La ciudad imperial de Marrakech, la Perla del Sur de Marruecos
La ciudad imperial de Marrakech es una de las ciudades más importantes y hermosas de Marruecos. Coloquialmente se la llama Medina Al-Ham’rá, “Ciudad Roja”, por el color de sus edificaciones y las tonalidades predominantes en el entorno. Pero es, también, la “Perla del Sur”.
La ciudad imperial de Marrakech se fundó en el año 1062. Fue primero campamento militar y con el tiempo se convirtió en uno de los puntos mas importantes de las rutas comerciales del norte de África. Llegó a ser capital de la dinastía de los benimerines y es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto a Fez, Rabat y Mequinez.
La ciudad imperial de Marrakech, capital turística
Esta es una de las ciudades más bellas, sugerentes y visitadas de Marruecos. ¿Qué es lo que no te debes perder de Marrakech?
1. Medina de Marrakech
La Medina, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, es la ciudad antigua. Destacan de ella sus callejuelas siempre animadas, sus zocos, sus plazas, sus mezquitas y sus madrasas. Es en ella donde se encuentran los mayores atractivos de la ciudad.
Está rodeada por una fantástica muralla de 19 kilómetros de longitud, con una altura de entre 8 y 10 metros. Tiene un llamativo color rojo, que cambia de tonalidad según la luz del día. Lo más destacado son algunas de sus 19 puertas, sobre todo, la Puerta de Bab Agnaou, que por el lado suroeste de la ciudad permite acceder a la antigua Kasba.
2. Plaza de Yamaa el Fna
Situada en la entrada de la Medina Esta es la principal plaza y el más famoso lugar de la ciudad de Marrakech. Se levanta a escasos metros de la mezquita Kutubía, por lo que queda dominada por su alminar. Rodeando la plaza hay también varias mezquitas, más modestas, que acompañan a la Kutubía.
Todo en Marrakech gira en torno a Yamaa el Fna. Miles de personas se dan cita en este espacio público llenándolo de vida y de color. Toda una muestra de la cultura, las tradiciones e incluso el arte de Marruecos.
La gente abarrota la plaza y sus calles adyacentes para pasear entre sus puestos, entre los que se pueden ver desde encantadores de serpientes a poetas o dentistas. Una animación que no decae cuando llega la noche, ya que sus puestos de comida permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada.
Un lugar tan llamativo como sorprendente que, por supuesto, hay que visitar. De hecho, en el año 2001 la Unesco incluyo esta plaza en su lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
“La gente viaja porque aprende cosas que no podrían aprender de otra forma.”
-Lance Morrow-
3. Palacio El Badi
Fue edificado a finales del siglo XVI por el sultán Saadí Ahmed al-Mansur. Así se celebraba la victoria sobre el ejército portugués en 1578 en la batalla de los Tres Reyes. Una joya del arte árabe muy influenciada por la Alhambra de Granada.
El complejo del palacio se componía de un gran patio rectangular 135 metros, en el centro había una piscina y fuentes. Rodeando este gran estanque central, dos casas enfrentadas: el Pabellón de Cristal y el Pabellón de las Audiencias.
El palacio se construyó con los materiales más ricos y lujosos de la época. Lamentablemente, hoy apenas se puede imaginar cómo fue, ya que apenas queda de él una inmensa explanada de jardines, plantada con naranjos y rodeada de altos muros.
4. Museo Dar Si Said
Este museo, oficialmente denominado Museo de las Artes Marroquíes, es uno de los recintos mas visitados de la ciudad imperial de Marrakech. Exhibe objetos y artesanías de la región, como prendas típicas, elementos de cobre, tejidos, armas y joyería bereber, así como algunos hallazgos arqueológicos.
Es el museo más antiguo de la ciudad. Antes de convertirse en museo fue la residencia de Si Said Ben Moussa, ministro de guerra durante la regencia de su hermano, el visir Bou Ahmed. Tiene varios patios y la planta superior no exhibe obras sino, que muestra mobiliarios de madera de cedro.
Jardines de la Menara
Son los jardines más conocidos de Marrakech. Fueron creados en 1870 sobre un antiguo estanque almohade por el califa almohade Abd al-Mumin. Junto a él se eleva un imponente edificio del que proviene el nombre de los jardines. Menara deriva de la pequeña pirámide verde (menzeh) del tejado del pabellón.
El edificio central que preside el lago fue encargado por el sultán Sidi Mohammed y se dice que antiguamente era el lugar de los encuentros amorosos de los sultanes de la ciudad.