El desierto de Namib y sus dunas rojas
Al sur del continente africano, el desierto de Namib marca la frontera entre Namibia, Sudáfrica y Angola. Su nombre en lengua nativa quiere decir “enorme” y la verdad es que no se equivocaron: el territorio llega a los 81.000 km². ¿Te animas a visitarlo con nosotros?
Namib, el desierto más viejo del mundo
Según los estudios, este desierto existía ya durante la Era Terciaria, es decir hace nada menos que 65 millones de años (cuando los dinosaurios se extinguieron). En 2013 fue declarado Patrimonio de la Humanidad y está dividido en dos regiones climáticas: al norte las lluvias anuales apenas alcanzan los 50 mm y al sur se encuentra una reserva y las precipitaciones son aún más escasas.
El límite natural del desierto está marcado por una cadena montañosa conocida como Gran Escape y que está atravesada por ríos al norte y una barrera de dunas al sur (esta zona es realmente infranqueable), siendo la más conocida la “duna 45”, elegida por los amantes de las aventuras para “surfearla”.
El llamado “desierto de dunas rojas”, debido a que la arena recibe la oxidación del hierro, es uno de los puntos más desolados del mundo. De hecho, el explorador sueco Charles Andersson lo describió de una manera muy gráfica:
“No hay otro lugar en el mundo que simbolice mejor el infierno. Prefiero morir a ser deportado a este sitio.”
Era lo que el exploración decía tras su viaje a este desierto en 1850. Un desierto en el que las montañas de arena que se acumulan por la acción del viento desde el mar tienen unos pocos metros de movimiento. Así es, el centro de las dunas son roca sólida y solo la superficie se mueve.
¿Qué ver en el desierto de Namib?
Si te animas a visitar esta región del planeta hay atractivos que no te puedes perder.
1. Parque Nacional Naukluft
Una región deshabitada de 320 kilómetros de longitud junto al mar y hasta el río Kuiseb y formada por dunas de más de 300 metros de altura. Esa es la presentación de este parque nacional, con su área de Sossusvlei como principal foco de atención y sus ríos secos desde hace cientos de años.
En el valle de Tsauchab están las dunas cobrizas como la ya mencionada 45 y la 7, que con sus 380 metros es la más alta del mundo. Y muy cerca el fantasmagórico paisaje de Dead Vlei y sus árboles petrificados.
2. Walvis Bay
El cañón de Kuiseb detiene abruptamente el avance de las dunas y marca el final del parque. A partir de allí tenemos una planicie desértica con un leve ascenso hacia la capital de Namibia (Windhoek) y dos ciudades destacadas: Walvis Bay y Swakopmund. La primera se sitúa en la bahía homónima y alberga el puerto más importante. La segunda es bastante moderna, con construcciones alemanas.
3. Costa de los Esqueletos
Muy cerca de la frontera con Angola estamos en presencia de una de las zonas menos accesibles del país (para llegar a esta costa hay que atravesar el National West Coast Tourist Recreation Area). Se la conoce como “Costa de los Esqueletos” porque en nuestro paso encontraremos vehículos abandonados, barcos encallados y esqueletos de ballenas.
4. Cabo Cross
Es el primer lugar donde arribaron los europeos a esta zona del continente africano, en 1486. La expedición comandada por el portugués Diego Cao fue la pionera y el responsable de erigir una cruz que le dio nombre al cabo. En 1893, cuando el país era una colonia alemana, este símbolo religioso fue devuelto “cordialmente” a Portugal. Aquí se encuentra una gran colonia de osos marinos.
Ya que hablamos de especies animales, en los alrededores del desierto de Namib podemos hallar elefantes, aunque lamentablemente la población ha descendido notablemente por causa de la caza furtiva y la falta de agua potable. La fauna típica se completa con el rinoceronte negro, el león, las gacelas, las jirafas, el gato salvaje y más de 180 especies de aves.