Una escapada a Colmar, la joya de Alsacia
Hacer una escapada a Colmar cuando se está visitando la región de Alsacia es imprescindible, porque este es un pueblo de auténtica fantasía. Uno de los rincones más evocadores de la zona del Alto Rhin, considerado demás como “la capital de los vinos de Alsacia”. ¿Nos acompañas a recorrerlo?
Una escapada a Colmar: inolvidable
Muchos viajeros realizan la ruta de Alsacia en coche, y una de las paradas obligadas es Colmar. Tómate un día para recorrerla por completo, merece la pena caminar por sus calles empedradas medievales y admirar las fachadas con entramado de madera de las casas.
Pero Colmar tiene otras muchas cosas especiales, como el aroma a vino caliente con canela. Si vas en verano, tal vez puedas disfrutar de la Feria de los Vinos, que se celebra en agosto. Pero también con el frío es especial, si tienes la oportunidad, visítalo en diciembre para recorrer uno de los mercadillos navideños más pintorescos de Europa.
De paseo por Colmar
Seguramente una escapada a Colmar de un día te sepa a poco para poder disfrutar de toda su magia. Pero organizando bien el tiempo y el recorrido no te perderás nada.
El punto de partida
Con su gran patrimonio cultural, el paseo por Colmar comienza en el centro de la ciudad, de estilo gótico alemán y muy bien conservado. Aunque estés en Francia, no lo parece. Los balcones de madera adornados con flores y los techos a dos aguas son de aspecto germano.
Luego hay que dirigirse a la Colegiata de Saint Martin, construida a inicios de siglo XIII en estilo gótico sobre los restos de una iglesia anterior. En la actualidad es una de las más importantes de Alsacia y está ubicada en una zona bastante animada de Colmar, entre tiendas y restaurantes con terrazas.
Tras ello, no te pierdas la Iglesia de los Dominicos, construida entre 1289 y 1364 y que ya no funciona como templo religioso. Alberga vidrieras del siglo XIV, bancos de coro barrocos y un retablo de 1473 llamado La Virgen de las Rosas.
Bordeando el río Lauch llegarás al antiguo barrio de los pescadores. Disfrutarás de su colorido y también de la historia de los primeros pescadores que se instalaron en Colmar. El Quai de la Poissonnerie (en francés) es de los más pintorescos, ideal para un paseo matutino.
Tres construcciones magníficas
Hay tres edificios que no debes perderte en tu escapada a Colmar. La antigua aduana (Koifhus) es el edificio civil más viejo de la ciudad. Se construyó entre los siglos XV y XVI y está formado por varios cuerpos. En esa época era el centro económico de la ciudad, ya que funcionaba como mercado, almacén y centro aduanero. Desde aquí partían las mercancías hacia Italia, Alemania, Flandes y el resto de Francia.
Otra construcción famosa es la Casa Pfister, de estilo medieval y con una galería de madera decorada con escenas de la Biblia. Fue erigida en el siglo XVI por órdenes de Luis Pfister, quien la bautizó como él.
El mercado cubierto es otro de los “imprescindibles”. Aquí se pueden adquirir productos típicos de la región. Los vinos están a la orden del día, así como también otras delicias gastronómicas de la región de Alsacia (incluyendo quesos, vegetales, bretzels y más).
La gran joya de Colmar
Y, para el final, nada mejor que recorrer la Pequeña Venecia. Un lugar idílico que con sus bellos canales y puentes nos recuerda a la ciudad italiana. En este precioso barrio podrás contemplar, además, callecitas angostas y preciosas casas que se levantan a la orilla del río y los canales. Imagen que es símbolo inconfundible de la ciudad.
“Una vez que viajas, el viaje nunca termina. La mente nunca puede desprenderse del viaje.”
-Pat Conroy-
Tiempo para los museos
Si has sabido aprovechar bien el tiempo, quizá aún puedas visitar alguno de los museos de Colmar El Museo Unterlinden es uno de los más visitados de Francia. Está ubicado en el antiguo convento de las Monjas Dominicas, construido en el siglo XIII. Alberga una gran colección de esculturas y pinturas de la Edad Media y el Renacimiento. Entre ellas destaca el Retablo de Isenheim, realizado en 1512.
Otro museo interesante de Colmar es el Bartholdi, en honor al escultor originario de la ciudad Frederic Auguste Bartholdi, creador de la Estatua de la Libertad de Nueva York. La casa-museo está situada en una plaza pequeña y exhibe una colección de esculturas, bocetos y dibujos del artista, así como objetos personales de la familia.