La extraordinaria cueva de Kong Lor, en Laos
En el corazón de Laos se encuentra Kong Lor, un pequeño pueblecito apartado de las rutas más turísticas. Allí podemos disfrutar de un Laos auténtico y de unos paisajes inolvidables, pero sobre todo de la impresionante visita de la cueva de Kong Lor. En este artículo veremos qué tener en cuenta a la hora de recorrer esta cueva, de nada menos que 7 km de longitud.
El pequeño pueblo de Kong Lor
El reducido pueblo de Kong Lor se encuentra situado entre Vientiane y Savannakhet. Muy cerca de él se encuentra la cueva de Kong Lor, del mismo nombre, pero aunque la cueva sea el punto más conocido, dista mucho de ser lo único valioso de la visita. De hecho, ni siquiera la cueva de Kong Lor es tan conocida entre los turistas, que acostumbran a visitar otros puntos más populares como Maxahai.
El pueblo ofrece ya antes de la llegada un paisaje único, rodeado de altas montañas kársticas y de campos de arroz hasta donde abarca la vista. Dependiendo de la época del año, veremos estos campos verdes e inundados o totalmente secos, aunque en ningún caso pierden encanto.
Una vez allí, hay pocas palabras que describan Kong Lor como una sola: paz. Es raro encontrarse con más de uno o dos grupos de viajeros en Kong Lor, por lo que el ambiente resulta mucho más íntimo y auténtico que en otros destinos más populares.
Los habitantes de Kong Lor están lo bastante acostumbrados al turismo como para recibirlo con una amable sonrisa, pero sin perder su rutina de vista. Allí los niños curiosos y con ganas de jugar serán probablemente los primeros en acercarse al viajero.
No son pocos los que, antes o después de visitar la cueva, deciden pasar un día más disfrutando de los sencillos placeres del pueblo, como jugar con los niños, pasear por los campos de arroz, ver a los búfalos, revolcarse en los charcos o incluso tomar un baño al pie de las montañas. Después, solo queda prepararse para visitar la cueva, que se encuentra a aproximadamente un kilómetro del pueblo. Es un trayecto fácilmente salvable a pie.
La cueva de Kong Lor
Cuando se llega a la entrada de la cueva, no da la impresión de estar ante un punto de interés turístico. Unas pequeñas cabañas donde se contrata la visita en barcas de cola larga dan la bienvenida a los pocos turistas que llegan, rodeados de los lugareños que disfrutan del sitio.
Hay que realizar un pago por la entrada al parque natural, además de la contratación de las barcas. Teniendo en cuenta que en la barca entran hasta tres personas, todo el paquete sale por unos 43.000 kips, es decir, menos de 5 €. Allí el guía entrega a cada turista una luz frontal y empieza la visita.
El trayecto es de nada menos que 7 km, pues la cueva cruza de lado a lado la montaña. Casi todo el trayecto se hace en completa oscuridad, consiguiéndose una atmósfera difícil de igualar. A medio camino, se hace un tramo a pie por unas grandes cavidades iluminadas artificialmente en la cueva, para luego volver a las barcas.
Al otro lado de la montaña hay una pequeña aldea a orillas del río preparado para ofrecer algo de comer y algunos recuerdos al turista, así como un descanso antes de volver. La visita completa dura unas 3 o 4 horas.
Se aconseja llevar calzado adecuado, pues en algunos puntos se hace necesario bajar de la barca y empujarla por la poquísima profundidad del río, con lo que mojarse es inevitable.
Consejos para disfrutar de la visita
Lo más recomendable, como en muchos otros casos, es alquilar o incluso comprar una moto para viajar por estos países. Si optamos por el autobús, se puede llegar a Kong Lor desde la terminal sur de Vientiane.
El viaje dura buena parte del día por carreteras que no están en buen estado, pero a cambio permite disfrutar de los paisajes. A la hora de pernoctar, en el pueblo hay algunas guesthouses, que no necesitan de reservas y con precios muy económicos, desde los 7 € por noche.
Se recomienda también no perderse la gastronomía de Kong Lor, de la que algunos destacan especialmente el curry. Por último, si queremos disfrutar de un viaje tranquilo, se recomienda visitar el pueblo en la temporada seca, entre noviembre y marzo.