Gimmelwald: un pueblo lleno de encanto en Suiza

Gimmelwald es una joya alpina para los que buscan una experiencia auténtica, lejos de las grandes ciudades y en un entorno con sabor tradicional.
Gimmelwald: un pueblo lleno de encanto en Suiza
María Belén Acosta

Escrito y verificado por la especialista en Asia Oriental María Belén Acosta.

Última actualización: 06 julio, 2023

Gimmelwald resulta todo un tesoro para los amantes de la naturaleza. Se encuentra en pleno Oberland, en el cantón de Berna, en Suiza. Con una población de menos de 400 habitantes, es una villa libre de tráfico, a ella no se puede acceder en vehículo, y ofrece una experiencia única que unos pocos disfrutan cada año.

La villa de Gimmelwald

Está situada a casi 1400 metros de altura y a los pies de Jungfrau-Aletsch, un área protegida declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En este enclave privilegiado, la villa de Gimmelwald nos lleva a vivir los Alpes de una forma íntima y auténtica.

Granja en Gimmelwald

Para empezar, simplemente la llegada resulta espectacular. El transporte a la villa se efectúa por el teleférico de Schilthorn, en un recorrido ascendente de impresionantes vistas. Ya allí, nos encontraremos con un pueblecito pequeño, formado por unas pocas granjas, un menudo hotel y casas de estilo típicamente alpino de las que parten directamente los senderos y rutas.

La población local vive del turismo, ya que, aunque hay alojamiento para pocas personas, el flujo de excursionistas y turistas es constante durante buena parte del año. Además, los lugareños colaboran también en el mantenimiento de las infraestructuras de esquí y zonas públicas.

Actividades en Gimmelwald

Gimmelwald en invierno

En verano, la gente acude para realizar rutas de senderismo y excursionismo. También son muchos los que simplemente buscan una experiencia auténtica de montaña, en un entorno sin masificaciones y con sabor tradicional.

En invierno la nieve es la reina, ya que se puede llegar esquiando, en trineo o surfeando en la nieve hasta la misma puerta de casa. El teleférico conecta además con toda la infrestructura de Schilthorn, con lo que es fácil acceder a sus pistas de esquí y actividades.

La villa nos propone paisajes de ensueño con verdes idílicos en verano y el mar blanco de la nieve en los meses fríos. De ella parten rutas de excursiones para todos los públicos y niveles y que están detalladamente marcadas y reflejadas en mapas.

Gracias a todo esto, es un destino difícil de olvidar que ofrece paisajes y actividades muy distintos en sus dos estaciones, pero igualmente impresionantes. Por si todo lo mencionado fuera poco, en las granjas de Gimmelwald puedes disfrutar de los productos que se elaboran allí mismo, como los quesos y salchichas de la zona, de gran renombre.

The Honesty Shop

The honesty shop en Gimmelwald

Este pequeño comercio de ultramarinos y souvenirs resulta único por su particular funcionamiento. No hay dependiente ni personal. Cada producto tiene su precio, podemos coger lo que queramos y poner en un sobre el dinero, especificando lo que hemos comprado.

A la salida de la tienda hay un pequeño letrero hecho para que los compradores honestos se fotografíen en él. Es un pequeño detalle sencillo y encantador que deja ver el tipo de ambiente que la villa transmite.

El pueblo de Mürren

Calles de Murren

Conectado con Gimmelwald por una vía ferrata de poco más de dos kilómetros de recorrido se encuentra Mürren. Este pequeño pueblo, también libre de tráfico, ofrece un paisaje igualmente idílico y encantador, más propio de un cuento alpino. En él pueden realizarse todo tipo de actividades tanto de invierno como de verano.

Allí podemos visitar algunas tiendas, así como el Minimuseo de Mürren. También se puede tomar el funicular que lleva a Allmendhubel y que ofrece unas vistas impresionantes de las montañas y los glaciares de los Alpes berneses.

Además, podemos tomar el teleférico que sube hasta la cumbre del monte Schilyhorn, a casi 3000 metros de altura. De hecho, este monte apareció en la película Al servicio secreto de Su Majestad, de James Bond. Debido a ello, la localidad alberga el museo interactivo Bond World 007, con parte del material original de la película.

Recomendaciones finales

No hace falta ser un experto montañista o esquiador para disfrutar de una visita a Gimmelwald. De hecho, muchos de sus visitantes son familias comunes que buscan una experiencia tranquila.

Lo que sí hay que mencionar es que, debido a su poca capacidad de hospedaje, el viaje debe planearse y reservarse con tiempo. Si nos presentamos directamente allí, es muy posible que nos encontremos sin cama en la que dormir. Pero si nos quedamos sin alojamiento, siempre podemos desplazarnos a Berna, con gran cantidad de hoteles y alojamientos, y visitar la villa desde allí.

Tour privado por Berna. Pasearemos por un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad y descubriremos la historia de esta bonita ciudad.

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