¿Cómo se formaron las colinas de chocolate de Filipinas?
A veces, la geología se pone tan caprichosa que nos regala auténticas maravillas como estas ilusorias colinas de chocolate, localizadas en Filipinas. Se trata de una formación geológica inusual compuesta por alrededor de 1270 conos en forma de colinas de similar tamaño, repartidas en una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados.
Estas colinas están cubiertas de hierba verde que se vuelve marrón durante la estación seca; de ahí el nombre «colinas de chocolate». Pero ¿cómo se formó este pintoresco paraje? ¿Qué fuerzas intervinieron para levantar estos conos que comparten la misma altitud? Salgamos de dudas a continuación.
Filipinas, un paraíso natural
En términos naturales, a Filipinas pocos territorios le ganan el pulso. Este histórico y precioso archipiélago localizado a las puertas del colosal Pacífico aguarda en su seno paisajes impresionantes.
Algunos de ellos tales son las preciosas playas de Marimegmeg Beach o Hidden Beach; georreservas como Masungi o entornos acuáticos como Big Lagoon, Kayangan Lake o Bojo River. Y estas son solo algunas de esas joyas que merece la pena visitar.
Por otro lado, lo urbano también ofrece auténticos espectáculos, como los interesantes tours por Cebú y Mactan, los mercados del centro de Manila o la entrada al Museo Orlina en Tagaytay, entre otros.
Sin embargo, también es posible adentrarse en la naturaleza plena para conocer uno de los parajes más pintorescos que se asientan sobre este peculiar archipiélago. Para ello, debemos viajar hasta Bohol para conocer algunas curiosidades sobre las colinas de chocolate de Filipinas, declaradas tercer Monumento Geológico Nacional y propuestas para su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
¿Cómo se formaron las colinas de chocolate?
Las montañas de chocolate son una famosísima atracción turística del archipiélago filipino. La causa de su aspecto no se conoce del todo, pero se presupone que estas formaciones geológicas se originaron en los fondos oceánicos hace millones de años.
Después, los movimientos tectónicos elevaron y emergieron todas estas columnas submarinas hasta la superficie. Posteriormente fue el turno de la erosión, que intensificada por la lluvia y el viento, fue desgastando la superficie de estas rocas de origen calizo hasta que adquirieron su actual aspecto.
Todos los conos poseen una altura y un diámetro similar y están unas junto a otras, como si de pequeñas pirámides se tratara. Por otra parte, para ascender a uno de esos cúmulos marrones se han dispuesto unos 250 escalones, lo que da una altura aproximada de 50 metros.
Este origen kárstico, a partir de una combinación de la disolución de la roca por las lluvias, las aguas de superficie y las subterráneas, explica que los montes de roca calcárea contengan numerosas cuevas y manantiales.
Las colinas de Bohol, una deliciosa caja de trufas
Las colinas de Bohol simbolizan la abundancia de belleza natural de esta región. Son tan emblemáticas allí que forman parte de la bandera y sello de Bohol, para simbolizar el atractivo natural de la provincia.
Para llegar a las colinas de chocolate de Filipinas, hay que dirigirse hacia el pequeño municipio de Carmen. No está permitido subir a ellas, pero existe una plataforma de observación a la entrada sobre un mirador elevado al que se debe acceder a pie y pagando una pequeña entrada.
Toda la zona de las colinas está repleta de emplazamientos idóneos para el turismo, tales como pequeños hoteles rurales, restaurantes y espacios multiaventura. Entre ellos destaca Chocolate Hills Adventure Park, donde se ofrecen multitud de actividades como paseos en bicicleta, tirolinas, caminatas y paseos a caballo, todo mientras contemplas las famosas colinas de chocolate.
Las colinas de chocolate, un paraje de leyenda
Un lugar tan pintoresco como este no puede estar privado de leyendas e historias fabulosas. Una de ellas afirma que hay gigantes mitológicos tras las colinas de chocolate.
Según las versiones, podría haber sido por una lucha de grandes bolas de tierra y piedras entre ellos que se formaron las colinas; asimismo, otra leyenda de carácter más romántico dice que estos cúmulos son en realidad las lágrimas que un gigante derramó al perder a su amada.
Sea cual sea su origen, las colinas de chocolate son una magnífica prueba de la riqueza que esconde el archipiélago filipino. Sin duda, no te las puedes perder en tu próxima aventura por estas tierras orientales.