Un recorrido por la Costa de los Esclavos en África
El tráfico de esclavos desde el continente africano hacia América es uno de los episodios más tristes de la historia de la humanidad. En el este artículo vamos a hablar de la Costa de los Esclavos en África, uno de los puntos desde donde salieron más seres humanos esclavizados de África y donde, todavía hoy, existen rastros de esa infame actividad.
La Costa de los Esclavos: un poco de historia
El término ‘Costa de los Esclavos’ se acuñó tardíamente. El primer registro se encuentra en un documento danés del año 1697. Esto no quiere decir que hasta esa época en la región no se practicara el tráfico de esclavos. Con anterioridad, los portugueses y holandeses ya denominaban esta zona como ‘Cautivos kust/Costa [de] cautivos’.
La Costa de los Esclavos se extendía desde el río Volta, en el occidente, hasta Calabar, al oriente del delta del Níger. Actualmente, este espacio forma parte de Nigeria, Benin, Togo y parte de Ghana.
La actividad de tráfico de esclavos a través del Atlántico empezó entorno el año 1500 y continuó hasta la década de 1860. Los portugueses fueron quienes iniciaron la actividad y, posteriormente, a mediados del siglo XVII fueron sustituidos por los holandeses.
Se calcula que desde esta zona se movilizó el 20 % del total de exportaciones de esclavos a través del Atlántico, más de dos millones de personas esclavizadas. La mayoría de ellas parece que fueron capturadas de las poblaciones ubicadas inmediatamente detrás de las costas, conocidas hoy como gbe y yoruba.
Destinos y puntos de partida desde la Costa de los Esclavos
Los destinos americanos fueron Brasil, que recibió el 60 %; las colonias caribeñas francesas, especialmente la isla de Saint Domingue/Haití (20 %); y las colonias caribeñas inglesas, Barbados y Jamaica (10 %).
Aunque en menor medida, también se llevaron esclavos a las colonias españolas, sobre todo a Colombia, Perú, México y Cuba; y a regiones de Norteamérica, especialmente a Louisiana.
Durante esa época existieron diversos puertos desde donde se embarcaba a los esclavos. Hay que apuntar que estos puertos no estaban en la costa, pues no existen puertos naturales. El traslado de los esclavos se hacía por tierra hasta la costa y luego a través de canoas.
El puerto principal que realizó casi la mitad de exportaciones – un millón de personas– fue Ouidah. Otros fueron Keta, Little Popo (actualmente Aného), Agoué y Gran Popo, en el occidente. En el este Offra, Jakin (denominado hoy en día Godomey), Ekpe, Porto-Novo, Apa y Lagos.
Espacios de la memoria: el castillo de Elmina
Hoy en día existe un lugar, el castillo de Elmina, que es un testimonio vivo de esa trágica historia. Este, aunque no esté ubicado dentro de los límites de la Costa de los Esclavos, se encuentra a tan solo 250 kilómetros, en la denominada Costa del Oro. A pesar de ello, el castillo jugó un papel muy importante en este tráfico de personas.
El castillo era utilizado como depósito donde hacinaban a los africanos esclavizados que eran traídos desde distintos reinos del África Occidental. Se llegaron a depositar hasta 1500 personas, 1000 varones y 500 mujeres en penosas condiciones sanitarias.
Durante los tres meses que podían permanecer en el castillo, antes de pasar por ‘la puerta sin retorno’, eran víctimas de constantes maltratos. Los encadenaban en celdas húmedas y con escasa ventilación, sin espacio para estirarse y con escasa iluminación. Muchos de los cautivos caían gravemente enfermos por las lamentables condiciones del cautiverio.
En el castillo había espacios donde ese dolor y sufrimiento no existía. Eran las salas destinadas al uso del gobernador y oficiales, así como la capilla que usaban el gobernador, oficiales, comerciantes y sus familias. Eran espacios ajenos al hedor, miseria y sufrimiento humano que, conscientemente, se estaba infligiendo.
El castillo en la actualidad
En el año 1979 la Unesco declaró el castillo de Elmina Patrimonio de la Humanidad. El gobierno de Ghana, en la década de 1990, realizó una importante restauración y desde 1996 funciona como un museo nacional. Si quieres conocer algo más sobre esta terrible etapa de la humanidad, visitar el castillo de Elmina es una oportunidad para sentir en carne propia ese horror.
Los visitantes tienen la oportunidad de pasear por las mazmorras donde tenían hacinados a los esclavos, así como observar algunos de los utensilios utilizados en el día a día del castillo como, por ejemplo, los grilletes con que amarraban a los esclavos.
El museo abre todo los días desde las 9 de la mañana hasta las 4:30 de la tarde. Si no tienes la oportunidad de emprender este fascinante viaje, gracias al Proyecto Zamani, tienes la oportunidad de hacer una visita online del castillo a través de fotografías y vistas en 3D.
- Ghana Museums & Monuments Board (s.f.). Recuperado el 16 de octubre de 2019 de: https://www.ghanamuseums.org/elmina-castle-museum.php
- Law, R. (2001). La Costa de los Esclavos en África Occidental. En: Cáceres, R. (comp.) Rutas de la esclavitud en África y América Latina (pp. 29-43). San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.