4 cosas increíbles que hacer en Andorra
Andorra es pequeña, sí, pero tiene mucho que ofrecer. No es solo aquel lugar al que acercarse a comprar. Por sus paisajes naturales, sus colinas de infarto y sus encantadores pueblos. Por todo ello, este país puede ser considerado un pequeño paraíso. Hay muchas cosas que hacer en Andorra, vamos a ver solo algunas.
Actividades imprescindibles que hay que hacer en Andorra
En Andorra el viajero podrá reconectar con la naturaleza y sentir que forma parte de algo más grande que uno mismo. Pasar aquí los inviernos o los veranos es una auténtica delicia. En particular, una vez que conocemos un poco mejor el país. Estas son algunas de las cosas imprescindibles que hay que hacer en Andorra.
1. Deslizarse por el Tobotronc
Los más aventureros coincidirán con los más divertidos en Naturlandia, un espacio dedicado al entretenimiento en mitad de la naturaleza. Se encuentra situado en la población de Sant Julià de Lòria.
Las actividades más solicitadas son las carreras de quads y las tirolinas. Los niños también encontrarán aquí divertimentos a lo grande. Y es que las instalaciones cuentan con castillos hinchables y camas elásticas de todo tipo y longitud.
No obstante, su atracción más llamativa y más archiconocida es el Tobotronc, un megatobogán situado en mitad de la montaña y de las arboledas. Posee el récord de ser el más largo del planeta de este estilo. La bajada por sus casi 5 kilómetros y medio de largo tiene lugar sobre un trineo biplaza. Se trata de una de las formas más bellas, intensas e interesantes de conocer las montañas andorranas. Una experiencia genial.
“La primera condición del paisaje es su capacidad de decir casi todo sin una sola palabra.”
-Konrad Lorenz-
2. Relajarse en aguas termales
Una de las visitas que más merecen la pena en Andorra es la del Centro Termolúdico Caldea. Nos referimos a uno de los balnearios más interesantes del mundo. Cuenta con unas instalaciones de lujo que no dejan indiferente a nadie. Ni siquiera a los que gustan poco de este tipo de turismo.
El diseño de la edificación es de estilo vanguardista. Otro tanto ocurre con el de sus enormes piscinas. La mayor de ellas se encuentra bajo una espectacular cúspide de techo acristalado. Dentro de sus aguas cuenta con otras minipiscinas. Cada una de ellas con su propia temperatura.
Y lo que es más llamativo es su iluminación exterior. Iluminación que cambia de tonalidad cada cierto tiempo. No por nada es el centro termal de mayor envergadura de toda Europa. Además de las piscinas interiores también cuenta con espacios de descanso y recreo exteriores. Todo en Escaldes-Engordany.
3. Un recorrido por sus museos
Andorra cuenta con montones de actividades culturales. Los amantes de los museos están de enhorabuena pues abarca algunos de los más curiosos e interesantes. Un ejemplo de ello es el Museo del Tabaco, destacada actividad en el Principado durante décadas.
Situado en la antigua fábrica de tabacos Roig, en San Julián de Loria, este museo explica a los visitantes la importancia que tuvo hasta la fabricación de tabaco para el país hasta que el turismo se convirtió en la gran fuente de ingresas de Andorra. De una manera interactiva muestra todo el proceso de elaboración del tabaco y alberga también exposiciones temporales.
Tampoco hay que perderse el Museo Nacional de Automóvil. Los modelos allí expuestos corresponden a diferentes épocas históricas. Así se nos muestra la evolución de los coches con el paso de los años. Por su parte, los amantes del detalle deben dirigirse al Museo de la Miniatura. En él se muestras diminutos trabajos artísticos que harán las delicias de todos.
4. Esquiar en los Pirineos
Si decidimos viajar en la temporada de invierno, las oportunidades están claras. Otra de las cosas imprescindibles que hacer en Andorra es hacer un descenso de vértigo por los Pirineos. Los apuntados picos montañosos de esta zona son ideales para esta práctica. La experiencia de deslizarse por sus partes más altas o por sus faldas se convierte en una delicia.
Tanto el esquí como el snowboard son deportes que no paran de ganar popularidad. Sus adeptos suelen dejarse ver en Vallnord, así como en Grandvalira. Se trata de picos que suelen poseer nieve durante toda la temporada. Algo ideal para que nos pasemos por ellos en cualquier mes invernal.