa, está San Juan de Orús, San Pedro de Lasieso y San Martín de Ordovés.
Las de San Martín de Arto, San Miguel de Orna, San Miguel de Latre y la de Javierrelatre, las encontramos en la margen derecha del río Gállego. A continuación te vamos a hablar de 4 de ellas, consideradas las mejor conservadas y más accesibles.
1. San Pedro de Lárrede
Esta iglesia se encuentra próxima a la Senegüé y es la iglesia que más destaca entre todas las que componen la ruta. Sus características se repiten en algunas de las otras iglesias, como el tejado a dos aguas, los ventanales ajimezados, alfiz en algunas puertas de entrada y ventanas y friso de baquetones verticales en el ábside.
Pero además, también tiene elementos propios y diferentes de las demás, como la planta de cruz latina, resultado de la construcción de capillas laterales a los lados del ábside. Otra característica que destaca es la decoración de los arcos lombardos en el exterior del ábside. Esta iglesia fue rehabilitada majestuosamente, inundándola de belleza y apego a su originalidad.
2. San Juan de Busa
Para acceder a San Juan de Busa desde Lárrede solo hay que seguir el mismo camino en coche, pero al llegar te maravillará el entorno que rodea a este bello templo. Esta iglesia se encuentra en la mitad de una pradera, por lo que si vas con niños, les encantará jugar en este lugar que, a simple vista, exuda magia.
La edificación tiene un tejado a dos aguas con una curiosa terminación a la altura del ábside. Posee elementos similares a Lárrede, aunque ese elemento distintivo del remate del tejado de dos aguas, le da un aspecto original. Pero, observarla como un todo con el entorno, en medio de una gran pradera vacía, es lo que te hará contemplarla sin cesar.
3. San Martín de Olivan
Esta es otra de las iglesias que destacan de todo el conjunto, pues brinda una imagen que se quedará plasmada en tu mente por mucho. Fue construida en el 1.060 con un estilo románico mozárabe o románico primitivo.
En el período del renacimiento le realizaron un ampliación que opacó un poco su belleza. Esta construcción provocó la desaparición de las ventanas con falso arco de herradura de la torre campanario y se amplió de la nave principal. A pesar de esto, esta iglesia exuda belleza y en su interior se encuentra silencio, paz y tranquilidad.
4. Santa Eulalia de Oros Bajo
Esta iglesia se encuentra en la localidad del mismo nombre y se accede a ella por una calle habilitada dentro del propio casco urbano. En este templo, se observan, en menor tamaño, algunos de los elementos decorativos de las otras iglesias como el friso de baquetones en el ábside. Además, el tamaño de la torre también es mucho menor.
Para completar la atmósfera, su entrada está casi invadida por algunas de las lápidas del cementerio. Tiene una belleza increíble que te traslada inmediatamente hasta el siglo XII, cuando fueron construidas estas maravillas.
“No hay momento de mayor dicha en cualquier peregrinaje que el comienzo del mismo.”
-Charles Dudley Warner-
Te recomendamos la Ruta por las Iglesias del Serrablo, un recorrido lleno de magia, belleza y naturaleza que te trasladará al pasado. Realmente, vale la pena.