5 castillos de España para sentirte como un rey

5 castillos de España para sentirte como un rey
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 16 febrero, 2016

La historia española queda  bien patente en su ingente patrimonio. Y, desde luego hay periodos del pasado imposibles de comprender sin los gobiernos de aristócratas y monarcas que desde sus castillos de España dominaban amplios territorios. Muchas de estas fortalezas todavía se mantienen en pie, e incluso algunas hoy en día se hallan transformadas en cómodos alojamientos para que te puedas hospedar en un castillo y sentirte como un rey o una reina de antaño, pero con todas las comodidades propias del siglo XXI.

Son muchos los castillos de España transformados en hoteles, alojamientos con encanto o paradores. La lista sería enorme pero aquí os mostramos cinco para inspiraros y buscar vosotros otros lugares históricos y recuperados para el turismo

Maravillosos castillos de España

1. Castillo de Olite

Hasta comienzos del siglo XVI, los reyes de Navarra mantuvieron su independencia respecto a los otros reinos de España, como Aragón o Castilla. Y la sede de la corte navarra fue durante mucho tiempo el Castillo de Olite. Sin duda, uno de los castillos más completos que se conservan en España.

Castillo de Olite
Castillo de Olite, Navarra – Chanclos

Todo él se encuentra en la propia localidad de Olite y tiene una apariencia de los castillos de cuento, ya que se trata de una fortaleza que fue más residencia que bastión militar. Ese sabor de elegancia aristocráctica, monárquica en este caso, se mantiene en la actualidad, ya que ciertas partes del castillo de Olite se abren para el alojamiento de huéspedes. Sin duda, uno de los casos en los que realmente uno puede decir que se hospeda en un palacio real.

2. Parador de Alarcón

Si uno busca alojarse en un castillo elevado sobre un peñasco y con una robusta torre del homenaje desde la que dominar todo el paisaje del entorno, entonces su destino es el parador de Alarcón, en la localidad del mismo nombre de la provincia de Cuenca.

Castillo de Alarcón
Castillo de Alarcón, Cuenca – Procy

Este castillo fue propiedad de los Marqueses de Villena y su mayor encanto, además de su larga historia de varios siglos, es su emplazamiento en el Pico de los Hidalgos, rodeado por las aguas de un meandro del río Júcar. Si uno quiere desconectar del mundo, este es el paraje ideal.

3. Fortaleza de Monterreal en Baiona

Este castillo en la localidad de Baiona, en la provincia de Pontevedra, se encuentra en un emplazamiento donde se tiene constancia de que ya hubo una fortaleza hace más de dos milenios. Es decir, el enclave ha sido un punto defensivo a orillas del Atlántico desde hace dos mil años, y ahora es un lugar para el disfrute de los turistas que aquí pueden alojarse.

Castillo de Baiona
Fortaleza de Monterreal, Baiona – VICTOR TORRES

Sus tres kilómetros de murallas, sus torres y sus estancias han servido para defenderse de piratas o para el alojamiento de gobernadores. Es un lugar digno de visitarse, y si uno no se aloja en él, al menos se puede hacer una visita a su interior para disfrutar del monumento y de las maravillosas vistas sobre la ría, el océano y las cercanas islas Cíes.

“El gran placer de la vida es hacer lo que la gente dice que no puedes”

-Walter Bagehot-

4. Castillo de Alcañiz

El castillo de los Calatravos de la localidad turolense de Alcañiz es en la actualidad un parador desde el que se domina todo el casco histórico de esta ciudad.

Alcañiz
Alcañiz, Teruel – Iakov Filimonov

Dentro de la tipología de castillos, esta tiene sus particularidades, ya que al tratarse de un lugar que ocupó una orden militar, es medio fortaleza, medio convento. En definitiva, un conjunto muy variado que remonta sus orígenes al siglo XII y que hoy en día está restaurado y transformado en el parador de “La Concordia”.

5. Castillo de Arteaga

Hemos visto castillos de España y fortalezas reales, de la alta nobleza y de gobernadores, pues para acabar vamos a hablar de una construcción que tiene cierto carácter imperial. Ya que el castillo de Arteaga, en la provincia de Vizcaya, fue mandado remodelar ni más ni menos que por María Eugenia de Montijo, la española que se convirtió en emperatriz de los franceses gracias a su matrimonio con Napoleón III y que hizo de San Sebastián y de la costa vasca un centro vacacional para la aristocracia europea.

Castillo de Arteaga
Castillo de Arteaga, Vizcaya – Carlos Hoyos / Flickr.com

La emperatriz viajaba regularmente al País Vasco y allí quedó prendada de este castillo, que hoy en día es un glamuroso alojamiento, el único de Euskadi incluido dentro de la famosa guía Relais & Chateaux. Pero no solo es hotel, ya que sus salones sirven también como restaurante y como elegantes salas para la celebración de distintos eventos.