Cracovia, un auténtico museo urbano
Llegó a ser capital de Polonia y se encuentra ubicada al sur de este país. Cracovia es la tercera ciudad más extensa del pís y su casco antiguo fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. El arte y arquitectura que transmite Cracovia lo hace un excelente lugar para conocer y descubrir.
Tres joyas de Cracovia
1. El castillo de la colina de Wawel
Esta colina en la que se sitúa el Castillo Real remonta su origen al Paleolítico y fue de gran importancia estratégica en tiempos de guerra. Una edificación milenaria que sirvió como residencia oficial de distintas generaciones de la monarquía polaca. Este lugar se encuentra al sur del recinto medieval de Cracovia.
La primera construcción del castillo fue de estilo gótico, pero, con el paso del tiempo y las remodelaciones, este fue adquiriendo un aire renacentista. En la colina de Wawel se concentró todo el poder político, es decir, se consolidó el gobierno de Polonia cuando Cracovia era la capital del país. No fue hasta el siglo XVII cuando el gobierno y la corte se trasladaron hasta Varsovia, la capital actual.
En el interior del recinto se puede admirar la catedral, las Salas Reales y la Cueva del Dragón, un lugar, en el que según una leyenda local, habitaba un terrible dragón que fue vencido por un simple zapatero.
“No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable”.
-Mario Benedetti-
2. La Plaza del Mercado
Esta plaza representa el alma misma de la parte medieval de Cracovia y es la más grande de Europa por su longitud (200 metros en cada extremo y 40.000 metros cuadrados en general). La Plaza del Mercado ha estado presente en diversos acontecimientos históricos, sociales y culturales, por lo que los habitantes de Cracovia la conservan en sus memorias de una forma bastante particular.
Durante años este ha sido el lugar de asentamiento predilecto de distintos comerciantes y artesanos. En esta plaza hubo ejecuciones públicas, celebraciones nacionales e incluso Hitler la bautizó como “Adolf Hitler Platz” durante la época de la invasión nazi. Hoy en día se encuentra rodeada por importantes edificios, llamativas terrazas y casas aristocráticas.
Entre las construcciones más destacadas de esta plaza se encuentra la Basílica de Santa María, de estilo gótico y don dos torres desiguales.También hay que detenerse ante la Lonja de los Paños, un edificio renacentista de planta rectangular y con hermosas arcadas, y ante la torre del antiguo ayuntamiento, que sirvió como prisión y lugar de torturas.
Catedral de Wawel
Situada en la colina de Wawel, a unos cuantos pasos del Castillo Real, esta catedral es testigo de la huella que ha dejado la cristiandad en Polonia y la importancia del poder monárquico de Cracovia. Su historia se remonta a más de 1.000 años de antigüedad y fue el lugar de coronación de los reyes y reinas polacos. Es un importante patrimonio de la ciudad.
La catedral de Wawel alberga múltiples capillas y la más emblemática es la de Segismundo. En la decoración propia de esta se destacan pinturas renacentistas y una cúpula que refresca el espacio. En ella se encuentran las tumbas de varios reyes polacos.
El mausoleo de San Estanislao es otro monumento a destacar, nombrado en honor al santo predilecto de Polonia.
Por ser uno de los monumentos más visitados por los turistas que llegan a Cracovia, es aconsejable reservar con antelación la entrada a la catedral Wawel. Entrar al recinto realmente es completamente gratis pero hay que pagar entrada para poder contemplar la campana de Segismundo, el museo de la catedral o las tumbas reales.
Son tres de las joyas de Cracovia, pero en esta ciudad hay mucho más que ver, desde el barrio judío a la antigua muralla o el monumento a Kosciusko, un héroe nacional.