Descubre la Isla de Pascua
Prepárate para un viaje a uno de los lugares más increíbles e ignotos de la Tierra, la Isla de Pascua. Tan misteriosa y fascinante como peculiar, este pequeño trozo de tierra perdido en el océano es el más alejado de un continente que existe en todo el planeta. Y esa es solo una de sus muchas singularidades. Veamos otras que te van a interesar y harán que te enamores de este paraíso mágico.
¿Cómo es la Isla de Pascua?
La Isla de Pascua pertenece a Chile. Sin embargo, se ubica en realidad en la Polinesia, a más de 3.500 kilómetros del continente. Aun así, es el trozo de tierra insular más grande del estado andino, a pesar de que su superficie apenas supera los 160 kilómetros cuadrados.
En cuanto a la información demográfica, cabe destacar que en la Isla de Pascua apenas viven unos 5.000 habitantes. Es más, todos se concentran en Hanga Roa, poblado único dentro de la tierra insular que, además, hace las veces de capital y centro administrativo del lugar.
¿Por qué nos fascina la Isla de Pascua?
Pero, si la Isla de Pascua nos fascina, no es por sus peculiaridades geográficas, sino por su extensa y maravillosa historia que se remonta a tiempos ancestrales. No olvidemos que allí se ha desarrollado durante siglos la cultura de la etnia rapanui que, además, daba nombre al lugar. De ellos nos quedan las impresionantes estatuas conocidas como moáis.
Ubicado en lo que se conoce como Parque Nacional de Rapa Nui, los moáis se unen a una geografía singular y muy característica de la zona, hecho este que no ha pasado desapercibido por la Unesco, que ya declaró toda esta tierra como Patrimonio de la Humanidad.
No es extraño, por tanto, que los antiguos habitantes de la Isla de Pascua llamasen a Rapa Nui como Tepito Ote Henua, que traducido al español significa Ombligo del Mundo. Resulta curioso, pues, que una pequeña isla perdida en medio de la inmensidad del océano Pacífico guarde tantas maravillas culturales y geográficas en su reducido territorio.
¿Qué hacer en la Isla de Pascua?
La Isla de Pascua ofrece un gran número de actividades por hacer y lugares por ver. Pero, si te gustan las playas paradisíacas y con un encanto especial, hay dos en particular que no te debes perder. Son las de Anakena, que es un maravilloso lugar que parece sacado de un cuento de hadas, y la singular Ovahe, con arena en tonos rosa a lo largo de su extensión.
Además, en la Isla de Pascua encontramos un lugar mágico para el deporte de aventura y las actividades en entornos naturales únicos. Así pues, a lo largo de sus costas puedes recorrer sus paraísos a caballo, bucear entrando en silenciosas cavernas llenas de fauna y flora única y autóctona, o caminar por un lugar singular en toda su extensión.
Y, por supuesto, no nos olvidamos de los maravillosos moáis. Esculturas que han llegado hasta nuestros días y que, todavía hoy, sorprenden al visitante por su elegancia y sobriedad.
Además, podrás verlos a lo largo de toda la isla, puesto que hay más de 900 repartidos por el territorio.
Los moáis son esculturas rapa nui construidas en su mayoría alrededor del volcán Rano Raraku. Pero, aunque su significado no está todavía claro, se piensa que fueron manifestaciones talladas por los polinesios que llegaron a la isla y que representan a antepasados ya fallecidos, que de esta manera proyectan su poder sobrenatural capaz de proteger a sus descendientes.
“El mayor de todos los misterios es el hombre.”
-Sócrates-
Pequeña historia de la Isla de Pascua
Se cree que la Isla de Pascua está habitada desde el lejano siglo VI, cuando habitantes polinesios llegaron desde las Marquesas. No obstante, su contacto con el exterior fue nulo durante más de mil años hasta la llegada del holandés Jakob Roggeveen en 1.722. El hecho tuvo lugar un domingo de Pascua y el navegante europeo encontró en el lugar un increíble pueblo lleno de bellas mujeres y amables hombres.
Sin embargo, la escasez de comida dio con guerras tribales que hizo caer en desgracia a la Isla de Pascua, que acabó en manos de la administración chilena. Pero su encanto de tiempos pasados permanece hoy en día y el contacto con sus ancestros se mantiene gracias a festividades como el Tapati, en el que pasan dos semanas entre bailes, música y diversión.
Y, por si fuera poco, la simpatía de sus gentes, el clima siempre cálido y la belleza del entorno, preparado para recibir con los brazos abiertos al visitante, hacen de la Isla de Pascua uno de los destinos más atractivos de todo el planeta.